Transcurrieron los ocho días que el presidente López Obrador le dio de plazo a su colaboradora, la poblana Ana Elizabeth García Vilchis, para decidir si se regresaba a la ciudad de Puebla a competir por la candidatura de Morena a la presidencia municipal o se quedaba con él, para conducir, como todos los miércoles, la polémica sección “Quién es quién en las mentiras”.
Y como lo acordaron, o como lo pidió el mandatario mexicano, la definición se hizo. Incluso, no fue García Vilchis, sino el propio López Obrador quien hizo el anuncio durante la mañanera: su colaboradora no irá (vendrá) a Puebla para participar en el proceso electoral y se quedará en el gobierno de la República para continuar con su labor.
Eso significa dos cosas. Primero la obvia, que no es aspirante a la alcaldía y que quizá nunca lo fue. Y segunda, que la contienda interna en Morena, y los partidos aliados de la 4T, se ha cerrado a solo dos contendientes: Claudia Rivera Vivanco y José Chedraui Budib.
En torno a la candidatura se han manejado múltiples versiones, todas a manera de trascendido. Unas aseguran que el ex priista y empresario tiene la postulación en la bolsa y que solo es cuestión de días para que la Comisión Nacional de Elecciones del partido presidencial realice el anuncio. Otras sostienen que las duros de ese instituto político lograrán imponer la idea de que este espacio de participación electoral tiene que ser para un fundador y que será en ese terreno en el que la expresidenta municipal resultará triunfadora.
Todas, como ya se ha dicho, son meras especulaciones, que no inventadas, sino provenientes de fuentes tal vez interesadas en que quede uno u otro aspirante.
Lo que es un hecho es que ya nadie habla de un tercer aspirante.
Hasta antes de ayer había tres: Vilchis, Rivera y Chedraui, por eso hoy quedan solo dos.
Sin entrar al pantano de las hipotéticas ventajas, sí resulta evidente que Morena se ha quedado con una opción por casa género. Si la elegida es mujer, será Rivera Vivanco, y si es hombre, será Chedraui Budib.
Mientras no haya nombramiento oficial, como coordinador o coordinadora municipal de los comités de defensa de la 4T, por ahí irán todos los pronósticos.
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En la misma semana, solo tres días después del primero, Jorge Estefan Chidiac asestó un segundo golpe a su casi expartido político, el PRI.
El diputado local lideró una rueda de prensa para anunciar la renuncia de cinco presidentes municipales en funciones al otrora partidazo: Guadalupe Vargas Vargas, de Xicotepec; José Márquez Martínez, de Zacatlán; Aurelio Flores Solano, de Guadalupe Victoria; Manuel Orato Vélez, de San Salvador El Seco, y Emiliano Vázquez Bonilla, de Zapotitlán de Méndez.
De la misma manera que lo hicieron los legisladores el lunes, estos ediles anunciaron su salida bajo el argumento de que están en desacuerdo con las acciones que se han tomado desde las dirigencia nacional y estatal.
Aunque agradecieron las oportunidades que les brindó el tricolor para contender por distintos cargos y lograr sus reelecciones como alcaldes, dejaron claro que ganaron gracias a los ciudadanos que les dieron sus votos, y no al PRI.
Después de estos dos bloques de renuncias los dirigentes del PRI tendrán que estar pendientes de lo que ocurra cada día desde ahora y hasta que termine el proceso electoral, porque seguramente a Estefan Chidiac se le ocurrirán algunas otras sorpresas para cobrar las afrentas que, asegura, sufrió.
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Con la novedad de que Estefan Chidiac podría no entrar al gabinete del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, como se especula.
Se dice que el legislador aún valora la posibilidad de competir por una diputación, integrarse al gobierno del estado o, en su defecto, retirarse de la vida pública por un tiempo para atender asuntos personales.
