En 2018, Analilia Girón Cisneros sufrió un terrible accidente automovilístico, que le costó la amputación de su pierna izquierda. Los doctores, después de dos años de intentar salvar su extremidad al realizar 20 dolorosas intervenciones quirúrgicas y 15 transfusiones sanguíneas se dieron por vencidos.
Analilia, madre de dos hijos y de 41 años de edad, busca continuar con su vida con la obtención de una prótesis valuada en 300 mil pesos, para lo cual, necesita ayuda de sus coterráneos, los poblanos.
“El 24 de junio de 2018 sufrí un accidente automovilístico y de entonces para acá estuve con la pierna infectada y después de 20 operaciones, el 7 de mayo de 2020 me apuntaron la pierna”, dijo en tono apaciguado Analilia en entrevista con El Sol de Puebla.
Con la convicción y fortaleza de salir adelante, Girón busca recaudar fondos a través del Primer Piernotón, una especie de teletón con una clase de yoga que se impartirá el domingo 3 de octubre en el Rehability Center Puebla.
“Casi me queda menos de un tercio del fémur, entonces es una prótesis con unas características especiales que el promedio. Todo va ser más complicado, tanto la rehabilitación como el socket, que se va a ocupar para la prótesis”.
El terrible accidente no fue negligencia médica dice Analilia, los doctores trataron de salvar su pierna, aunque tuvo que pasar por un calvario de dos años. Al final, una bacteria expuesta al hueso impidió que su pierna se recuperara y tuvo que ser removida de su cuerpo.
“En el accidente tuve una fractura de fémur expuesta, salieron 8 cm de fémur volando. Un hueso al estar expuesto y estar en contacto con al aire se contamina, entonces llegué al hospital contaminada de dos bacterias, lograron erradicar una, pero la otra no, por eso tuvieron que amputarme la pierna”, narró extrañamente tranquila.
Su rodilla se multifragmentó, el tobillo se fracturó y el dedo gordo también, la bacteria avanzó en dos años hasta afectar más allá del fémur. En total estuvo 130 días hospitalizada.
Aunque Analilia tiene IMSS al haberse accidentado un domingo, el Seguro Social no le cubrió sus gastos médicos de prótesis pues no estaba en horario laboral.
“La prótesis que yo busco me va permitir caminar y andar en bicicleta. Uno de los problemas principales es cuando uno mete el muñón en el socket porque este se empieza a atrofiar. Lo que se busca es que yo pueda andar en bicicleta para conservar el músculo de cuádriceps y de glúteo, que son los primeros que se atrofian con el uso de la prótesis”.
La prótesis de fibra de carbono es a prueba de agua, con ella, Analilia va poder caminar, subir y bajar pendientes, montar bicicleta y en caso de poder tolerar el dolor, podría trotar, lo anterior, le permitirá poder llevar una vida más parecida a la que tenia antes.
“Ahorita me estoy moviendo en muletas y la Clínica Rehability Center me está patrocinando toda la cuestión de la psiquiatría; Ortopédica Flores me va a apoyar con la mano de obra de la prótesis y la Escuela de Natación Aquavida me va ayudar con la rehabilitación en la alberca”.
El proceso es largo para esta poblana, pues no solo tiene que lograr conseguir la prótesis, también tiene que acudir a rehabilitación porque al estar dos años en cama su cuerpo desarrolló contracturas y fibrosis.
“Cuando yo reúna el dinero para mi prótesis para yo dominarla son aproximadamente seis meses de rehabilitación para poder usarla bien. Es muy caro la fisiatria y todo lo que implica poder usarla. Realmente se tiene que aprender a caminar, se vuelve un proceso nuevo porque son muchas modificaciones para el cuerpo”.
Analilia, licenciada en Ciencias de la Computación por la BUAP, lleva recaudados 90 mil pesos desde que comenzó en los primeros días de septiembre su movimiento de Piernotón. Por lo que pide la ayuda a quienes puedan donar a la Clabe 012650012834529808 de BBVA.
El tiempo de vida de esta prótesis es de 7 a 10 años, así que en una década, Analilia tendrá que comprar otra prótesis para poder caminar.
Ella ahora se dedica a vender productos de catálogo y brinda clases de regularización en nivel básico y media superior para ayudar a solventar sus gastos pues es madre divorciada de dos niños, uno de 18 años y otro de 7 años.
Durante la entrevista, Analilia estuvo muy tranquila, pues reveló que después del accidente al ver su pierna, ella lo único que quería era seguir viviendo.
“Cuando llegué al hospital les dije: sálvenme la vida, córtenme la pierna. Yo lo acepté desde que vi mi pierna rota, yo la vi como pérdida total. Los médicos en afán de conservar las extremidades a veces hacen cosas que uno no entiende y te hacen sufrir un calvario eterno. Lo que se pudo hacer en una cirugía se hizo en 20”.