Le pide Vianey al cáncer que se quede dormido y nunca más aparezca

“Es lo más difícil que una mujer puede pasar, nunca estamos preparadas para eso”

Maricarmen Hernández

  · domingo 20 de octubre de 2019

Foto: Javier Pérez

Después de salir triunfante contra el cáncer de mama, Vianey Juárez Méndez, le pide a la enfermedad que se quede dormida donde quiera que esté y que nunca más aparezca en su vida, para que ella, pueda seguir viviendo feliz junto a sus hijos que tanto ama.

Vianey es fuerte, muestra de ello es la sonrisa franca y radiante que cada día tiene para regalarle a sus clientes que la visitan en la estética, pese a los duros momentos que la vida la ha puesto en el camino.

La alegría que ella transmite es única, pero la melancolía también se hace presente cuando recuerda todo el proceso que atravesó para vencer a la enfermedad.

Tener cáncer es lo más difícil que una mujer puede pasar, nunca estamos preparadas para eso. Yo nunca pensé estar así, pero salí adelante. Todos los días me pongo de rodillas ante Dios y le doy gracias infinitas por los momentos que me ha dado y por los segundos que nuevamente puedo compartir con mis hijos y mi familia comenta.

Aunque rara vez ella solía enfermarse, un día empezó a sentir mucho dolor de cabeza y cansancio.

Al principio no pensó que fuera algo importante, pero el agotamiento y los dolores se hacían cada vez más intensos. Después, una extraña bolita en el seno izquierdo apareció y la preocupación la irrumpió.

Mientras lavaba el cabello de una de sus clientas que es médico, le comentó los síntomas que venía presentando. Ella, le dio la indicación de visitar al especialista de inmediato para que le hiciera los estudios correspondientes. Lo hizo. Los resultados no fueron reconfortantes.

“Tenemos una semana para operarla, usted tiene un cáncer agresivo”, fueron las palabras que resonaron en su cabeza y con las que su vida di un giro estrepitoso.

Recuerdo que justamente me programaron para la cirugía un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Ese día me quitaron todo el seno. Me hicieron la mastectomía porque no ya no había remedio, el cáncer estaba muy avanzado comparte con lágrimas en los ojos mientras Monse, su pequeña hija, la mira con ternura.

El dolor había pasado, pero cuatro años más tarde, regresan los mismos síntomas: “empiezan los dolores de cabeza y el cansancio. Efectivamente, el cáncer regresó en el seno derecho”, comparte.

Además de tener que enfrentar por segunda vez esta enfermedad, su esposo le da la noticia de que se va de su lado. “Yo creo que los caballeros tampoco están preparados para eso, pero cuando se ama de verdad, te quedas junto a tu pareja, esté como esté”, dice con fortaleza mientras abraza a Monse.

Y es que justamente fueron sus hijos los que le dieron la fortaleza para no darse por vencida y salir adelante, es por ello que, a 10 años de haberse enfrentado al cáncer, comparte su testimonio de lucha para que muchas mujeres “se amen, se cuiden y se toquen, no es fácil superar algo así, pero recuerden que sí hay cura”.