Si bien es cierto que para muchas personas el cubrebocas se ha vuelto parte de los accesorios obligados de portar al momento de vestir, para otras ha significado un alivio ya no usarlo, después de que el gobierno del estado decretara que ha dejado de ser obligatorio. Esta medida gubernamental ha tenido un fuerte impacto en los negocios que durante la pandemia se dedicaron a la venta del producto sanitario. La comercialización se encuentra en franco descenso y ahora esos establecimientos se encuentran ante la disyuntiva de cambiar de giro o cerrar.
Si para el 12 de mayo, cuando todavía no se decretaba el fin de la obligatoriedad, la gente ya optaba por no portar el cubrebocas, con el documento, aquellos que ya estaban hartos de usarlo debido al coronavirus prefirieron dejarlos guardados o, en todo caso, no comprarlo más.
El Sol de Puebla realizó un recorrido y un sondeo por los negocios que surgieron a partir de la contingencia sanitaria, aquellos que se dedican a la venta de productos meramente para la higiene y prevención del virus SARS-Cov-2.
La principal respuesta fue que las ventas han ido a pique, pues si antes se vendían por lo menos unas cinco cajas de cubrebocas con 50 o 100 piezas al día, hoy solo venden entre 10 y 20 de estos productos, por separado.
A decir de Samara, quien atiende un negocio ubicado en Avenida Las Torres, el cual surgió a meses de iniciar la contingencia sanitaria en 2020, la gente ya no compra insumos como antes, ya que no le toman importancia, pues creen que ya pasó la pandemia de coronavirus o que ya no pueden contagiarse y morir.
Inclusive, refirió que hay productos como el gel antibacterial y sanitizante que son los que menos se venden, ya que no se consideran indispensables y la población ya bajó la guardia para cuidarse de contraer Covid.
“Sí se vende, pero ya no como antes, ya la gente viene a comprar y dice ‘pues ya no lo vamos a ocupar, no me llevo muchos’. Antes se llevaban 20 o 30, ahora ya no, sí bajo la venta”, expuso.
Reconoció que antes se vendían 6 mil piezas a la semana, pero ahora, a duras penas se venden 2 mil, pues ya no hay tanta demanda.
PRECIOS BAJAN HASTA EN UN 70 POR CIENTO
Por este factor es que buscaron bajar precios, a fin de que los ciudadanos compren los insumos y los negocios no se vean afectados. Un 70 por ciento es lo que le disminuyeron a los costos y aun así no ven mejora en las ventas.
Samara destacó que a inicios de la pandemia una caja de cubrebocas tipo KN95 costaba hasta 300 pesos, no obstante, ahora bajó a menos de 100 pesos. Y son estos los que menos se llevan, pues al ser más gruesos las personas optan por comprar uno tipo tricapa, que es más delgado (y menos incómodo para respirar por un largo periodo de tiempo).
De este último producto se llevan más paquetes, ya que son tres cajas de 50 piezas por 100 pesos, lo que es amigable con la economía de la gente.
Las caretas valen 8 pesos, los lentes de protección 30 pesos, portacubrebocas 10 pesos, tarjetas sanitizantes 8 pesos, gel antibacterial 15 pesos y el sanitizante que era más caro durante la ola de casos de coronavirus vale 25 pesos.
SÓLO SOBREVIVE EL CUBREBOCAS
Por su parte, Rosalía Gutiérrez, dueña de un local de insumos de higiene, apuntó que, si los cubrebocas ya no se venden, son las caretas, tarjetas sanitizantes, pruebas Covid, guantes, lentes y hasta portacubrebocas los que han quedado olvidados.
Mencionó que cuando “estaba en auge” la pandemia, la gente acudía con pánico a su trabajo o hasta a ver a los familiares, por eso es que muchos compraban guantes de látex para poder viajar en el transporte público, no obstante, luego de más de un año de este virus ya aprendieron a vivir con ello.
Por ello es que los productos antes mencionados son los que han quedado rezagados, pues la gente ya no los pide, y cuando acude a comprar se lleva cubrebocas básicos que son los tricapa y que “no lastiman las orejas”, gracias al grosor del elástico.
Así que ante la falta de demanda de la población ella ha optado por ya no comprar más de este tipo de insumos, sino solo sacar para la venta los que tenía guardados en su bodega, pues no invertirá en algo que ya no es viable y esperará a emprender en algo nuevo.
“Ya casi nadie te pide los guantes de látex, las caretas o hasta los lentes. Ya la gente medio se cuida y si acaso solo acude a comprar lo más básico, que son los cubrebocas, pero se llevan de esos delgaditos, de los que no ‘agachan las orejas’, porque los otros son un poco más caros y después de más de dos años ya casi nadie los quiere por lo mismo”, finalizó.
BUSCAN CAMBIAR DE GIRO O INTRODUCIR OTROS PRODUCTOS PARA SUBSISTIR
Abraham Catana Ponce añadió que el negocio que atiende inició en la pandemia y que en su caso ha optado por introducir más productos, pero no solo para prevenir la Covid-19, pues vende también aparatos electrónicos.
Todo para poder subsistir, ya que de lo contrario sabe que no duraría mucho y menos ahora que existe un decreto que permite a la sociedad librarse del cubrebocas. Así que, al entrar los clientes, ya solo arañan algunos productos, pero no más.
“La tienda empezó con insumos para prevenir el Covid. El objetivo de la tienda era de productos electrónicos, pero dio un giro rotundo. Se compraron cubrebocas, gel y hasta toallas sanitizantes. Todo eso se vendía (…) ya solo vendemos lo mínimo y por eso se han metido más de estos productos”, comentó.
Relató que las personas ahora solo se llevan entre tres y cuatro mascarillas al día, por lo que ya es claro que no se venden como antes. Por tanto, ya no se surtirán a gran medida, sino solo como la gente lo demande.
PRODUCTORES DE CUBREBOCAS BAJAN NÚMEROS
En tanto, quienes se introdujeron al negocio de la producción de cubrebocas también disminuyeron sus números, ya que los pedidos bajaron desde semanas antes del 12 de mayo, pues sus compradores argumentaron que las ventas habían mermado.
Wendolyn, quien creó una pequeña fábrica de costura durante la pandemia, aseveró que ya no es lo mismo de antes, pues con anterioridad hacían más de 3 mil piezas diarias, porque no se daban abasto con los pedidos. Eso hoy ya solo es un recuerdo.
No negó que continúe con la venta, pero dejó en claro que no es ni lo que se parecía a inicios de la contingencia de coronavirus, pues ya solo realiza entre 100 y 400 piezas al día, por lo que ha tenido que cerrar puestos.
De igual forma, Belén García, una emprendedora que vio en la obscuridad de un virus la oportunidad de salir adelante con la venta de cubrebocas de tela, señaló que vio cómo poco a poco sus ingresos bajaron, ya que sus productos eran requeridos con mayor fuerza en el 2021, pero ahora ya casi nadie compra.
Sostuvo que para la gente era una opción más económica adquirir un cubrebocas de tela, que era lavable y reutilizable, que comprar uno que solo podía usarse una vez. Por ello es que sus vecinos de la colonia Ampliación Guadalupe eran sus principales clientes.
Con el paso del tiempo y la forma en que ha evolucionado la pandemia, estos ya casi no se venden, pues a la semana por mucho se llevan 30 cubrebocas, pero no significa que siempre sea la misma situación, ya que, como mencionó, son reutilizables.
Ahora buscará una nueva ruta para emprender y no dejar de lado esta oportunidad que le ha dado la vida, ya que a sus 50 años ya no le ofrecen un trabajo formal, por lo que, con su máquina de coser, ella había obtenido buenos resultados. Así quiere seguir, de manera independiente para hacerle frente a las escasas oportunidades de empleo.
NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA: ESPECIALISTA
Mientras tanto, desde la perspectiva del doctor Eduardo López Villalobos, académico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), no se debe bajar la guardia, pues aún se reportan casos de contagios en la entidad poblana.
Destacó que por ahora no puede haber una respuesta concreta para saber cuándo se dejará de usar de manera definitiva, pues dependerá del tiempo y la evolución de la contingencia sanitaria. Por ello es que no se debe dejar de lado el uso y tener en cuenta que, en otros países, cuando se pensó que había acabado la Covid, regresó con más fuerza.
Subrayó que para quienes lo portaron desde inicios de la pandemia y quieran dejarlo sí representará un cambio, pues la nariz se adaptó a estar protegida contra enfermedades respiratorias o hasta alergias, pero ahora las defensas ya no están capacitadas para hacer anticuerpos de manera rápida.
“El hecho de retirarlo, ¿qué puede provocar?, nosotros dejamos de estar en contacto con sustancias o bacterias que generalmente tenemos en el medio ambiente o de persona a persona y antes de usar las mascarillas ponía a trabajar a nuestras defensas para que estuvieran activas. Ahora, con el uso de cubrebocas, puede ser que nuestras defensas no estén capacitadas rápidamente para hacer anticuerpos para defendernos de enfermedades común y corrientes”, puntualizó.
Aseveró que en caso de que las personas ya no quieran portar una mascarilla, deben retirarla parcialmente y no de un día para otro, pues poco a poco se debe hacer donde no haya gente, pero en donde se registre afluencia de muchas personas se debe dejar puesto.
Independientemente de esto, se pueden consumir alimentos que tengan vitaminas A, C y D, tales como vegetales, hígado de res, aguacate, champiñones, pescado, entre otros, para evitar comprar pastillas, y solo se debe llevar una alimentación balanceada a fin de que las defensas vuelvan a recobrar el aprendizaje que tenían antes de la pandemia.
Mientras eso ocurre, en el transporte público, en lugares concurridos y hasta en comercios se observa que la gente no ha perdido el miedo completamente y se cuida. Ya no solo por los adultos mayores, sino por los más jóvenes y los menores de edad, que no en todos los casos han sido vacunados.
