/ lunes 11 de mayo de 2020

Templo de las Madres Clarisas Capuchinas

En Puebla contamos con diversos sitios que cuentan con un sinfín de historias alrededor de su construcción y funcionamiento. Algunos inmuebles que se caracterizan por ello suelen ser las iglesias y conventos que se construyeron en la ciudad.

Diferentes edificios dedicados al culto católico se erigieron posterior a la fundación de la ciudad capital y en los siglos posteriores; muchos de ellos se mantienen brindando servicio en la actualidad.

En esta ocasión, me centraré en el Templo y convento de San Joaquín y Santa Ana o mejor conocido como de las Madres Clarisas Capuchinas. Este lugar se encuentra ubicado en la calle 16 de septiembre 904.

De acuerdo con la historia, el convento fundado por Doña Ana Francisca de Zúñiga en 1704 alberga aún hoy a las religiosas capuchinas de la orden de San Francisco de Asís.

La fachada del templo remata en un nicho barroco con la imagen de Santa Ana y en la portada lateral, hoy clausurada, existe otro con la imagen de San Joaquín, quienes fueron padres de la Virgen María.

Este templo de estilo barroco, fue reformado en su interior bajo la influencia del neoclásico en el siglo XIX; aún conserva en el sotocoro y en la sacristía unos lienzos de la vida de Jesús, firmados por el pintor José Manuel Marimón.

En la nave, de cara al altar mayor, en el lado izquierdo, se ubica una urna que guarda la imagen del “Niño Cieguito” que goza de gran devoción y admiración por parte de los fieles que visitan el templo.

La tradición cuenta que la figura del niño pertenecía a una monja Capuchina de Morelia y poseía un par de ojos de vidrio, algunos dicen que eran de esmeralda, por lo que un ladrón intentó robarlos y al incrustar una daga para extraerlos, los ojos empezaron a sangrar.

Esta imagen se traslada a Puebla porque el sacerdote encargado del templo en Michoacán tenía una hermana religiosa capuchina en Puebla y se la hizo llegar. La imagen original se conserva en la capilla doméstica del convento que se encuentra adjunto a la iglesia.

Y tú, ¿qué más conoces sobre el templo de las Clarisas Capuchinas? Te invito a dejar tu comentario en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí, con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como dijo el arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright: “Los edificios, como las personas, deben ser en primer lugar sinceros, deben ser auténticos, y además tan atractivos y bonitos como sea posible.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx

En Puebla contamos con diversos sitios que cuentan con un sinfín de historias alrededor de su construcción y funcionamiento. Algunos inmuebles que se caracterizan por ello suelen ser las iglesias y conventos que se construyeron en la ciudad.

Diferentes edificios dedicados al culto católico se erigieron posterior a la fundación de la ciudad capital y en los siglos posteriores; muchos de ellos se mantienen brindando servicio en la actualidad.

En esta ocasión, me centraré en el Templo y convento de San Joaquín y Santa Ana o mejor conocido como de las Madres Clarisas Capuchinas. Este lugar se encuentra ubicado en la calle 16 de septiembre 904.

De acuerdo con la historia, el convento fundado por Doña Ana Francisca de Zúñiga en 1704 alberga aún hoy a las religiosas capuchinas de la orden de San Francisco de Asís.

La fachada del templo remata en un nicho barroco con la imagen de Santa Ana y en la portada lateral, hoy clausurada, existe otro con la imagen de San Joaquín, quienes fueron padres de la Virgen María.

Este templo de estilo barroco, fue reformado en su interior bajo la influencia del neoclásico en el siglo XIX; aún conserva en el sotocoro y en la sacristía unos lienzos de la vida de Jesús, firmados por el pintor José Manuel Marimón.

En la nave, de cara al altar mayor, en el lado izquierdo, se ubica una urna que guarda la imagen del “Niño Cieguito” que goza de gran devoción y admiración por parte de los fieles que visitan el templo.

La tradición cuenta que la figura del niño pertenecía a una monja Capuchina de Morelia y poseía un par de ojos de vidrio, algunos dicen que eran de esmeralda, por lo que un ladrón intentó robarlos y al incrustar una daga para extraerlos, los ojos empezaron a sangrar.

Esta imagen se traslada a Puebla porque el sacerdote encargado del templo en Michoacán tenía una hermana religiosa capuchina en Puebla y se la hizo llegar. La imagen original se conserva en la capilla doméstica del convento que se encuentra adjunto a la iglesia.

Y tú, ¿qué más conoces sobre el templo de las Clarisas Capuchinas? Te invito a dejar tu comentario en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí, con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como dijo el arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright: “Los edificios, como las personas, deben ser en primer lugar sinceros, deben ser auténticos, y además tan atractivos y bonitos como sea posible.”

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