“Ya son diez días y estamos desesperados, nos dicen que los exámenes de ADN pueden salir en una semana o entre un mes y tres, solo pedimos el apoyo del gobierno de Puebla para darle cristiana sepultura a nuestros seres queridos en Veracruz”, son las súplicas de la familia de las dos personas que murieron calcinadas durante una carambola el pasado 29 de agosto en la autopista Puebla-Orizaba, poco antes de llegar a la caseta de peaje de Amozoc de Mota con dirección a Puebla.
Soledad cuenta que su hermana Laura Carolina de 42 años y su cuñado, Gerardo de 56, vivían en unión libre; el día del accidente, a las 16:30 horas, a bordo de una camioneta Toyota color gris, con placas del Estado de México, salieron de Tierra Blanca, Veracruz, de donde eran originarios, hacia Chalco, Estado de México, para revisar la documentación de la citada unidad, propiedad de Gerardo.
Horas después, a las 21:20 horas de ese mismo 29 de agosto, la hija de Soledad recibió una llamada de su tía Laura Carolina, la cual le informó que estaban por llegar a Puebla, siendo esta, la última conversación que se tuvo con ella.
“A las 9: 20 de la noche se registraron tres llamadas en mi celular y yo no pude contestar; le marcaron a mi hija para avisarle que estaban por llegar a Puebla, y fue lo único porque se cortó la llamada; la verdad, no los echábamos de menos porque sabíamos que cuando salían, se quedaban uno o dos días, en lo que regresaban, pero esta vez, al tercer y cuarto día, pensamos que algo les había pasado por lo que empezamos a buscarlos en el Facebook con sus fotos y la de la camioneta, fue así que hasta el jueves, supimos del accidente”, narra la entrevistada vía telefónica.
En ese momento comenzó el infierno tanto para la familia de Laura como de Gerardo, y es que mientras buscaban conocer de su paradero en redes sociales, estuvieron a punto de ser víctimas de extorsión, ya que ambas familias recibieron llamadas en las que les aseguraron que tenían a la pareja secuestrada y requerían de 40 mil pesos, por cada uno, para poder liberarlos; sin embargo, no se dejaron engañar y no cayeron en la trampa.
“A mí me mandaron mensajes y me pedían 200 mil pesos por los dos. No caímos, les dije que nos dejaran de molestar, bloqueé todo contacto. El proceso, la verdad ha sido muy doloroso, estar con la incertidumbre de saber si mi hermana estaba viva o no; debido a las condiciones en las que estaban los cuerpos no pudimos verlos, no eran reconocibles, solo vimos una foto en la que reconocemos a mi cuñado, pero no sabíamos si mi hermana también estaba muerta, ahora con todas las pruebas que recopilamos, sabemos que los dos murieron”, explica Soledad.
Ante esta situación, una vez que supieron del accidente, la hermana de la hoy occisa y otro familiar, llegaron a Puebla a realizarse los exámenes de ADN para que el personal del Servicio Médico Forense (Semefo) a cargo de la Fiscalía de Puebla (FGE), realice la confronta con los cuerpos calcinados y así, científicamente, tener la certeza de que se trata de Laura y Gerardo.
No obstante, para los deudos ya no hay dudas y ante las posibilidades de una semana, un mes o hasta tres meses que le dieron las autoridades forenses y ministeriales de Puebla, para conocer los resultados y así poder reclamar los cuerpos, la entrevistada, solo pide celeridad en el asunto.
“Nosotros no tenemos recursos, somos personas humildes, trabajadoras, que vamos al día, no tenemos recursos para poder agilizar nada, solo queremos que el gobierno de Puebla nos apoye y tengamos el cuerpo de nuestros familiares para darles cristiana sepultura. Desde Veracruz ya nos están apoyando, pero necesitamos la ayuda de las autoridades poblanas”, finalizó la declarante.
La fatal carambola se registró la noche del 29 de agosto, a las 21:42 horas. Elementos de la Guardia Nacional (GN) Sección Carreteras fueron los primeros en llegar a la zona.
Mediante el uso de extintores procedieron a sofocar las llamas en un vehículo Toyota color gris, con placas del Estado de México, en el que piloto y copiloto murieron calcinados; mientras el ocupante de un automóvil Aveo color negro con láminas también del Estado de México resultó sin lesiones aparentes; en tanto, una camioneta Ford f150, color gris con placas de circulación de Tlaxcala, fue abandonada, sin que hasta ahora se conozca mayor detalle sobre la mecánica del accidente.
