Pese a que los niños de 3 años, ya deberían estar en sus salones de clase, desarrollando habilidades de lenguaje, motoras o de comprensión, en Puebla, el 62.24 por ciento de los menores que tienen esa edad, no acuden a la escuela, señala el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en la más reciente encuesta intercensal.
La situación de falta de acceso a la educación de niñas y niños es menos desfavorecedora para los pequeños que tienen acceso al nivel primaria, pues ellos presentan más bajas cifras de inasistencia. Sin embargo, las estadísticas muestran que los jóvenes en edad de estudiar la secundaria, también tienen complicaciones, pues no asisten el 19 por ciento de mujeres y hombres de 15 años en edad de cursar este nivel.
La inaccesibilidad a la escuela se acentúa cuando los jóvenes o señoritas tienen 16 años, pues es un 27.28 por ciento de ellos los que no tiene acceso la escuela. A dicha edad, ya se ha ingresado al nivel medio superior, es decir, a la preparatoria, bachillerato o carrera técnica.
A decir de la estadística, a los 17 años se abre la brecha que separa a los jóvenes del entorno estudiantil, pues el 34.71 por ciento de los poblanos en esa edad, no ejercen su derecho humano a la educación.
Los jóvenes de 18 y 19 años, que recién han dejado la etapa de la infancia y la adolescencia, y que ya deberían estar en una carrera universitaria, son más desfavorecidos en cuanto al acceso a la educación, pues del primer grupo etario, el 49.75 por ciento no va a la escuela, mientras del segundo es un 61.85 por ciento el que no acude.
Algunos de los motivos para la no asistencia a la escuela son la falta de recursos económicos, la lejanía de los centros educativos, los embarazos no deseados, en entorno familiar, e incluso, hasta la religión, pues en algunas familias todavía se tiene la creencia de que es innecesario que la mujer estudie.
Las niñas de 5 y 6 años de edad, tienen índices más altos de no asistencia que los niños, lo mismo que las de 9 años, y que las jóvenes de 18 y 19 años de edad.
Al respecto, en su más reciente informe, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) da un panorama general de por qué los infantes no ejercen este derecho: “Los niños y jóvenes que en mayor medida no asisten de manera regular a la escuela son principalmente aquellos que viven en localidades pequeñas o con un alto grado de marginación, son indígenas o hablantes de lengua indígena (HLI), son jefes de hogar con un bajo nivel educativo, son pobres o vulnerables por ingresos o carencias sociales, son miembros de hogares con bajos ingresos o viven con algún tipo de discapacidad.
Se añade que “Otro de los grupos en condiciones de vulnerabilidad es el de los niños pertenecientes a familias de jornaleros agrícolas migrantes, quienes provienen comúnmente de localidades pequeñas y con alto grado de marginación”.
Como dato, hay que decir que hasta 2016, en Puebla había un 59.4 por ciento de los habitantes en situación de pobreza, ya fuera moderada o extrema, a decir del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Ello sin tomar en cuenta a las personas con vulnerabilidades por carencias sociales.
MAYOR ABANDONO, EN LA PREPARATORIA
Los niños y adolescentes que sí tienen acceso a la educación, también enfrentan complicaciones. Por ejemplo, en múltiples ocasiones se denuncia acoso escolar por parte de los compañeros o los docentes; hay falta de recursos económicos de las familias para cumplir con las listas de útiles o las cuotas escolares anuales, representan una barrera, aspectos de salud física y emocional. Ello, amén de situaciones extraordinarias como tomar clases en una carpa de plástico debido a lluvias o un sismo.
En ese contexto, hay que mencionar que la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, en sus estadísticas del sistema educativo de Puebla, pronosticó que para el cierre del ciclo escolar vigente 2017-2018, habrá una cifra de cobertura de educación preescolar del 84.5 por ciento en Puebla, sin que haya abandono escolar.
En educación primaria, habría un 0.6 por ciento de abandono, partiendo de que hay una tasa neta de escolarización del 99.8 por ciento en la entidad.
Referente a la educación secundaria, habría una tasa neta de escolarización del 99.8 por ciento, con una previsión de abandono escolar del 0.3 por ciento.
En la secundaria, donde habría solo una tasa neta de escolarización del 88.7 por ciento, se calcula un abandono escolar del 4.2 por ciento, es decir, más alto que en los anteriores niveles del sector básico.
El problema se aprecia en el nivel de educación media superior, donde hay una tasa neta de escolarización del 70.2 por ciento y una tasa de abandono escolar del 10.3 por ciento, que es la cifra más alta de deserción en los distintos niveles educativos en el estado.
En contraste, en el nivel de educación superior hay apenas una cobertura del 43.2 por ciento y el abandono es del 9.4 por ciento.
