/ lunes 25 de marzo de 2024

A Puerta Cerrada | Eduardo Rivera, ¿derrotado antes de empezar?

Puede ser que no sea así, que sean equivocadas las expresiones que afirman que Eduardo Rivera Pérez, candidato a gobernador de la coalición Mejor Rumbo para Puebla, da por perdida la contienda, por anticipado, incluso antes del arranque de las campañas, pero las especulaciones deben poner en alerta al abanderado opositor, porque derivan de una percepción negativa que él mismo ha provocado y que comienza a generalizarse entre los integrantes de la élite gobernante, tanto en el sector público como en el empresarial.

Decir que Eduardo Rivera ha tirado la toalla antes de empezar la guerra –que arrancará de manera formal el próximo domingo– es una afirmación recurrente, que emana no solo de personajes directamente interesados en el resultado de la contienda, sino de actores ajenos a la disputa de partidos políticos cuyo futuro profesional y económico no depende de quien se convierta en el sucesor de Sergio Salomón Céspedes a fin de año.

Uno de estos focos de percepción negativa para Eduardo Rivera se ubica en el Instituto Electoral del Estado (IEE), donde sus miembros más avezados, los de mayor experiencia, pueden medir la seriedad y la intensidad con que los aspirantes a puestos de elección popular asumen sus posibilidades de triunfo a partir de las quejas y denuncias que presentan contra sus rivales.

El caso de Rivera parece ser elocuente.

Hasta el momento, el equipo jurídico del presidente municipal de Puebla con licencia no ha presentado denuncias en contra de la coalición Sigamos Haciendo Historia y su candidato a gobernador, Alejandro Armenta Mier, lo que contrasta con lo que sí ha hecho, por ejemplo, Mario Riestra Piña.

A diferencia de Rivera Pérez, los abogados del precandidato a presidente municipal de Puebla, de la misma coalición opositora, han desplegado una estrategia legal en contra de Morena y su abanderado a edil, José Chedraui Budib, que podría serle muy útil en el futuro, en caso de que el resultado de la elección sea cerrado y la contienda tenga que resolverse en los tribunales.

Para los especialistas en materia electoral, solo se prepara para la batalla jurídica quien considera que tiene oportunidad de ganar y está echado para adelante.

Quien no cree en su propia apuesta, por las causas que sean, prefiere ahorrarse el desgaste y evitarse problemas.

En el caso de la contienda para definir al próximo alcalde de la capital, Riestra ha denunciado a Chedraui y Chedraui a Riestra, pero Rivera no ha hecho lo propio en contra de Armenta ni el morenista en contra del panista.

Allá en la sede del IEE interpretan esa falta de recursos jurídicos en la contienda de gobernador como la claudicación de uno y el exceso de confianza del otro.

Desde esta perspectiva, Eduardo Rivera no se prepara para un conflicto poselectoral porque asume que no tiene posibilidades de ganar y Alejandro Armenta tampoco lo hace porque cree que no necesitará de ese recurso, dado que su victoria –considera– será contundente y convincente.

Eso es lo que concluyen algunos observadores al interior del organismo electoral.

El problema para el panista es que esa percepción comienza a ser generalizada, compartida entre personas neutrales, más o menos objetivas, que no forman parte del bando rival, donde cohabitan aquellos que, evidentemente, desean y esperan que fracase.

La mala percepción, a la que también contribuye su escasa presencia pública, puede generar una narrativa que desanime a los electores a otorgarle su apoyo en las urnas, ante la inutilidad de salir de casa y sufragar por un candidato inevitablemente “derrotado”.

* * *

De entre los fichajes que esta mañana anunciará Alejandro Armenta como miembros formales de su equipo de campaña destacarán dos, pero por polémicos: el de Enrique Doger Guerrero, que será responsable de la vocería en mancuerna con Edurne Ochoa Ledesma, y el de Marcelo García Almaguer, que la hará de colaborador externo –situado a la distancia– para el reforzamiento de la estrategia digital.

El arribo de Doger sorprenderá un poco menos que el de García.

El exrector de la BUAP y expresidente municipal de Puebla tiene una historia de encuentros y desencuentros en torno al PRI y lleva ya más de un año separado del tricolor, en la cancha de Morena, a la que ingresó para colaborar en las causas políticas de su amigo Ignacio Mier.

La que sí provocará varios sobresaltos será la incorporación del especialista en comunicación digital, quien partió de Puebla en 2021, después de ser diputado local, debido a la personalísima relación que tuvo con el fallecido Rafael Moreno Valle y al rol que desempeñó como tomador de decisiones de su equipo de trabajo.

Marcelo García no estará en la presentación de esta mañana pero será anunciado como parte del “war room” del candidato a gobernador, al que llegó –querrá usted saber– gracias a la buena y nueva relación de José Luis García Parra con Fernando Manzanilla Prieto.

* * *

César Yáñez fue el puente que logró sentar a Alejandro Armenta e Ignacio Mier para calmar los ánimos y apagar el fuego que se había extendido por toda la 4T después de que el diputado federal fue señalado como promotor de una revuelta de inconformes por la designación de candidatos.

Tras las declaraciones de Mier y el extrañamiento que le hicieron los dirigentes de Morena y sus partidos aliados, fue este político nacido en Colima, hoy integrante del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum, quien se dio a la tarea de reconciliar a los dos legisladores.

La foto publicada la noche del 7 de marzo en redes sociales, que muestra a César Yáñez, Alejandro Armenta, Ignacio Mier y Ricardo Monreal en un ambiente de camaradería, abrazados y sonrientes, fue tomada en casa del otrora vocero lopezobradorista.

@jorgerdzc

Puede ser que no sea así, que sean equivocadas las expresiones que afirman que Eduardo Rivera Pérez, candidato a gobernador de la coalición Mejor Rumbo para Puebla, da por perdida la contienda, por anticipado, incluso antes del arranque de las campañas, pero las especulaciones deben poner en alerta al abanderado opositor, porque derivan de una percepción negativa que él mismo ha provocado y que comienza a generalizarse entre los integrantes de la élite gobernante, tanto en el sector público como en el empresarial.

Decir que Eduardo Rivera ha tirado la toalla antes de empezar la guerra –que arrancará de manera formal el próximo domingo– es una afirmación recurrente, que emana no solo de personajes directamente interesados en el resultado de la contienda, sino de actores ajenos a la disputa de partidos políticos cuyo futuro profesional y económico no depende de quien se convierta en el sucesor de Sergio Salomón Céspedes a fin de año.

Uno de estos focos de percepción negativa para Eduardo Rivera se ubica en el Instituto Electoral del Estado (IEE), donde sus miembros más avezados, los de mayor experiencia, pueden medir la seriedad y la intensidad con que los aspirantes a puestos de elección popular asumen sus posibilidades de triunfo a partir de las quejas y denuncias que presentan contra sus rivales.

El caso de Rivera parece ser elocuente.

Hasta el momento, el equipo jurídico del presidente municipal de Puebla con licencia no ha presentado denuncias en contra de la coalición Sigamos Haciendo Historia y su candidato a gobernador, Alejandro Armenta Mier, lo que contrasta con lo que sí ha hecho, por ejemplo, Mario Riestra Piña.

A diferencia de Rivera Pérez, los abogados del precandidato a presidente municipal de Puebla, de la misma coalición opositora, han desplegado una estrategia legal en contra de Morena y su abanderado a edil, José Chedraui Budib, que podría serle muy útil en el futuro, en caso de que el resultado de la elección sea cerrado y la contienda tenga que resolverse en los tribunales.

Para los especialistas en materia electoral, solo se prepara para la batalla jurídica quien considera que tiene oportunidad de ganar y está echado para adelante.

Quien no cree en su propia apuesta, por las causas que sean, prefiere ahorrarse el desgaste y evitarse problemas.

En el caso de la contienda para definir al próximo alcalde de la capital, Riestra ha denunciado a Chedraui y Chedraui a Riestra, pero Rivera no ha hecho lo propio en contra de Armenta ni el morenista en contra del panista.

Allá en la sede del IEE interpretan esa falta de recursos jurídicos en la contienda de gobernador como la claudicación de uno y el exceso de confianza del otro.

Desde esta perspectiva, Eduardo Rivera no se prepara para un conflicto poselectoral porque asume que no tiene posibilidades de ganar y Alejandro Armenta tampoco lo hace porque cree que no necesitará de ese recurso, dado que su victoria –considera– será contundente y convincente.

Eso es lo que concluyen algunos observadores al interior del organismo electoral.

El problema para el panista es que esa percepción comienza a ser generalizada, compartida entre personas neutrales, más o menos objetivas, que no forman parte del bando rival, donde cohabitan aquellos que, evidentemente, desean y esperan que fracase.

La mala percepción, a la que también contribuye su escasa presencia pública, puede generar una narrativa que desanime a los electores a otorgarle su apoyo en las urnas, ante la inutilidad de salir de casa y sufragar por un candidato inevitablemente “derrotado”.

* * *

De entre los fichajes que esta mañana anunciará Alejandro Armenta como miembros formales de su equipo de campaña destacarán dos, pero por polémicos: el de Enrique Doger Guerrero, que será responsable de la vocería en mancuerna con Edurne Ochoa Ledesma, y el de Marcelo García Almaguer, que la hará de colaborador externo –situado a la distancia– para el reforzamiento de la estrategia digital.

El arribo de Doger sorprenderá un poco menos que el de García.

El exrector de la BUAP y expresidente municipal de Puebla tiene una historia de encuentros y desencuentros en torno al PRI y lleva ya más de un año separado del tricolor, en la cancha de Morena, a la que ingresó para colaborar en las causas políticas de su amigo Ignacio Mier.

La que sí provocará varios sobresaltos será la incorporación del especialista en comunicación digital, quien partió de Puebla en 2021, después de ser diputado local, debido a la personalísima relación que tuvo con el fallecido Rafael Moreno Valle y al rol que desempeñó como tomador de decisiones de su equipo de trabajo.

Marcelo García no estará en la presentación de esta mañana pero será anunciado como parte del “war room” del candidato a gobernador, al que llegó –querrá usted saber– gracias a la buena y nueva relación de José Luis García Parra con Fernando Manzanilla Prieto.

* * *

César Yáñez fue el puente que logró sentar a Alejandro Armenta e Ignacio Mier para calmar los ánimos y apagar el fuego que se había extendido por toda la 4T después de que el diputado federal fue señalado como promotor de una revuelta de inconformes por la designación de candidatos.

Tras las declaraciones de Mier y el extrañamiento que le hicieron los dirigentes de Morena y sus partidos aliados, fue este político nacido en Colima, hoy integrante del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum, quien se dio a la tarea de reconciliar a los dos legisladores.

La foto publicada la noche del 7 de marzo en redes sociales, que muestra a César Yáñez, Alejandro Armenta, Ignacio Mier y Ricardo Monreal en un ambiente de camaradería, abrazados y sonrientes, fue tomada en casa del otrora vocero lopezobradorista.

@jorgerdzc