/ lunes 12 de febrero de 2018

Uber Eats, la nueva opción de empleo para estudiantes de Puebla

“Hay que tener experiencia de andar en las calles”

Pedaleando por kilómetros, bajo la lluvia o el sol y entre el tráfico de la ciudad, así se ganan la vida decenas de jóvenes entregando comida a domicilio con el servicio de Uber: Uber Eats.

Desde octubre que la compañía estadunidense comenzó a ofrecer su servicio de compra y entrega de alimentos, la bicicleta evolucionó de un medio de transporte a una herramienta de trabajo, pues cada vez es más común ver a motociclistas y ciclistas equipados con un chaleco reflejante y una mochila negra que resalta por el logotipo de Uber, moviéndose por toda la ciudad.

La experiencia de viajar todos los días a la universidad y el deseo de superarse, llevó a Dafne García y Oliver Arenas, dos jóvenes de 24 años de edad, a inscribirse como socios de Uber para surtir alimentos a bordo de sus bicicletas.

Ambos pedalean unos 20 kilómetros diarios, Dafne en la zona de Angelópolis y Oliver desde el Zócalo de Puebla hacia todas direcciones, para recoger el menú que alguien, desde su domicilio, oficina o donde se encuentre, ordena para comer.

Los dos aseguran que aunque parece que tener y montar en bicicleta o motocicleta es el único requisito para este trabajo, conocer la ciudad, tener buena condición física y concentración son fundamentales para el servicio, pues un error puede costarles el empleo o la vida.

Desde asegurarse de que el pedido les sea surtido correctamente, acomodarlo en su mochila para que no se enfríe y se distribuya el peso que cargarán sobre sus espaldas hasta emprender el viaje pedaleando rápido para ganarse una buena calificación o propina, librando baches y conduciendo entre el tráfico, todo al mismo tiempo, por lo que la concentración es indispensable.

“Los conductores no tienen cultura (vial), no saben que tenemos preferencia así que estoy pensando en que voy a comprar una de esas cornetas de las que hacen mucho ruido para (alertar) cuando ande circulando”, destaca Oliver.

“Hay que tener experiencia de andar en las calles, porque muchos no ponen direccionales y dejan poco espacio para el paso”, completa Dafne.

Además, advierten, están expuestos a la inseguridad, pues ambos han sabido de robos de bicicletas o motocicletas a compañeros suyos; Dafne, por ejemplo, ya fue víctima de los delincuentes, pues mientras entregó un pedido le arrebataron un espejo del manubrio, un elemento para su seguridad.

Pese a estas complicaciones, para ambos Uber Eats se ha convertido en una buena opción de autoempleo, pues trabajan y ganan dinero, hasta más de mil pesos semanales, sin el rigor de un horario y sitio fijo como un empleo formal.

Dafne, por ejemplo, combina tres horas diarias de trabajo con otro empleo de entregas y servicios con el uso de la bicicleta, la elaboración de su tesis en Criminalística y el curso de una segunda carrera universitaria vía internet, mientras que Oliver también reparte su tiempo entre el reparto de comida de Uber Eats y trabajos de edición de fotografía y video.


LA VISIBILIZACIÓN DE SERVICIO EN BICICLETA

Para Fidel Luengas Quiróz, director de Envici, y Armando Amaro Palafox, director de Cicloenvíos, dos servicios de entrega de alimentos de restaurantes y mensajería en bicicleta que operan desde hace más de dos años en Puebla, Uber Eats más que una competencia es una oportunidad de desarrollo.

“Porque logró que la población en general comience a ver que se puede mover en bici y que hay gente en bicicleta que hace entregas”, sostiene Fidel Luengas, y “nos han beneficiado, pues han abierto el mercado, pues muchas personas que consideraban inseguro mandar algo en bicicleta ahora lo piensa un poco más y deciden confiar”, completa Armando Amaro.

En el caso de Envici, que existe desde septiembre de 2015, añade Fidel Luengas, poca gente sabía que alguien puede pedalear para llevarle su comida desde algún restaurante, hacer un pedido, pedir una compra o que pague un servicio.

A diferencia de Uber Eats donde suelen trabajar jóvenes entusiastas, resalta, los bicimensajeros de Envici son personas amantes de la bicicleta, promotores de su uso y con una condición física que les permite pedalear distancias largas, además de que en servicios constantes, como con restaurantes, suelen asignarse uno o un grupo, que favorece la calidad del servicio.

Mientras que de Cicloenvíos, Armando Amaro subraya que toda vez que su servicio no se especializa en la entrega de comida, sino en la prestación de un amplio servicio de encargos y es más económico que la comisión que cobra Uber Eats, la incursión de este servicio no les ha afectado.


¿QUÉ ES UBER EATS?

Uber Eats es el servicio de Uber con el cual puedes ordenar comida desde tu celular y esperarla en donde te encuentres.

Uber Eats funciona con una aplicación anexa a su aplicación principal para la solicitud de conductor y servicio particular, mediante la cual puedes comprar alimentos y bebidas con cargo a tu tarjeta bancaria y es entregada mediante su socio en bicicleta o motocicleta.

Los socios de Uber Eats ganan en promedio 15 pesos por servicio, aunque en algunas horas, las que establece la compañía principalmente por alta demanda, la remuneración puede ser mayor.

Pedaleando por kilómetros, bajo la lluvia o el sol y entre el tráfico de la ciudad, así se ganan la vida decenas de jóvenes entregando comida a domicilio con el servicio de Uber: Uber Eats.

Desde octubre que la compañía estadunidense comenzó a ofrecer su servicio de compra y entrega de alimentos, la bicicleta evolucionó de un medio de transporte a una herramienta de trabajo, pues cada vez es más común ver a motociclistas y ciclistas equipados con un chaleco reflejante y una mochila negra que resalta por el logotipo de Uber, moviéndose por toda la ciudad.

La experiencia de viajar todos los días a la universidad y el deseo de superarse, llevó a Dafne García y Oliver Arenas, dos jóvenes de 24 años de edad, a inscribirse como socios de Uber para surtir alimentos a bordo de sus bicicletas.

Ambos pedalean unos 20 kilómetros diarios, Dafne en la zona de Angelópolis y Oliver desde el Zócalo de Puebla hacia todas direcciones, para recoger el menú que alguien, desde su domicilio, oficina o donde se encuentre, ordena para comer.

Los dos aseguran que aunque parece que tener y montar en bicicleta o motocicleta es el único requisito para este trabajo, conocer la ciudad, tener buena condición física y concentración son fundamentales para el servicio, pues un error puede costarles el empleo o la vida.

Desde asegurarse de que el pedido les sea surtido correctamente, acomodarlo en su mochila para que no se enfríe y se distribuya el peso que cargarán sobre sus espaldas hasta emprender el viaje pedaleando rápido para ganarse una buena calificación o propina, librando baches y conduciendo entre el tráfico, todo al mismo tiempo, por lo que la concentración es indispensable.

“Los conductores no tienen cultura (vial), no saben que tenemos preferencia así que estoy pensando en que voy a comprar una de esas cornetas de las que hacen mucho ruido para (alertar) cuando ande circulando”, destaca Oliver.

“Hay que tener experiencia de andar en las calles, porque muchos no ponen direccionales y dejan poco espacio para el paso”, completa Dafne.

Además, advierten, están expuestos a la inseguridad, pues ambos han sabido de robos de bicicletas o motocicletas a compañeros suyos; Dafne, por ejemplo, ya fue víctima de los delincuentes, pues mientras entregó un pedido le arrebataron un espejo del manubrio, un elemento para su seguridad.

Pese a estas complicaciones, para ambos Uber Eats se ha convertido en una buena opción de autoempleo, pues trabajan y ganan dinero, hasta más de mil pesos semanales, sin el rigor de un horario y sitio fijo como un empleo formal.

Dafne, por ejemplo, combina tres horas diarias de trabajo con otro empleo de entregas y servicios con el uso de la bicicleta, la elaboración de su tesis en Criminalística y el curso de una segunda carrera universitaria vía internet, mientras que Oliver también reparte su tiempo entre el reparto de comida de Uber Eats y trabajos de edición de fotografía y video.


LA VISIBILIZACIÓN DE SERVICIO EN BICICLETA

Para Fidel Luengas Quiróz, director de Envici, y Armando Amaro Palafox, director de Cicloenvíos, dos servicios de entrega de alimentos de restaurantes y mensajería en bicicleta que operan desde hace más de dos años en Puebla, Uber Eats más que una competencia es una oportunidad de desarrollo.

“Porque logró que la población en general comience a ver que se puede mover en bici y que hay gente en bicicleta que hace entregas”, sostiene Fidel Luengas, y “nos han beneficiado, pues han abierto el mercado, pues muchas personas que consideraban inseguro mandar algo en bicicleta ahora lo piensa un poco más y deciden confiar”, completa Armando Amaro.

En el caso de Envici, que existe desde septiembre de 2015, añade Fidel Luengas, poca gente sabía que alguien puede pedalear para llevarle su comida desde algún restaurante, hacer un pedido, pedir una compra o que pague un servicio.

A diferencia de Uber Eats donde suelen trabajar jóvenes entusiastas, resalta, los bicimensajeros de Envici son personas amantes de la bicicleta, promotores de su uso y con una condición física que les permite pedalear distancias largas, además de que en servicios constantes, como con restaurantes, suelen asignarse uno o un grupo, que favorece la calidad del servicio.

Mientras que de Cicloenvíos, Armando Amaro subraya que toda vez que su servicio no se especializa en la entrega de comida, sino en la prestación de un amplio servicio de encargos y es más económico que la comisión que cobra Uber Eats, la incursión de este servicio no les ha afectado.


¿QUÉ ES UBER EATS?

Uber Eats es el servicio de Uber con el cual puedes ordenar comida desde tu celular y esperarla en donde te encuentres.

Uber Eats funciona con una aplicación anexa a su aplicación principal para la solicitud de conductor y servicio particular, mediante la cual puedes comprar alimentos y bebidas con cargo a tu tarjeta bancaria y es entregada mediante su socio en bicicleta o motocicleta.

Los socios de Uber Eats ganan en promedio 15 pesos por servicio, aunque en algunas horas, las que establece la compañía principalmente por alta demanda, la remuneración puede ser mayor.

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