Integrantes del Congreso Nacional Indígena se manifestaron en el Zócalo capitalino, debido al desalojo por parte de la Guardia Nacional (GN) a integrantes del campamento en resistencia que permanecían en San Pedro Apatlaco, Morelos, para evitar se reanuden los trabajos del ducto que lleva agua del Río Cuautla a la termoeléctrica de Huexca.

La madrugada del pasado 23 de noviembre elementos de Guardia Nacional echaron abajo el campamento que indígenas opositores que mantenían desde hace cuatro años, a manera de protesta contra las obras hidráulicas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la zona.

Lo anterior, se debe a que el gobierno federal busca poner en marcha la planta de ciclo combinado que producirá energía que forma parte del Proyecto Integral Morelos (PIM), el cual consta de un gasoducto, un acueducto y dos termoeléctricas, una de ellas que cruza los estados de Tlaxcala, Puebla y Morelos.

Ante este hecho, los frentes indígenas se manifestaron para hacer externo su desacuerdo, pues aseguraron que aún se encuentran vigentes 15 amparos ganados ante los juzgados que ordenan la suspensión de las obras en tanto se soluciona legalmente el tema.

“Apatlaco es uno de los 32 ejidos que tiene la concesión de agua del Río Cuautla y entonces unos ejidos no están de acuerdo en que se lleve el agua a la termoeléctrica de Huexca, que son alrededor de 250 litros por segundo. Hay más de 15 amparos, tanto aquí de Puebla, de Tlaxcala y como de Morelos, y los amparos están dirigidos hacia la autonomía, por respeto hacia los pueblos originarios, porque no se hizo una consulta como debe de ser, más bien fue una consulta muy amañada y muy inducida en la que no estuvimos de acuerdo”, confesó a El Sol de Puebla Miguel López, comunicador indígena del Congreso Nacional Indígena y defensor del territorio.

La inconformidad para que funcione la termoeléctrica se debe a la industrialización de la zona a causa del PIM, entre ellos el gasoducto que se pretende instalar -de 160 o 170 km- mismo que afectará a 60 pueblos agrícolas, además de la contaminación del agua que esta provocaría.

“Existe un mapa de riesgo con respecto al volcán y el gasoducto cruza en una zona naranja; aparte hacen un plan de desarrollo regional en donde dicen que esa zona no es apta para la industrialización, y este proyecto del PIM, su objetivo principal es la industrialización de la zona oriente del estado de Morelos y la industrialización de la zona de Puebla y Tlaxcala (…) entonces lo que más necesitan son espacios para que pongan las industrias y contaminen el agua, como lo que están ocurriendo en Juan C. Bonilla, de los corredores industriales que, utilizan bastante agua, la ensucian y así nos la avientan en los ríos, entonces para nosotros eso es todo lo contrario a progreso y modernidad y a un buen vivir”, comentó.

Finalmente manifestó que la noche del desalojo, en la que los ejidatarios que montaban la guardia en el campamento instalado a finales de agosto del 2016 –en defensa del agua del Río Cuautla- y para impedir la conclusión de 100 metros del acueducto, fueron sorprendidos en la madrugada por patrullas de la GN, quienes arribaron como si fueran “delincuentes”.

“La Guardia Nacional llego a las 2 de la mañana, solo había 10 compañeros en el plantón cuidando y si las cosas estuvieran funcionando bien como dice Andrés Manuel López Obrador, hubieran llegado en el día, para presumir esa gran obra que dicen que va a beneficiar, pero llegan como delincuentes, como los anteriores presidentes, con ese mandato de desalojar, de despojar, como si fuéramos objetos”, concluyó.