/ domingo 3 de marzo de 2024

Tu derecho es mi derecho | Los derechos  de las mujeres son derechos humanos

La conferencia internacional sobre derechos humanos celebrada en Viena 1993, declaró oficialmente que: los derechos de las mujeres son derechos humanos. Esta conferencia fue el foro ideal para que mujeres activistas como la Jurista Alda Facio Montejo, entre muchas otras, vieran materializado su esfuerzo que desde los años 70s habían iniciado, pues en dicha conferencia se logró reconocer que las mujeres y los hombre tienen derechos humanos, sin embargo, estos derechos pueden ser violentados en función al género.

https://www.corteidh.or.cr/tablas/r31195.pdf

De acuerdo al Informe Global sobre la Brecha de Género 2023 del Foro Económico Mundial, la región de América Latina y el Caribe ha cerrado casi tres cuartas partes de su brecha de género. La región tiene el tercer nivel de paridad más alto del mundo, con un 74,3%. Al ritmo actual de progreso, la región tardará 53 años en alcanzar la plena paridad de género sobre la base de las dimensiones incluidas en el Índice Global de la Brecha de Género del Foro.

De todas las regiones incluidas, América Latina y el Caribe es la que más ha avanzado desde la edición inaugural del informe en 2006, con un aumento de 8,4 puntos porcentuales en su puntuación en el Índice Global de Brecha de Género, y los 18 países incluidos en el informe han mejorado sus puntuaciones.

Asimismo, a pesar de que en América Latina en 2023, alcanzó un porcentaje de paridad de género del 74,3%, de todos los subíndices que miden la desigualdad, el empoderamiento político de las mujeres fue en el que la región registró la mayor brecha con un 35% de paridad. Igualmente estas desigualdades se deben en buena medida a lo que la Mtra. Ana Güezmes García, ha señalado respecto a: “La desigualdad de género es estructural en América Latina y el Caribe, porque:

  • Existe desigualdad socioeconómica y persistencia de la pobreza en el marco de un crecimiento excluyente.
  • Impera la división sexual del trabajo e injusta organización social del cuidado.
  • Continúan los patrones culturales patriarcales discriminatorios y violentos y predominio de la cultura del privilegio.
  • Hay concentración del poder y relaciones de jerarquía en el ámbito público.

Ahora bien, en nuestro país se ha venido trabajando en políticas públicas y leyes para erradicar las desigualdades, sin embargo, no han sido suficientes y se requiere de mayor participación de todos los sectores para reducir las brechas de desigualdad en menos tiempo y es allí donde la sororidad, que es la solidaridad, el hermanamiento, la complicidad o alianza entre mujeres, juega un papel fundamental, ya que la participación de las mujeres en la administración pública está teniendo aumento significativo, como se puede apreciar en este proceso electoral en el que elegiremos a nuestra próxima presidente de la República, que deberá presentar entre muchas otra líneas de acción; programas focalizados para erradicar las desigualdades de género, que seguramente deberán ir acompañadas con legislaciones que garantizarán los derechos humanos y laborales de las mujeres, igualmente, el aseguramiento de la educación en todos sus niveles.

Por lo que corresponde a la impartición de justicia, la próxima Presidente de la República, deberá exigir al poder judicial, respetando su autonomía, mayor eficiencia en las investigaciones y en sus resoluciones contando con la suficiente capacitación en perspectiva de género.

  • Es Doctor en Derecho y promotor de los derechos humanos

  • Sígueme en Instagram: jorgepinto_9 / X: @apjorge / Facebook: Jorge Pinto / TikTok: @jorge.pinto89

La conferencia internacional sobre derechos humanos celebrada en Viena 1993, declaró oficialmente que: los derechos de las mujeres son derechos humanos. Esta conferencia fue el foro ideal para que mujeres activistas como la Jurista Alda Facio Montejo, entre muchas otras, vieran materializado su esfuerzo que desde los años 70s habían iniciado, pues en dicha conferencia se logró reconocer que las mujeres y los hombre tienen derechos humanos, sin embargo, estos derechos pueden ser violentados en función al género.

https://www.corteidh.or.cr/tablas/r31195.pdf

De acuerdo al Informe Global sobre la Brecha de Género 2023 del Foro Económico Mundial, la región de América Latina y el Caribe ha cerrado casi tres cuartas partes de su brecha de género. La región tiene el tercer nivel de paridad más alto del mundo, con un 74,3%. Al ritmo actual de progreso, la región tardará 53 años en alcanzar la plena paridad de género sobre la base de las dimensiones incluidas en el Índice Global de la Brecha de Género del Foro.

De todas las regiones incluidas, América Latina y el Caribe es la que más ha avanzado desde la edición inaugural del informe en 2006, con un aumento de 8,4 puntos porcentuales en su puntuación en el Índice Global de Brecha de Género, y los 18 países incluidos en el informe han mejorado sus puntuaciones.

Asimismo, a pesar de que en América Latina en 2023, alcanzó un porcentaje de paridad de género del 74,3%, de todos los subíndices que miden la desigualdad, el empoderamiento político de las mujeres fue en el que la región registró la mayor brecha con un 35% de paridad. Igualmente estas desigualdades se deben en buena medida a lo que la Mtra. Ana Güezmes García, ha señalado respecto a: “La desigualdad de género es estructural en América Latina y el Caribe, porque:

  • Existe desigualdad socioeconómica y persistencia de la pobreza en el marco de un crecimiento excluyente.
  • Impera la división sexual del trabajo e injusta organización social del cuidado.
  • Continúan los patrones culturales patriarcales discriminatorios y violentos y predominio de la cultura del privilegio.
  • Hay concentración del poder y relaciones de jerarquía en el ámbito público.

Ahora bien, en nuestro país se ha venido trabajando en políticas públicas y leyes para erradicar las desigualdades, sin embargo, no han sido suficientes y se requiere de mayor participación de todos los sectores para reducir las brechas de desigualdad en menos tiempo y es allí donde la sororidad, que es la solidaridad, el hermanamiento, la complicidad o alianza entre mujeres, juega un papel fundamental, ya que la participación de las mujeres en la administración pública está teniendo aumento significativo, como se puede apreciar en este proceso electoral en el que elegiremos a nuestra próxima presidente de la República, que deberá presentar entre muchas otra líneas de acción; programas focalizados para erradicar las desigualdades de género, que seguramente deberán ir acompañadas con legislaciones que garantizarán los derechos humanos y laborales de las mujeres, igualmente, el aseguramiento de la educación en todos sus niveles.

Por lo que corresponde a la impartición de justicia, la próxima Presidente de la República, deberá exigir al poder judicial, respetando su autonomía, mayor eficiencia en las investigaciones y en sus resoluciones contando con la suficiente capacitación en perspectiva de género.

  • Es Doctor en Derecho y promotor de los derechos humanos

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