En Punto

El primer día de la última semana de la contienda electoral arranca con un nuevo escándalo: el presunto ataque a una casa de campaña del candidato morenista José Chedraui Budib en la ciudad de Puebla.

Según versiones del propio candidato a alcalde, así como de los representantes de su equipo y voceros de Morena, un par de sujetos –sin duda delincuentes– realizó un ataque con bomba al inmueble en el que en ese momento se encontraba un grupo de brigadistas de la coalición Sigamos Haciendo Historia.

Entre líneas, los morenistas acusaron a su oponente de la coalición opositora, Mario Riestra Piña, aunque ya en su denuncia, presentada ante la Fiscalía General del Estado, evitaron el señalamiento directo y optaron por el consabido “a quien resulte responsable”.

¿Se sabrá algún día la identidad del autor intelectual de ese ataque y las motivaciones que tuvo para hacerlo?

Seguramente no.

Tras las insinuaciones en su contra, los opositores, con Marko Cortés a la cabeza, no tardaron en devolver la acusación con un “fue un ataque perpetrado por el mismo candidato en su desesperación por encontrarse abajo en las encuestas”.

En efecto, el asunto se volvió de inmediato un tema de discusión político-electoral, de la misma forma que hace algunas semanas sucedió con la amenaza denunciada por Riestra y la agresión padecida por Eduardo Rivera Pérez en su fraccionamiento.

La ironía es que los papeles se invirtieron en poco tiempo.

Los morenistas que hace unos días desacreditaron las denuncias de Riestra y Rivera hoy juran que lo que acusa Chedraui es verdad.

Y los opositores que con Riestra y Rivera querían atención y empatía hoy no la tienen con su rival.

La única buena noticia es que esto de la contienda electoral, y las peleas, está por terminar.

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A propósito de tensiones y previsiones negativas en torno al desarrollo de la contienda electoral.

Justo unas horas después de la denuncia realizada por el equipo de José Chedraui, el presidente municipal de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, anunció que ha solicitado formalmente la presencia de la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Policía Estatal para reforzar la seguridad de la ciudad el próximo 2 de junio.

El edil suplente agregó que la petición fue realizada por escrito a través de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, con el objetivo de asegurar una jornada electoral sin incidentes.

La solicitud de Domínguez Sánchez no es gratuita.

En el equipo de los opositores, donde está incluido el edil de la ciudad capital, se tiene la certeza de que el presunto ataque a la casa de campaña de Chedraui no fue más que un autoatentado, ejecutado con el fin de preparar el terreno para la comisión de otros hechos violentos durante la jornada electoral.

Los panistas volvieron a sacar el nombre de Eukid Castañón Herrera en su elaboración de escenarios para el domingo y por eso quieren que haya vigilancia adicional a la suya, para tener mayor capacidad de prevención y control en caso de que pasen acontecimientos violentos.

Lo que hay que ver es qué responden la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, ambas instituciones al mando del gobierno federal morenista, a la petición de ayuda.

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Un ejemplo de las consecuencias negativas que tienen para los ciudadanos las contiendas electorales es el enfrentamiento que se da entre autoridades y gobiernos de diferentes institutos políticos.

Un caso reciente ocurrió el fin de semana pasado, cuando por culpa de las inundaciones, producto de la tromba que azotó la ciudad el viernes, se ventilaron las diferencias que hay entre el gobierno de Sergio Salomón Céspedes y el ayuntamiento de Adán Domínguez.

Uno es emanado de Morena y el otro del PAN, y quizá por eso reflejaron sus desavenencias en la respuesta a los damnificados a través de las redes sociales.

Por eso se insiste: qué bueno que esta pelea (política y electoral) está a solo unos días de terminar.