/ domingo 6 de junio de 2021

Ventilación de espacios en la nueva realidad

La enfermedad ocasionada por el virus COVID-19 ha generado cambios en nuestra forma de convivir como sociedad. Estamos ante escenarios complejos y volátiles que han generado modificaciones en los paradigmas educativos, laborales y de interacción humana.

Ante la nueva realidad que se está construyendo día a día, un tema que vale la pena tener en cuenta es cómo se puede optimizar el uso de espacios cerrados y su ventilación, ya que diferentes estudios han demostrado que el principal medio de contagio es a través de aerosoles y gotas.

Para ello, es conveniente retomar lo que establecen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), en el sentido de que utilizar múltiples estrategias de mitigación, entre ellas mejoras en la ventilación de los edificios, permiten reducir la propagación de la enfermedad y disminuir el riesgo de exposición. También recomiendan el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, la higiene de manos y la vacunación.

Estos centros especializados establecen que, las partículas virales del COVID-19 se propagan entre personas con mayor facilidad en espacios cerrados que al aire libre. A menudo, la concentración de partículas virales en interiores es más alta que en espacios abiertos, donde incluso una suave brisa puede reducir rápidamente las concentraciones.

Asimismo, al estar en espacios cerrados, las estrategias en materia de ventilación pueden ayudar a reducir la concentración las partículas. Cuanto más baja es la concentración, menores probabilidades hay de que dichas partículas sean inhaladas hacia los pulmones, entren en contacto con los ojos, nariz y boca, o se precipiten desde el aire para acumularse sobre las superficies.

Por ello, los CDC plantean algunas recomendaciones de utilidad, que podemos tomar en cuenta para las escuelas, oficinas e incluso para nuestro hogar, entre ellas destacan las siguientes:

1. Abrir puertas y ventanas, cuando las condiciones climáticas lo permitan, para aumentar el flujo de aire del exterior.

2. Usar ventiladores para potenciar la efectividad de las ventanas abiertas.

3. Garantizar que los sistemas de ventilación y aire acondicionado funcionen correctamente y propicien una calidad de aire aceptable en el interior de edificios, de acuerdo al nivel de ocupación de cada espacio.

4. Garantizar que los extractores de aire de los baños funcionen con capacidad total cuando el edificio está ocupado.

5. Inspeccionar y mantener la ventilación con extractor en áreas como cocinas, zonas de preparación de comidas.

6. Cuando sea posible, usar sistemas portátiles de ventilación/filtración de alta eficiencia para partículas (HEPA) para ayudar a optimizar la purificación del aire.

7. En su caso, si se cuenta con el presupuesto, usar irradiación germicida ultravioleta como tratamiento complementario para inactivar el virus cuando las opciones para aumentar la ventilación y filtración del aire de los ambientes son limitadas.

Como se puede advertir, transitar a una nueva realidad en donde podamos convivir y desarrollarnos como personas y como instituciones, requiere la implementación de estrategias que permitan reducir la probabilidad de contagio.

Ante un posible regreso a las actividades laborales, educativas y de socialización, vale la pena seguir con las medidas preventivas y tomar en cuenta las ventajas de que exista buena circulación del aire que respiramos.

Y tú, ¿qué otras medidas nos puedes compartir para ventilar espacios cerrados? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como mencionó Gandhi: “Es la salud el bien más preciado. Y no el oro o la plata.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx

La enfermedad ocasionada por el virus COVID-19 ha generado cambios en nuestra forma de convivir como sociedad. Estamos ante escenarios complejos y volátiles que han generado modificaciones en los paradigmas educativos, laborales y de interacción humana.

Ante la nueva realidad que se está construyendo día a día, un tema que vale la pena tener en cuenta es cómo se puede optimizar el uso de espacios cerrados y su ventilación, ya que diferentes estudios han demostrado que el principal medio de contagio es a través de aerosoles y gotas.

Para ello, es conveniente retomar lo que establecen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), en el sentido de que utilizar múltiples estrategias de mitigación, entre ellas mejoras en la ventilación de los edificios, permiten reducir la propagación de la enfermedad y disminuir el riesgo de exposición. También recomiendan el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, la higiene de manos y la vacunación.

Estos centros especializados establecen que, las partículas virales del COVID-19 se propagan entre personas con mayor facilidad en espacios cerrados que al aire libre. A menudo, la concentración de partículas virales en interiores es más alta que en espacios abiertos, donde incluso una suave brisa puede reducir rápidamente las concentraciones.

Asimismo, al estar en espacios cerrados, las estrategias en materia de ventilación pueden ayudar a reducir la concentración las partículas. Cuanto más baja es la concentración, menores probabilidades hay de que dichas partículas sean inhaladas hacia los pulmones, entren en contacto con los ojos, nariz y boca, o se precipiten desde el aire para acumularse sobre las superficies.

Por ello, los CDC plantean algunas recomendaciones de utilidad, que podemos tomar en cuenta para las escuelas, oficinas e incluso para nuestro hogar, entre ellas destacan las siguientes:

1. Abrir puertas y ventanas, cuando las condiciones climáticas lo permitan, para aumentar el flujo de aire del exterior.

2. Usar ventiladores para potenciar la efectividad de las ventanas abiertas.

3. Garantizar que los sistemas de ventilación y aire acondicionado funcionen correctamente y propicien una calidad de aire aceptable en el interior de edificios, de acuerdo al nivel de ocupación de cada espacio.

4. Garantizar que los extractores de aire de los baños funcionen con capacidad total cuando el edificio está ocupado.

5. Inspeccionar y mantener la ventilación con extractor en áreas como cocinas, zonas de preparación de comidas.

6. Cuando sea posible, usar sistemas portátiles de ventilación/filtración de alta eficiencia para partículas (HEPA) para ayudar a optimizar la purificación del aire.

7. En su caso, si se cuenta con el presupuesto, usar irradiación germicida ultravioleta como tratamiento complementario para inactivar el virus cuando las opciones para aumentar la ventilación y filtración del aire de los ambientes son limitadas.

Como se puede advertir, transitar a una nueva realidad en donde podamos convivir y desarrollarnos como personas y como instituciones, requiere la implementación de estrategias que permitan reducir la probabilidad de contagio.

Ante un posible regreso a las actividades laborales, educativas y de socialización, vale la pena seguir con las medidas preventivas y tomar en cuenta las ventajas de que exista buena circulación del aire que respiramos.

Y tú, ¿qué otras medidas nos puedes compartir para ventilar espacios cerrados? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como mencionó Gandhi: “Es la salud el bien más preciado. Y no el oro o la plata.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

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