/ domingo 15 de noviembre de 2020

Trabajo en casa

En este año hemos tenido que adaptarnos en muchos ámbitos de nuestra vida, en lo familiar, en lo económico, en lo educativo, en general, en la forma en que nos relacionamos como sociedad.

Como consecuencia de la pandemia, empresas, universidades, dependencias de gobierno y organizaciones de la sociedad civil, han tenido que adaptar sus esquemas, de forma que pudieran dar continuidad a sus actividades, salvaguardando las condiciones de salud de sus colaboradores y estudiantes.

En algunos casos modificaron horarios, turnos, espacios, y en otros, permitieron a las personas hacerlo a distancia, bajo la figura de trabajo en casa o como se le ha identificado en inglés “home office”.

Si bien esta alternativa no es nueva, sí se ha ampliado en estas fechas en donde un número considerable de mujeres y hombres se tuvieron que resguardar en casa y hacer uso de las tecnologías para mantener comunicación, llevar a cabo reuniones virtuales, presentaciones en línea, entre otras actividades.

En fechas recientes, se han publicado análisis de cómo este tipo de trabajo ha incrementado la productividad, ha facilitado mantener la sana distancia, reducido las posibilidades de contagio y mantenido algunas actividades productivas.

En algunos sitios de Internet, se hace mención que este esquema representa una oportunidad para demostrar que el trabajo en equipo no se limita con la distancia y que se pueden generar resultados, utilizando las herramientas tecnológicas que se tienen disponibles.

De acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y occmundial.com.mx, el 70% de las actividades laborales en México ya podían realizarse bajo la modalidad “home office” este año. Asimismo, se hace mención que el 38% de las y los mexicanos no tiene un espacio definido para realizarlo; el 69% de los encuestados elegiría un esquema de trabajo híbrido, unos días en casa, otros en la oficina; y al 85% de las y los mexicanos le gusta hacer home office, aunque sienten que trabajan más.

Este tipo de alternativas laborales llegó para quedarse, es decir la nueva realidad nos plantea estos métodos a los que tenemos que acostumbrarnos. También implican un cambio de paradigma en la cultura organizacional, tanto en el sector privado, como en el público, ya que requieren de: un incremento en la confianza entre líderes y colaboradores, contar con herramientas que permitan llevar a cabo las sesiones de trabajo, tener las capacidades para utilizar las aplicaciones y programas informáticos, facilitar la conectividad en los diferentes puntos, por mencionar algunos.

En ciertos casos hemos presenciado o visto en videoconferencias la irrupción de factores externos que son ajenos al trabajo y que difícilmente se pueden controlar, como son los ruidos externos, las voces o el llanto de las niñas y niños, los servicios como el gas, el agua o la basura, que aparezcan familiares en nuestras cámaras, entre otros; esto no nos debe preocupar o molestar, tanto a quien está transmitiendo como a quien está escuchando. Todas estas circunstancias son parte del hábitat de nuestros hogares, por lo que tenemos que ser conscientes de que pueden llegar a pasar en cualquier momento, ya que nosotros somos quienes estamos ocupando los espacios de nuestras casas.

No obstante, que existe esta posibilidad de trabajo a distancia, hay actividades que son necesarias para seguir conviviendo como sociedad, por lo que reitero mi agradecimiento a las mujeres y hombres que están con valentía e incluso con heroísmo en los servicios de salud, seguridad pública, producción y distribución de alimentos, educación, y tantos más que continúan laborando presencialmente.

Y tú, ¿cómo te has adaptado en tu trabajo? ¿Qué experiencias nos puedes compartir? Te invito a dejar tu comentario en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí, con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como mencionó Michael Jordan: “El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx

En este año hemos tenido que adaptarnos en muchos ámbitos de nuestra vida, en lo familiar, en lo económico, en lo educativo, en general, en la forma en que nos relacionamos como sociedad.

Como consecuencia de la pandemia, empresas, universidades, dependencias de gobierno y organizaciones de la sociedad civil, han tenido que adaptar sus esquemas, de forma que pudieran dar continuidad a sus actividades, salvaguardando las condiciones de salud de sus colaboradores y estudiantes.

En algunos casos modificaron horarios, turnos, espacios, y en otros, permitieron a las personas hacerlo a distancia, bajo la figura de trabajo en casa o como se le ha identificado en inglés “home office”.

Si bien esta alternativa no es nueva, sí se ha ampliado en estas fechas en donde un número considerable de mujeres y hombres se tuvieron que resguardar en casa y hacer uso de las tecnologías para mantener comunicación, llevar a cabo reuniones virtuales, presentaciones en línea, entre otras actividades.

En fechas recientes, se han publicado análisis de cómo este tipo de trabajo ha incrementado la productividad, ha facilitado mantener la sana distancia, reducido las posibilidades de contagio y mantenido algunas actividades productivas.

En algunos sitios de Internet, se hace mención que este esquema representa una oportunidad para demostrar que el trabajo en equipo no se limita con la distancia y que se pueden generar resultados, utilizando las herramientas tecnológicas que se tienen disponibles.

De acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y occmundial.com.mx, el 70% de las actividades laborales en México ya podían realizarse bajo la modalidad “home office” este año. Asimismo, se hace mención que el 38% de las y los mexicanos no tiene un espacio definido para realizarlo; el 69% de los encuestados elegiría un esquema de trabajo híbrido, unos días en casa, otros en la oficina; y al 85% de las y los mexicanos le gusta hacer home office, aunque sienten que trabajan más.

Este tipo de alternativas laborales llegó para quedarse, es decir la nueva realidad nos plantea estos métodos a los que tenemos que acostumbrarnos. También implican un cambio de paradigma en la cultura organizacional, tanto en el sector privado, como en el público, ya que requieren de: un incremento en la confianza entre líderes y colaboradores, contar con herramientas que permitan llevar a cabo las sesiones de trabajo, tener las capacidades para utilizar las aplicaciones y programas informáticos, facilitar la conectividad en los diferentes puntos, por mencionar algunos.

En ciertos casos hemos presenciado o visto en videoconferencias la irrupción de factores externos que son ajenos al trabajo y que difícilmente se pueden controlar, como son los ruidos externos, las voces o el llanto de las niñas y niños, los servicios como el gas, el agua o la basura, que aparezcan familiares en nuestras cámaras, entre otros; esto no nos debe preocupar o molestar, tanto a quien está transmitiendo como a quien está escuchando. Todas estas circunstancias son parte del hábitat de nuestros hogares, por lo que tenemos que ser conscientes de que pueden llegar a pasar en cualquier momento, ya que nosotros somos quienes estamos ocupando los espacios de nuestras casas.

No obstante, que existe esta posibilidad de trabajo a distancia, hay actividades que son necesarias para seguir conviviendo como sociedad, por lo que reitero mi agradecimiento a las mujeres y hombres que están con valentía e incluso con heroísmo en los servicios de salud, seguridad pública, producción y distribución de alimentos, educación, y tantos más que continúan laborando presencialmente.

Y tú, ¿cómo te has adaptado en tu trabajo? ¿Qué experiencias nos puedes compartir? Te invito a dejar tu comentario en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí, con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como mencionó Michael Jordan: “El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx