Horas después de que madre e hija fueran muertas por una unidad de la Ruta 76, trabajadores de locales aledaños al punto del accidente, colocaron rosas y veladoras en memoria de las víctimas, cuyos rastros hemáticos sobre el pavimento, daban cuenta de la gravedad del accidente.
Incluso, trabajadores del servicio de limpia del Ayuntamiento de Puebla, con el apoyo de una pipa y escobas lavaron el lugar donde los cuerpos de Ofelia N y Adriana N, de 71 y 41 años de edad, respectivamente, quedaron tendidos tras haber sido arrolladas por la unidad del transporte público.
En tanto, trabajadores de locales que se ubican en el cruce de la avenida 11 Oriente-Poniente y la avenida 16 de Septiembre, decidieron comprar dos ramos de rosas y veladoras para “alumbrar el camino” de las hoy occisas.
No obstante, pese a lo ocurrido la tarde de ayer, automovilistas y choferes del transporte público, siguieron mostrando su falta de pericia y prudencia frente al volante y a los peatones, conduciendo a alta velocidad.
Las víctimas se disponían a cruzar la calle cuando el chofer de un microbús de la Ruta 76 las arrolló para después huir con diversos documentos en mano, dejando abandonadas a madre e hija, así como su unidad de trabajo.
Aunque la mujer de 72 años pereció de forma casi instantánea, la lesionada de 42 murió instantes después debido a la gravedad de las lesiones.
Pese al aseguramiento del microbús involucrado en el accidente, hasta la noche, el presunto responsable no había sido ubicado y detenido.