Puebla es una de las ciudades con más historia, sus calles, casonas, iglesias y museos nos llenan de un profundo orgullo de ser poblanos.
En lo personal, uno de mis lugares favoritos es la Biblioteca Palafoxiana. Sin lugar a dudas
Fue fundada por el obispo Juan de Palafox y Mendoza el 5 de septiembre de 1646, al donar cinco mil volúmenes de su biblioteca personal. Al hacerlo, ante notario público, solicitó que se mantuviera abierta a toda persona que tuviera interés o necesidad de leer, por lo cual es considerada la primera biblioteca pública de América.
Los dos primeros niveles de su estantería de ricas maderas mexicanas, así como el retablo consagrado a la Virgen de Trapani, fueron edificados en 1773 por el obispo Fabián y Fuero, quien también realizó la integración de los libros confiscados a los jesuitas tras su expulsión de México. Posteriormente, otros obispos realizaron donaciones, y fue hasta el siglo XIX cuando se construyó el tercer nivel.
En 1981 la Biblioteca Palafoxiana cerró sus puertas a la consulta pública tras ser declarada “Monumento Histórico Nacional”.
Actualmente, podrás encontrar en el centro de la biblioteca mesas y bancas donadas a principios del siglo XIX, muestra de la carpintería poblana de la época.
También descubrirás una rueda de madera llamada facistol, invento del siglo XVI, que permitía consultar varios libros al mismo tiempo sin colocarlos sobre una mesa: “El google” de esas épocas. Solo se conocen otras tres en el mundo, una en República Checa, otra en Polonia y una última en Italia.
En la puerta de entrada o portada, puedes encontrar, labrados en hormigón, dos escudos, el del amor a Cristo crucificado, elegido por Palafox para su obispado, y el del marquesado de Ariza, título nobiliario que heredó de su padre. Mismos que están esculpidos en la puerta, que es la original desde su apertura.
La Biblioteca Palafoxiana, no ha sido modificada, y en la actualidad resguarda 46 mil volúmenes, distribuidos en cincuenta y siete materias, que abarcan del siglo XV hasta el XX.
En 2005 fue incluida por la UNESCO como parte del Programa “Memoria del Mundo”. Considerada la primera biblioteca pública y la única antigua del continente americano con sus elementos originales.
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Como dijo Albert Einstein: “Nosotros, los mortales, logramos la inmortalidad en las cosas que creamos en común y que quedan después de nosotros”-
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