/ jueves 16 de mayo de 2024

Urge reenseñar el valor de la verdad

Desgraciadamente se ha vuelto algo banal el conjunto de tragedias que tenemos en el país, por mencionar un ejemplo, tenemos el gran número de asesinatos, lo cual es culpa de diversos factores y agentes, entre ellos el gobierno federal actual y el anterior. Esto es algo negativo, pero también lo es el muy bajo nivel educativo que existe en nuestro país, eso no es un secreto, así que debemos empezar a trabajar sobre realidades y no bajo falsas concepciones, como la que dice que instalando internet los alumnos estudiarán más, o dejando que usen el cabello largo en las aulas, asumiendo que es un incentivo a la libertad.

El día de ayer se celebró el Día del Maestro, en el cual muchos docentes, de múltiples niveles e instituciones, fueron reconocidos por una labor prístina que desgraciadamente se ha devaluado.

Los educadores hoy se enfrentan a muchos retos ya conocidos, como la falta de disciplina que viene desde casa y un fomento a una falsa libertad que es promovida por las autoridades, lo cual redunda en una actitud irrespetuosa que poco contribuye a la educación. Qué decir de aquellos que sólo se inscriben a una preparatoria o universidad para cobrar un apoyo social, recurso que acaba en las cajas de las cervecerías aledañas a las aulas, para colmo, los profesores poco pueden hacer por el riesgo que implica que alguno de estos desobligados señale que se le está violando el derecho a la educación y se pueda crear un problema legal, el cual es evitado por parte de muchos docentes con tal de conservar su empleo.

He visto diversos debates, tanto locales como federales, en los cuales hay una total divergencia en las concepciones que hay del país, las entidades y los municipios. De igual manera nos encontramos con reiteradas mentiras por parte de los candidatos y de los mandatarios, por poner un ejemplo simple, es un absurdo eso de que México está mejor que nunca o que es el mejor país del mundo, el problema es que esas repeticiones nos llevan a un ambiente donde la verdad es un lujo. También vemos a quienes son defraudados por creer en ofertas manifiestamente falsas, como los que creyeron que les darían 200 mil pesos de rendimientos por haber invertido solo $5,000.00 en Pemex.

Las solicitudes de supuestas mujeres, sumamente hermosas, en la red, quienes piden dinero fingiendo un romance virtual, es más, he sabido de casos de gente que ha vendido su casa supuestamente para apoyar a una o un extranjero que viene a visitar y a casarse.

En este sentido, nos encontramos en un país donde se dicen más mentiras que verdades, lo cual también es culpa de una población mayormente ignorante y apática. En este tenor, los docentes son los primeros que deben buscar enunciar la verdad y señalar el valor de ésta, recordemos que los grandes genocidios y regímenes dictatoriales surgieron de falacias generalizadas. Nuestra región del continente es el más claro ejemplo de ello y debemos aprender que cuando se justifica todo en nombre del “pueblo”, lo que realmente se pretende es instaurar un régimen intolerante y controlado por unas pocas personas, eso se ha visto siempre en Latinoamérica y no veo posibilidad de que cambie.

Socialmente también debemos aprender a decirle a las cosas por su nombre, sin eufemismos que afectan la percepción de la realidad y crean una descomposición que ya está siendo caótica en muchos lugares.

Vivimos una etapa donde el negacionismo se ha vuelto común, desde el estudiante que se siente indignado cuando se le regaña por no hacer la tarea y éste dice que sí la hizo; hasta el titular del ejecutivo que echa la culpa o otros o es incapaz de aceptar una realidad, aunque se la muestren explícitamente. Las mentiras funcionan temporalmente, pero las circunstancias se vengan terriblemente de quienes no saben identificar y valorar a la verdad, la cual simplemente es la adecuación de la realidad al intelecto. Hasta la próxima.

@vicente_aven


Desgraciadamente se ha vuelto algo banal el conjunto de tragedias que tenemos en el país, por mencionar un ejemplo, tenemos el gran número de asesinatos, lo cual es culpa de diversos factores y agentes, entre ellos el gobierno federal actual y el anterior. Esto es algo negativo, pero también lo es el muy bajo nivel educativo que existe en nuestro país, eso no es un secreto, así que debemos empezar a trabajar sobre realidades y no bajo falsas concepciones, como la que dice que instalando internet los alumnos estudiarán más, o dejando que usen el cabello largo en las aulas, asumiendo que es un incentivo a la libertad.

El día de ayer se celebró el Día del Maestro, en el cual muchos docentes, de múltiples niveles e instituciones, fueron reconocidos por una labor prístina que desgraciadamente se ha devaluado.

Los educadores hoy se enfrentan a muchos retos ya conocidos, como la falta de disciplina que viene desde casa y un fomento a una falsa libertad que es promovida por las autoridades, lo cual redunda en una actitud irrespetuosa que poco contribuye a la educación. Qué decir de aquellos que sólo se inscriben a una preparatoria o universidad para cobrar un apoyo social, recurso que acaba en las cajas de las cervecerías aledañas a las aulas, para colmo, los profesores poco pueden hacer por el riesgo que implica que alguno de estos desobligados señale que se le está violando el derecho a la educación y se pueda crear un problema legal, el cual es evitado por parte de muchos docentes con tal de conservar su empleo.

He visto diversos debates, tanto locales como federales, en los cuales hay una total divergencia en las concepciones que hay del país, las entidades y los municipios. De igual manera nos encontramos con reiteradas mentiras por parte de los candidatos y de los mandatarios, por poner un ejemplo simple, es un absurdo eso de que México está mejor que nunca o que es el mejor país del mundo, el problema es que esas repeticiones nos llevan a un ambiente donde la verdad es un lujo. También vemos a quienes son defraudados por creer en ofertas manifiestamente falsas, como los que creyeron que les darían 200 mil pesos de rendimientos por haber invertido solo $5,000.00 en Pemex.

Las solicitudes de supuestas mujeres, sumamente hermosas, en la red, quienes piden dinero fingiendo un romance virtual, es más, he sabido de casos de gente que ha vendido su casa supuestamente para apoyar a una o un extranjero que viene a visitar y a casarse.

En este sentido, nos encontramos en un país donde se dicen más mentiras que verdades, lo cual también es culpa de una población mayormente ignorante y apática. En este tenor, los docentes son los primeros que deben buscar enunciar la verdad y señalar el valor de ésta, recordemos que los grandes genocidios y regímenes dictatoriales surgieron de falacias generalizadas. Nuestra región del continente es el más claro ejemplo de ello y debemos aprender que cuando se justifica todo en nombre del “pueblo”, lo que realmente se pretende es instaurar un régimen intolerante y controlado por unas pocas personas, eso se ha visto siempre en Latinoamérica y no veo posibilidad de que cambie.

Socialmente también debemos aprender a decirle a las cosas por su nombre, sin eufemismos que afectan la percepción de la realidad y crean una descomposición que ya está siendo caótica en muchos lugares.

Vivimos una etapa donde el negacionismo se ha vuelto común, desde el estudiante que se siente indignado cuando se le regaña por no hacer la tarea y éste dice que sí la hizo; hasta el titular del ejecutivo que echa la culpa o otros o es incapaz de aceptar una realidad, aunque se la muestren explícitamente. Las mentiras funcionan temporalmente, pero las circunstancias se vengan terriblemente de quienes no saben identificar y valorar a la verdad, la cual simplemente es la adecuación de la realidad al intelecto. Hasta la próxima.

@vicente_aven