/ lunes 30 de mayo de 2022

A Puerta Cerrada | Ricardo Monreal se asume crítico de Morena ante empresarios

Ricardo Monreal Ávila dialogó con un grupo de empresarios poblanos como si no fuese parte de esa élite de poder que gobierna hoy el país. Como si no hubiese arribado al senado por la vía de Morena y no compartiera, en teoría, los principios ideológicos del presidente López Obrador, fundador y dueño de ese partido político.

En el papel de aspirante presidencial que plantea su visión de país, escucha propuestas y recibe con atención las quejas del sector económico del estado, el que hace inversiones y genera empleos, el coordinador de los senadores de la cuatroté se volvió un crítico más del sistema al que pertenece.

La escena tuvo lugar en un salón del Centro Mexicano Libanés, el viernes por la noche, a donde Monreal acudió invitado por el empresario José Yitani Maccise, quien reunió a 100 personajes, hombres y mujeres de la iniciativa privada, para sostener una plática directa y franca con él.

A la mesa principal se sentaron los hermanos José y Antonio Yitani Maccise, su sobrino Carlos, actual presidente del Libanés, así como Rubén Contreras Reyes, Alfredo Rivera Espinoza, Reyes Huerta Ortega, Manuel Alonso Espinoza, Abraham Tlaiye Reina, Jaime Cañedo Castillo y el también senador de Morena, Alejandro Armenta Mier.

Durante casi tres horas, Monreal y sus anfitriones poblanos intercambiaron puntos de vista acerca de lo que ocurre en la vida pública del país y aquello que, consideran, debe corregirse en el 2024, con el comienzo de un nuevo gobierno.

El primero en tomar la palabra fue ‘Pepe’ Yitani.

Tras la bienvenida de rigor, el anfitrión expresó las principales preocupaciones del sector empresarial ahí reunido: inseguridad e incertidumbre económica.

Luego tocó el turno a Monreal, que fue un tanto laxo en sus proposiciones hasta que llegaron las preguntas de los asistentes, quienes, en tono crítico y en bloques de tres, le dibujaron un país sin dirección, le plantaron los errores de la cuatroté y le pidieron que, en caso de concretar sus aspiraciones, corrija el rumbo una vez que sea presidente.

El más severo de la noche fue Alfredo Rivera.

En un tono efusivo, el dueño de Autobuses Oro se pronunció por sacar a Morena del poder y, en un ‘mea culpa’ aparentemente tardío, se reconoció arrepentido por apoyar a López Obrador a través de un consejo de empresarios supuestamente asesores del presidente que poco o nada pudo hacer para asesorar de verdad.

Aquí cambiaron los matices de la plática.

Frente a las interrogantes aderezadas de señalamientos, Ricardo Monreal se volvió un crítico agudo del sistema en el poder, de sus decisiones en asuntos de seguridad y combate al narcotráfico, de las políticas económicas, de la intolerancia frente a la disparidad de pensamiento y hasta de asuntos tan puntuales y polémicos como el de los médicos cubanos.

En unos minutos Monreal se transmutó en aspirante presidencial de la oposición y conquistó a sus interlocutores, quienes parecieron comprarle aquello que el senador quiere vender: la historia del precandidato que se dice distinto al resto de sus compañeros de partido. El rebelde que por rebelde no es una más de las “corcholatas” del presidente, sino un aspirante aislado que, desde dentro, lucha contra el sistema para enderezar el país.

Como buen político en campaña, Monreal contestó “sí” a todo, aseguró que será candidato presidencial y afirmó que cumplirá lo que en esa cena se le planteó, sin más motivaciones que el gusto por el servicio.

Lo que ya no aclaró, quizá porque nadie lo preguntó, fue si será candidato de Morena o de algún otro partido, en caso de que López Obrador decida, como parece que ocurrirá, cerrarle la puerta.

“¿A ver cuándo me hace una reunión como la que le hizo (hace unas semanas) a (Marcelo) Ebrard, con 400 invitados, no solo con 100?”, emplazó Monreal a Antonio Yitani desde el micrófono, en uno de los momentos más relajados de la conversación, entre risas.

“Cuenta con ella”, respondió el presidente del Club de Empresarios.

Entre los invitados a la cena estuvieron, además de los ya mencionados, Luis García Teruel, Manuel Gancedo del Río, Guillermo Santín, Bertha Richards, Manuel Domínguez Cobián, José Rosales Bretón, Patricio Zorilla, Gregory Camacho y Ricardo Menéndez Haces.

También asistieron Jorge Luna Carbajal, Rachid Abed, José Doger Corte, José Manuel Rodoreda, Michel Karim Yitani, José Luis Medina, Francisco Emmelhainz, Alfonso Atala, Carlos Manzur, Edmond Abdala y Arturo Lozano Yunez.

Twitter: jorgerdzc

Ricardo Monreal Ávila dialogó con un grupo de empresarios poblanos como si no fuese parte de esa élite de poder que gobierna hoy el país. Como si no hubiese arribado al senado por la vía de Morena y no compartiera, en teoría, los principios ideológicos del presidente López Obrador, fundador y dueño de ese partido político.

En el papel de aspirante presidencial que plantea su visión de país, escucha propuestas y recibe con atención las quejas del sector económico del estado, el que hace inversiones y genera empleos, el coordinador de los senadores de la cuatroté se volvió un crítico más del sistema al que pertenece.

La escena tuvo lugar en un salón del Centro Mexicano Libanés, el viernes por la noche, a donde Monreal acudió invitado por el empresario José Yitani Maccise, quien reunió a 100 personajes, hombres y mujeres de la iniciativa privada, para sostener una plática directa y franca con él.

A la mesa principal se sentaron los hermanos José y Antonio Yitani Maccise, su sobrino Carlos, actual presidente del Libanés, así como Rubén Contreras Reyes, Alfredo Rivera Espinoza, Reyes Huerta Ortega, Manuel Alonso Espinoza, Abraham Tlaiye Reina, Jaime Cañedo Castillo y el también senador de Morena, Alejandro Armenta Mier.

Durante casi tres horas, Monreal y sus anfitriones poblanos intercambiaron puntos de vista acerca de lo que ocurre en la vida pública del país y aquello que, consideran, debe corregirse en el 2024, con el comienzo de un nuevo gobierno.

El primero en tomar la palabra fue ‘Pepe’ Yitani.

Tras la bienvenida de rigor, el anfitrión expresó las principales preocupaciones del sector empresarial ahí reunido: inseguridad e incertidumbre económica.

Luego tocó el turno a Monreal, que fue un tanto laxo en sus proposiciones hasta que llegaron las preguntas de los asistentes, quienes, en tono crítico y en bloques de tres, le dibujaron un país sin dirección, le plantaron los errores de la cuatroté y le pidieron que, en caso de concretar sus aspiraciones, corrija el rumbo una vez que sea presidente.

El más severo de la noche fue Alfredo Rivera.

En un tono efusivo, el dueño de Autobuses Oro se pronunció por sacar a Morena del poder y, en un ‘mea culpa’ aparentemente tardío, se reconoció arrepentido por apoyar a López Obrador a través de un consejo de empresarios supuestamente asesores del presidente que poco o nada pudo hacer para asesorar de verdad.

Aquí cambiaron los matices de la plática.

Frente a las interrogantes aderezadas de señalamientos, Ricardo Monreal se volvió un crítico agudo del sistema en el poder, de sus decisiones en asuntos de seguridad y combate al narcotráfico, de las políticas económicas, de la intolerancia frente a la disparidad de pensamiento y hasta de asuntos tan puntuales y polémicos como el de los médicos cubanos.

En unos minutos Monreal se transmutó en aspirante presidencial de la oposición y conquistó a sus interlocutores, quienes parecieron comprarle aquello que el senador quiere vender: la historia del precandidato que se dice distinto al resto de sus compañeros de partido. El rebelde que por rebelde no es una más de las “corcholatas” del presidente, sino un aspirante aislado que, desde dentro, lucha contra el sistema para enderezar el país.

Como buen político en campaña, Monreal contestó “sí” a todo, aseguró que será candidato presidencial y afirmó que cumplirá lo que en esa cena se le planteó, sin más motivaciones que el gusto por el servicio.

Lo que ya no aclaró, quizá porque nadie lo preguntó, fue si será candidato de Morena o de algún otro partido, en caso de que López Obrador decida, como parece que ocurrirá, cerrarle la puerta.

“¿A ver cuándo me hace una reunión como la que le hizo (hace unas semanas) a (Marcelo) Ebrard, con 400 invitados, no solo con 100?”, emplazó Monreal a Antonio Yitani desde el micrófono, en uno de los momentos más relajados de la conversación, entre risas.

“Cuenta con ella”, respondió el presidente del Club de Empresarios.

Entre los invitados a la cena estuvieron, además de los ya mencionados, Luis García Teruel, Manuel Gancedo del Río, Guillermo Santín, Bertha Richards, Manuel Domínguez Cobián, José Rosales Bretón, Patricio Zorilla, Gregory Camacho y Ricardo Menéndez Haces.

También asistieron Jorge Luna Carbajal, Rachid Abed, José Doger Corte, José Manuel Rodoreda, Michel Karim Yitani, José Luis Medina, Francisco Emmelhainz, Alfonso Atala, Carlos Manzur, Edmond Abdala y Arturo Lozano Yunez.

Twitter: jorgerdzc