El dirigente nacional de Morena confirmó lo que aquí en la capital del estado es un hecho evidente: que el proceso de selección de candidato o candidata a la presidencia municipal de Puebla se ha complicado, lo que llevó a los líderes de ese partido político a tomar medidas adicionales a las previstas en un principio para conducir la competencia por la mejor vía.
Junto con Puebla, otros puntos de conflicto en el país, para la definición de candidatos municipales, están Tijuana, Cancún y las alcaldías de la ciudad de México, según dijo el mismísimo Mario Delgado Carrillo en una conferencia de prensa que tuvo como propósito informar a sus simpatizantes cómo va el desarrollo de estas contiendas.
Quedémonos en Puebla, el territorio que nos interesa.
Dada la beligerancia mostrada por algunos de los participantes, los 17 aspirantes que quedan en batalla (quién sabe cómo le hizo Olga Romero Garci Crespo para recortar de 34 a 17 la lista) serán citados en la sede del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, para que allá, los encargados de hacer las mediciones a través de encuestas y sondeos de opinión, les expliquen cómo se midieron los potenciales de voto y luego les informen quien ha sido el privilegiado ganador (o ganadora).
Delgado Carrillo informó, para tranquilidad de todas y todos, que los personajes que buscan la candidatura tendrán acceso a la metodología de las encuestas, así como la fecha, hora y lugar en que se aplicaron para que ellos mismos y su equipo de colaboradores tengan la posibilidad de analizar los números y verificar que se hayan obtenido de manera correcta.
Interesante que el partido decidiera abrir sus documentos para la revisión de todos, pero muy comprensible después de atestiguar, en el caso concreto de la ciudad de Puebla, durante varias semanas el enfrentamiento que se ha suscitado, principalmente, tanto por arriba como por debajo de la mesa, entre Claudia Rivera Vivanco y Alejandro Carvajal Hidalgo, de un lado, y José Chedraui Budib, del otro.
Fuera de ellos, los otros 14 suspirantes parecen no existir en esta contienda.
Leobardo Rodríguez Juárez, Nora Merino Escamilla, Iván Herrera Villagómez, Elisa Molina Rivera, Gabriel Biestro Medinilla, José Luis Ambrosio, Antonio López Ruiz, Rodrigo Abdala Dartigues, Máximo Serdán, Alejandro Cruz, Julio Leopoldo de Lara, Pilar Portillo, Rafael Ramírez y Edhalí Moreno se quedaron a medio o menos de medio gas.
Estos últimos por lo menos le hubieran metido un poco más de esfuerzo para hacer creer que competían de verdad.
* * *
Néstor Camarillo Medina trata de defenderse ante las acusaciones de sus excompañeros expriistas que argumentan su salida del PRI en la incapacidad del presidente del Comité Directivo Estatal para negociar más candidaturas en la coalición que tiene con PAN, PRD y en algunos casos con PSI.
Camarillo, precandidato único a senador y seguro próximo representante popular en la cámara alta del Congreso de la Unión, negó que el PAN impusiera los candidatos de la alianza. Lo que ocurrió, expuso, es que el blanquiazul está mejor posicionado en las encuestas y eso condujo a cederle más posiciones y en las principales plazas.
Eso es cierto.
Incluso el dirigente del PRI recordó que él mismo quiso ser candidato a presidente municipal de Puebla y a gobernador, pero no insistió más debido, justamente, a las diferencias en preferencia electoral entre los perfiles de un partido y los de otro.
Esa era la única ruta segura para el PRI a la hora de sentarse a negociar candidaturas con el PAN.
Los tricolores ya estaban en la lona mucho antes de la desbandada.
En las contiendas posteriores a la de 2010 fueron casi extinguidos, hasta que tuvieron la oportunidad de aliarse con el blanquiazul en 2021 y revivir.
Así que no pueden culpar, del todo, a su dirigente, que tomó un partido en franca agonía.
