/ domingo 1 de octubre de 2023

La Verdad y la historia

Las clases de filosofía siempre llevan a linderos del razonamiento y la discusión. Desde la perspectiva realista, es la adecuación de la mente a la realidad; la concordancia entre lo que existe, la realidad, y lo que se piensa. Pero el asunto no queda resuelto del todo si se atienden sentencias desde el relativismo que determina que cada persona tiene la posibilidad de considerar la verdad que prefiera cada persona, como si fuera una cuestión de gustos y perspectivas, negando la cualidad de una Verdad y exaltando muchas verdades.

El concepto no es nada simple, es esencial y permanente, así se ha discutido a través de la historia de la filosofía. Así que desde el siglo IV A.C con Aristóteles, pasando por el liberalismo del siglo XVII y el positivismo del siglo XIX, en el siglo XX destaca la fenomenología hermenéutica de Martin Heidegger, que supone la interpretación de la verdad sin tener relación alguna con la verdad científica del positivismo, un concepto de verdad que se separa de la teoría del conocimiento del realismo.

Ante los acontecimientos que se convierten en emblemas políticos, la desaparición forzada de los 43 jóvenes un 26 de septiembre de 2014, no deja de ser discutida en razón de la verdad. En el periodo de Peña Nieto, la versión sobre el destino de los estudiantes fue “la verdad histórica”: una banda de narcotráfico llamada Guerreros Unidos secuestró y ordenó su asesinato e incineración en un basurero del municipio de Cocula, Guerrero. ¿Cómo se llegó a esta llamada Verdad Histórica?

El actual gobierno decretó una Comisión de la Verdad para aclarar lo que no había sido solucionado y esclarecer de una vez por todas los hechos y castigar a los autores materiales e intelectuales del asesinato. Padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sus representantes, representantes de las Secretarías de Gobernación, Hacienda y Relaciones Exteriores, expertos y técnicos y el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas. Pero el 25 de julio pasado, el grupo de investigadores independientes presentó un mapeo de movimientos desconocidos de militares durante el ataque y documentos nuevos sobre el espionaje militar a Guerreros unidos (El País, 25 jul 2023), como último informe.

Así que, a 9 años del crimen, presenciamos una hipérbole que nuevamente retumba con la consigna social “fue el Estado” ante la verdad histórica del gobierno, reiterada y subrayada. El decreto no trascendió a la transparencia, en todo momento se deja fuera de cualquier responsabilidad al ejército.

La desdicha y el dolor de los padres de las víctimas, el pueblo mismo enclavado en Ayotzinapa, no podrán restaurar su vida porque sus hijos no volverán. Nuestra historia registra otro evento de gran opacidad, como la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre hace 55 años o el periodo llamado la Guerra Sucia (1968-1980) como la forma de gobierno del Estado para acallar acciones de insurgencia popular por medio de “crímenes de lesa humanidad”. Los recursos del Estado siempre son mayores a los que tiene disponible la población, pero ahora las expectativas fueron rebasadas.

El imaginario colectivo cargará con esta nueva versión y cada vez que pase más tiempo, las pruebas también se desdibujan. Finalmente, la Verdad Histórica es entonces la verdad que dé el Estado, la meta verdad que recurre al manejo de los hechos, nada qué ver con la filosofía, todo qué ver con la política.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com



Las clases de filosofía siempre llevan a linderos del razonamiento y la discusión. Desde la perspectiva realista, es la adecuación de la mente a la realidad; la concordancia entre lo que existe, la realidad, y lo que se piensa. Pero el asunto no queda resuelto del todo si se atienden sentencias desde el relativismo que determina que cada persona tiene la posibilidad de considerar la verdad que prefiera cada persona, como si fuera una cuestión de gustos y perspectivas, negando la cualidad de una Verdad y exaltando muchas verdades.

El concepto no es nada simple, es esencial y permanente, así se ha discutido a través de la historia de la filosofía. Así que desde el siglo IV A.C con Aristóteles, pasando por el liberalismo del siglo XVII y el positivismo del siglo XIX, en el siglo XX destaca la fenomenología hermenéutica de Martin Heidegger, que supone la interpretación de la verdad sin tener relación alguna con la verdad científica del positivismo, un concepto de verdad que se separa de la teoría del conocimiento del realismo.

Ante los acontecimientos que se convierten en emblemas políticos, la desaparición forzada de los 43 jóvenes un 26 de septiembre de 2014, no deja de ser discutida en razón de la verdad. En el periodo de Peña Nieto, la versión sobre el destino de los estudiantes fue “la verdad histórica”: una banda de narcotráfico llamada Guerreros Unidos secuestró y ordenó su asesinato e incineración en un basurero del municipio de Cocula, Guerrero. ¿Cómo se llegó a esta llamada Verdad Histórica?

El actual gobierno decretó una Comisión de la Verdad para aclarar lo que no había sido solucionado y esclarecer de una vez por todas los hechos y castigar a los autores materiales e intelectuales del asesinato. Padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sus representantes, representantes de las Secretarías de Gobernación, Hacienda y Relaciones Exteriores, expertos y técnicos y el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas. Pero el 25 de julio pasado, el grupo de investigadores independientes presentó un mapeo de movimientos desconocidos de militares durante el ataque y documentos nuevos sobre el espionaje militar a Guerreros unidos (El País, 25 jul 2023), como último informe.

Así que, a 9 años del crimen, presenciamos una hipérbole que nuevamente retumba con la consigna social “fue el Estado” ante la verdad histórica del gobierno, reiterada y subrayada. El decreto no trascendió a la transparencia, en todo momento se deja fuera de cualquier responsabilidad al ejército.

La desdicha y el dolor de los padres de las víctimas, el pueblo mismo enclavado en Ayotzinapa, no podrán restaurar su vida porque sus hijos no volverán. Nuestra historia registra otro evento de gran opacidad, como la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre hace 55 años o el periodo llamado la Guerra Sucia (1968-1980) como la forma de gobierno del Estado para acallar acciones de insurgencia popular por medio de “crímenes de lesa humanidad”. Los recursos del Estado siempre son mayores a los que tiene disponible la población, pero ahora las expectativas fueron rebasadas.

El imaginario colectivo cargará con esta nueva versión y cada vez que pase más tiempo, las pruebas también se desdibujan. Finalmente, la Verdad Histórica es entonces la verdad que dé el Estado, la meta verdad que recurre al manejo de los hechos, nada qué ver con la filosofía, todo qué ver con la política.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com