Luego del bloqueo que hicieron concesionarios de la ruta 52 en protesta por la extensión del derrotero de la ruta 41 hacia de la zona de Amalucan a Bosques de San Sebastián, más de 50 personas del multifamiliar se reunieron a una calle de la base de la línea para organizarse y exigir a la Secretaría de Infraestructura, Movilidad y Transportes (SIMT) que no se suspenda el servicio.
Y es que a decir de vecinos como la señora Dulce María González Lemus y Alejandro Lorenzo Ovando García, la ruta 41 no invade el itinerario de la otra ruta y les presta un mejor servicio, principalmente a ellos, adultos mayores, a quienes los operadores de la ruta 52 los ignoran.
“Yo no sé qué pelean si no interfiere en su ruta”, reclamó ella, y “no nos quieren levantar y cuando les pagamos, nos avientan el dinero”, completó el señor Alejandro.
Para otros padres de familia, la ruta 41 también es conveniente, pues los lleva por el cuadrante poniente del centro de la ciudad, zona en la que no tenían servicio, y un derrotero más prolongado, que incluso lleva a estudiantes universitarios a facultades de la BUAP en un solo viaje.
Aunque por la mañana se había rumorado que los vecinos harían una manifestación, luego de que fueron informados por una representante vecinal de que ya se había llevado una solicitud por escrito para mantener la ruta en la unidad habitacional, se disolvió esta posibilidad.
De acuerdo con información proporcionada por la SIMT, el subsecretario de Transporte, Alberto Vivas Arroyo, dijo que el conflicto entre los transportistas se resolvería, pues los concesionarios de la ruta 41 solicitaron una fusión con la ruta 17, misma que la dependencia aprobó para mejorar el servicio en la zona, que ahora prestan un total de 52 unidades con el rótulo de la primera.