/ sábado 23 de julio de 2022

Productores de capulín en Domingo Arenas implementan tecnología con miras a la exportación  

La producción de capulín va en auge en Domingo Arenas, municipio que anualmente aporta 50 toneladas al mercado nacional

Los más de quince mil árboles de capulín sembrados en los ejidos de Domingo Arenas indican que la producción de este fruto va en auge en este municipio, que anualmente aporta 50 toneladas al mercado nacional de las 227 contabilizadas en el país, de acuerdo con estadísticas del gobierno federal.

En este territorio poblano, el capulín es nombrado “oro negro” y desde hace una década su cosecha y comercialización representa un crecimiento económico para los pobladores.

Actualmente esta producción está industrializándose con miras a lograr el registro de diez variedades del fruto y para cimentar las bases que abran la puerta a la exportación, siendo el mercado objetivo Estados Unidos.


En los patios de las viviendas de Domingo Arenas y en todas las hectáreas de los ejidos Santiago Xaltepetlapa y San Simón Tlanicontla es constante ver macizos de capulín. Pobladores, productores y representantes ejidales coinciden en que el “oro negro” es el futuro agrario, porque ya empezó a desplazar los cultivos de maíz y frijol, por dejar una mayor ganancia.

Son varias formas en que esta especie es comercializada. Las más comunes son en fruto fresco o en “huesito” (botana típica mexicana). Aunque también es ingrediente principal para elaborar licor, postres, tamales y mole poblano.

Producción en vías de industrialización

Desde el patio de su hogar, Gonzalo Luna Juárez, un hombre dedicado al campo, comparte cómo es el funcionamiento de su máquina lavadora de capulín. Esta tecnología hace unos años le costó poco menos de diez mil pesos, pero no se arrepiente de esa inversión porque lo ayudó a disminuir el tiempo que antes dedicaba a la limpia del fruto para comercializar su hueso.

“Antes era todo con los pies, uno tenía que pisar el capulín para limpiarlo (…) más de una hora me llevaba acabar un bote de 20 litros, pero ahora con mi máquina a lo mucho son 20 minutos y queda bien”, cuenta, mientras brinda una demostración de su trabajo.

Ventila que, por año, sus árboles aportan unas 300 cubetas de capulín, donde algunas las llega a vender hasta en 200 pesos.

Esta producción es bien pagada cuando inicia el corte anual, que en este año arrancó en abril y concluyó en junio, pues se adelantó, a diferencia de años anteriores, pero cuando la oferta es mayor, el precio baja hasta en un 50 por ciento.

Muchas familias se dedican a la producción de capulín en Domingo Arenas. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla


“Tengo en mi campo muchos árboles y en los últimos años he sembrado más. Un capulín puede dar fruto hasta por 20 años si es bien cuidado y pues ya le tengo fe a este fruto y otros que he comenzado a sembrar, como es el durazno”, subraya el agricultor.

Plaga amenaza la producción

En otra tierra de cultivo de Domingo Arenas, municipio cercano a las faldas de la región Izta-Popo, Tomás Romero habla de cómo el gremio de fruticultores afronta los desafíos implicados en esta actividad. Uno de ellos es combatir la plaga de la mosca y del musgo, donde la primera lastima el fruto directamente y el segundo a la planta.

No duda en asentar que hay ausencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno para apoyar la producción de capulín, pero también de zarzamora y frambuesa.

“La plaga daña la fruta y también las granizadas y las heladas (…) terminan secos los árboles y los tenemos que tirar, pero sembramos más año con año para nutrir las huertas”, dice.

Presume que en la temporada de capulín ha llegado a sumar más de 20 cubetas por corte. En su huerta indica tener árboles jóvenes, porque los más longevos fueron lastimados por la plaga.



Lamenta la falta de apoyo y capacitación por parte de las autoridades para ayudar al fruticultor, pues asegura que, si existiera un verdadero interés, Domingo Arenas estaría en otra posición en la radiografía agraria.

No lejos de la huerta de don Tomás, El Sol de Puebla conoció a Filomena Romero Luna, una de las 7 mil 982 habitantes de este municipio, quien platica que los ingresos que la ayudan a sobrevivir vienen de la venta del capulín.

“Yo vendo este fruto por huerta, vienen compradores de Huejotzingo y me compran todo y aprendí a valorar esta producción desde pequeña, ya que mis abuelos lo juntaban para tostar el huesito (…) tenía 14 años, hoy tengo 52 y ahora cuido mis árboles porque es un ingreso”, expresa.

Registro en curso

Desde la Comisaría Ejidal, Sabino Luna Demetrio, titular de esta oficina, expone el papel que Domingo Arenas tiene en la producción de capulín en el país.

Resalta que anualmente el municipio produce 50 toneladas, pero la cifra se eleva si las heladas no afectan los macizos.

Sostiene que los ejidos Xaltepetlapa y Tlanicontl agrupan más de 220 hectáreas, propiedad de 200 ejidatarios, quienes se dedican al corte de capulín.

Sobre los avances en la materia, destaca el trabajo coordinado iniciado con el Colegio de Posgraduados de Puebla, encaminado a registrar 10 variedades de capulín cosechados en este municipio.

De la misma forma, la coordinación existente con Sanidad Vegetal para diseñar estrategias direccionadas a combatir las plagas que afectan al fruto y las plantas.


También está el inicio del procedimiento para cimentar las primeras acciones que lleven al gremio a exportar esta producción que gana terreno en el mercado nacional.

“Hay más de 15 mil árboles de capulín en el municipio, hay terrenos que tienen hasta 200 macizos, pero en los próximos años se prevé que la cifra aumente porque hay más personas interesadas en esta actividad, porque Domingo Arenas no solo es conocido por el capulín que cosecha, sino también por el tejocote”, afirma.

El representante ejidal declara que el capulín de Domingo Arenas compite con cualquier otro del país, pues su textura, tamaño y sabor es único y eso lo diferencia en el mercado.

Ya tiene su feria

“Ya tiene valor agregado”, es el comentario que externa Alejandro Osorio Tlalteco, en calidad de representante de la Asociación de Fruticultores de Domingo Arenas, quien presume las distintas formas de comercialización de este fruto en este municipio, el cual es sede de la feria anual dedicada al mismo.

Enumera que el capulín que no es vendido con los intermediarios de Huejotzingo o que no se lleva a la Central de Abasto de Puebla o México, es procesado en los hogares de los pobladores.

“En fruto fresco, en almíbar, mermelada, tamalitos, en pasita para mole poblano, en licor y en más de 10 variedades de huesito, como es salado, limón, jalapeño, chile piquín o chipotle, por mencionar algunas, es como aquí se vende el capulín, porque ahora el productor decide si lo vende a los intermediarios o quiere sacarle más ganancia”, apunta.

Opina que las dos ferias realizadas han impulsado el título productor que Domingo Arenas tiene en el rubro, ya que visitantes y locales conocen la importancia agraria, pero también económica.

Capulín, el "oro negro"

La pobladora Teresa Romero Luna se atribuye la autoría de nombrar al capulín como “oro negro” en este municipio.

Ella enfatiza que la idea salió de una película hollywoodense que tenía como historia principal el valor de un diamante.

“El capulín es oro negro, porque es un fruto carnoso, negro y dulce, tiene mucho valor, no para hacernos millonarios, pero la realidad es que ya es un ingreso fuerte para todos y de ahí la importancia del título”, concluye.


Los más de quince mil árboles de capulín sembrados en los ejidos de Domingo Arenas indican que la producción de este fruto va en auge en este municipio, que anualmente aporta 50 toneladas al mercado nacional de las 227 contabilizadas en el país, de acuerdo con estadísticas del gobierno federal.

En este territorio poblano, el capulín es nombrado “oro negro” y desde hace una década su cosecha y comercialización representa un crecimiento económico para los pobladores.

Actualmente esta producción está industrializándose con miras a lograr el registro de diez variedades del fruto y para cimentar las bases que abran la puerta a la exportación, siendo el mercado objetivo Estados Unidos.


En los patios de las viviendas de Domingo Arenas y en todas las hectáreas de los ejidos Santiago Xaltepetlapa y San Simón Tlanicontla es constante ver macizos de capulín. Pobladores, productores y representantes ejidales coinciden en que el “oro negro” es el futuro agrario, porque ya empezó a desplazar los cultivos de maíz y frijol, por dejar una mayor ganancia.

Son varias formas en que esta especie es comercializada. Las más comunes son en fruto fresco o en “huesito” (botana típica mexicana). Aunque también es ingrediente principal para elaborar licor, postres, tamales y mole poblano.

Producción en vías de industrialización

Desde el patio de su hogar, Gonzalo Luna Juárez, un hombre dedicado al campo, comparte cómo es el funcionamiento de su máquina lavadora de capulín. Esta tecnología hace unos años le costó poco menos de diez mil pesos, pero no se arrepiente de esa inversión porque lo ayudó a disminuir el tiempo que antes dedicaba a la limpia del fruto para comercializar su hueso.

“Antes era todo con los pies, uno tenía que pisar el capulín para limpiarlo (…) más de una hora me llevaba acabar un bote de 20 litros, pero ahora con mi máquina a lo mucho son 20 minutos y queda bien”, cuenta, mientras brinda una demostración de su trabajo.

Ventila que, por año, sus árboles aportan unas 300 cubetas de capulín, donde algunas las llega a vender hasta en 200 pesos.

Esta producción es bien pagada cuando inicia el corte anual, que en este año arrancó en abril y concluyó en junio, pues se adelantó, a diferencia de años anteriores, pero cuando la oferta es mayor, el precio baja hasta en un 50 por ciento.

Muchas familias se dedican a la producción de capulín en Domingo Arenas. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla


“Tengo en mi campo muchos árboles y en los últimos años he sembrado más. Un capulín puede dar fruto hasta por 20 años si es bien cuidado y pues ya le tengo fe a este fruto y otros que he comenzado a sembrar, como es el durazno”, subraya el agricultor.

Plaga amenaza la producción

En otra tierra de cultivo de Domingo Arenas, municipio cercano a las faldas de la región Izta-Popo, Tomás Romero habla de cómo el gremio de fruticultores afronta los desafíos implicados en esta actividad. Uno de ellos es combatir la plaga de la mosca y del musgo, donde la primera lastima el fruto directamente y el segundo a la planta.

No duda en asentar que hay ausencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno para apoyar la producción de capulín, pero también de zarzamora y frambuesa.

“La plaga daña la fruta y también las granizadas y las heladas (…) terminan secos los árboles y los tenemos que tirar, pero sembramos más año con año para nutrir las huertas”, dice.

Presume que en la temporada de capulín ha llegado a sumar más de 20 cubetas por corte. En su huerta indica tener árboles jóvenes, porque los más longevos fueron lastimados por la plaga.



Lamenta la falta de apoyo y capacitación por parte de las autoridades para ayudar al fruticultor, pues asegura que, si existiera un verdadero interés, Domingo Arenas estaría en otra posición en la radiografía agraria.

No lejos de la huerta de don Tomás, El Sol de Puebla conoció a Filomena Romero Luna, una de las 7 mil 982 habitantes de este municipio, quien platica que los ingresos que la ayudan a sobrevivir vienen de la venta del capulín.

“Yo vendo este fruto por huerta, vienen compradores de Huejotzingo y me compran todo y aprendí a valorar esta producción desde pequeña, ya que mis abuelos lo juntaban para tostar el huesito (…) tenía 14 años, hoy tengo 52 y ahora cuido mis árboles porque es un ingreso”, expresa.

Registro en curso

Desde la Comisaría Ejidal, Sabino Luna Demetrio, titular de esta oficina, expone el papel que Domingo Arenas tiene en la producción de capulín en el país.

Resalta que anualmente el municipio produce 50 toneladas, pero la cifra se eleva si las heladas no afectan los macizos.

Sostiene que los ejidos Xaltepetlapa y Tlanicontl agrupan más de 220 hectáreas, propiedad de 200 ejidatarios, quienes se dedican al corte de capulín.

Sobre los avances en la materia, destaca el trabajo coordinado iniciado con el Colegio de Posgraduados de Puebla, encaminado a registrar 10 variedades de capulín cosechados en este municipio.

De la misma forma, la coordinación existente con Sanidad Vegetal para diseñar estrategias direccionadas a combatir las plagas que afectan al fruto y las plantas.


También está el inicio del procedimiento para cimentar las primeras acciones que lleven al gremio a exportar esta producción que gana terreno en el mercado nacional.

“Hay más de 15 mil árboles de capulín en el municipio, hay terrenos que tienen hasta 200 macizos, pero en los próximos años se prevé que la cifra aumente porque hay más personas interesadas en esta actividad, porque Domingo Arenas no solo es conocido por el capulín que cosecha, sino también por el tejocote”, afirma.

El representante ejidal declara que el capulín de Domingo Arenas compite con cualquier otro del país, pues su textura, tamaño y sabor es único y eso lo diferencia en el mercado.

Ya tiene su feria

“Ya tiene valor agregado”, es el comentario que externa Alejandro Osorio Tlalteco, en calidad de representante de la Asociación de Fruticultores de Domingo Arenas, quien presume las distintas formas de comercialización de este fruto en este municipio, el cual es sede de la feria anual dedicada al mismo.

Enumera que el capulín que no es vendido con los intermediarios de Huejotzingo o que no se lleva a la Central de Abasto de Puebla o México, es procesado en los hogares de los pobladores.

“En fruto fresco, en almíbar, mermelada, tamalitos, en pasita para mole poblano, en licor y en más de 10 variedades de huesito, como es salado, limón, jalapeño, chile piquín o chipotle, por mencionar algunas, es como aquí se vende el capulín, porque ahora el productor decide si lo vende a los intermediarios o quiere sacarle más ganancia”, apunta.

Opina que las dos ferias realizadas han impulsado el título productor que Domingo Arenas tiene en el rubro, ya que visitantes y locales conocen la importancia agraria, pero también económica.

Capulín, el "oro negro"

La pobladora Teresa Romero Luna se atribuye la autoría de nombrar al capulín como “oro negro” en este municipio.

Ella enfatiza que la idea salió de una película hollywoodense que tenía como historia principal el valor de un diamante.

“El capulín es oro negro, porque es un fruto carnoso, negro y dulce, tiene mucho valor, no para hacernos millonarios, pero la realidad es que ya es un ingreso fuerte para todos y de ahí la importancia del título”, concluye.


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