Los hombres que ejercen violencia vicaria encuentran en algunos integrantes de su propia familia a los cómplices perfectos para perpetuar la violencia machista en contra sus exparejas, por ejemplo, sus madres. Tal es el caso de Maribel, una mujer que fue agredida física y mentalmente por su ex suegra, quien le puso apodos humillantes, la golpeó y hasta amenazó con quitarle a su hijo, una promesa que cumplió.
➡️ Únete al canal de El Sol de Puebla en WhatsApp para no perderte la información más importante
“Mi historia comienza en 2012 cuando conocí a Bernardo, nuestra relación de noviazgo fue muy bonita, nos conocimos trabajando en Xalapa, después nos venimos a Puebla porque él es residente de esta ciudad. En el 2014 me embaracé y me fui a vivir a la casa de sus papás, durante el embarazo todo cambió, se iba de fiestas, no trabajaba, tomaba mucho y había días en los que no llegaba a casa, por ende, yo no comía bien y empecé con amenazas de parto prematuro”, recordó Maribel.
Pese a las amenazas de perder a su bebé, en octubre nació el niño. Sin embargo, la situación empeoró y comenzaron los malos tratos por parte de su ex suegra, quien le puso apodos ofensivos y empezó a amenazarla con quitarle al niño. Hubo ocasiones que hasta la suegra le dijo que el menor era de su propiedad.
Incluso le prohibieron a Maribel salir sola con su propio hijo. “Bernardo se fue a trabajar fuera de Puebla en el 2015 con la intención de alejarse de mí y mi hijo, empezó andar con muchas mujeres y los malos tratos por parte de mi ex suegra subieron de nivel, eran más los momentos de tristeza que vivía en esa casa, pero no sabía cómo salirme de ahí, no tenía familia cerca que pudiera ayúdame”, compartió.
Aunque le suplicó a Bernardo que se la llevara para no estar sola con su suegra, ya que no sólo eran ofensas verbales, sino hasta golpes, este hombre se negó, le dijo que estaba loca y se fue del domicilio. “El 4 de enero del 2017 me escapé de esa casa junto a mi hijo y estuvimos refugiados en un albergue donde me dieron ayuda psicológica, legal, traslados al juzgado y estuvimos varios meses en resguardo por el miedo que tenía que me fueran a quitar a mi hijo, porque siempre me amenazaban con eso”, agregó.
En agosto del 2017 le avalaron la guarda y custodia, además determinaron que las visitas de convivencia para Bernardo eran el primer martes de cada mes y que tenía que darle una pensión alimenticia de mil pesos mensuales. Al principio todo se hizo correctamente, pero como fue pasando el tiempo, este sujeto empezó a faltar a las citas de convivencia y pedía ver al niño en tiempo fuera de lo establecido y Maribel aceptó.
“El 27 enero Bernardo se llevó a mi hijo para pasar más tiempo con él y con la finalidad de ayudarme en educación de nuestro pequeño, pero cuando empezó a negarme las llamadas, yo tenía miedo que algo malo estuviera pasando, así que me dirigí al negocio donde Bernardo trabaja, pero no estaba, desde ahí dejé de ver a mi hijo y ha hecho hasta lo imposible para negarme la comunicación”, enfatizó.
La lucha legal para recuperar a su hijo no ha sido nada fácil, ya que este hombre tiene el respaldo económico y familiar que ella no tiene. Además, las autoridades como suele darse en este tipo de casos, han beneficiado al padre sin tomar en cuenta todo el pasado violento. Hoy sólo pide que juzguen con perspectiva de género y que le regresen a su niño.
“Sigue negándome ver a mi único hijo, me lo ha quitado. ¡Siempre me amenazaron en quitarme a mi hijo y lo cumplieron!. Bernardo tiene 4 hijos con 4 diferentes mujeres, es alcohólico, le gusta apostar en casino y su debilidad más grande son las mujeres, no ha podido tener estabilidad emocional con ninguna mujer. Y lo peor es que sus padres son sus cómplices. Ahora estoy en la lucha por recuperar a mí niño y no me voy a cansar hasta lograrlo”, concluyó.