“Mi hijo cumplió tres meses de muerto y al mes y medio dejaron de comunicarse conmigo, lo que ellos quieren para moverse es dinero y nosotros no lo tenemos, incluso, sabemos que los responsables abrieron otro anexo en Totimehuacan; solo queremos justicia”, es la denuncia de Patricia a 93 días del asesinato de su hijo Alan Jafer, de 21 años, quien fue golpeado en un anexo de Lomas de San Miguel.
El proceso de resignación ante la pérdida de su hijo, en este tiempo, confiesa, ha sido difícil, complicado, pues nadie les ha brindado la ayuda que esperan. Si bien, un juez ya libró las órdenes de aprehensión contra los sospechosos, al momento, y a pesar de contar con diversas pistas, no han sido cumplimentadas.
“Nos quedamos hasta donde ya hay órdenes de aprehensión; de plano, nos dijeron que ellos estaban haciendo todo lo posible para buscarlos, pero que no los encontraban y que si nosotros podíamos ubicarlos por nuestros propios medios, les avisáramos para que ellos fueran a su detención”, lamenta la madre del joven, pues considera que ella, su hija y otros de sus familiares, se han dedicado a hacer el trabajo de los agentes investigadores de la Fiscalía de Puebla.
Patricia recuerda que desde el inicio del caso, hubo lo que para ella es, negligencia y malas actuaciones de las autoridades ministeriales, ya que su hija fue la que se encargó de buscar a una joven que fue testigo de los hechos, además de que avisaron sobre la mudanza del anexo “La Piedad”, que llevó a la Fiscalía a catear y sellar el inmueble.
La entrevistada por El Sol de Puebla, insiste en que a pesar de que los agentes investigadores cuentan con una libreta con un listado de nombres, teléfonos y direcciones de quienes estaban anexados, jamás fueron a buscar a su domicilio al autor material del crimen.
Recalca que ellos como dolientes han profundizado en las investigaciones de tal forma que tienen indicios de dónde estarían, al menos los encargados del anexo, quienes dicen, habrían abierto otro anexo, pero en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan.
“Yo les comenté que nos habían dicho dónde se encontraban estas personas, nos dijeron que no podían moverse para allá porque Fiscalía no iba a querer pagar los viáticos y el permiso del carro”, asegura la doliente.
La madre de Alan sospecha que simplemente, las autoridades le han dado carpetazo al asunto ya que no ven avances en el asunto.
“Que sea lo que Dios diga. Vamos a ser honestos, lo que ellos quieren es dinero para que se muevan y nosotros no lo tenemos, como se lo dije al fiscal, yo ya le di muchas pruebas y no pasa nada”, finaliza la denunciante.
Fue el 6 de abril del presente año que el joven de 21 años de edad, murió al llegar Hospital General del Norte, luego de que los malestares por la golpiza que tres días antes recibió en el anexo “La Piedad”, se intensificaran.
Desde entonces, la familia del joven que solo buscaba rehabilitarse, alejarse de las drogas y renovar su vida, ha buscado castigo para los responsables.
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