/ martes 30 de abril de 2024

Violencia en temporada electoral

La espiral creciente de violencia en nada abona al ejercicio democrático, de hecho puede desalentar la participación. Por ello las autoridades y las candidaturas deben ser responsables y procurar no generar encono en la sociedad, ya de por sí dividida y lastimada por las diferentes carencias sociales.

Las elecciones de 2024 podrían llegar a ser las más violentas de la historia de México, esto es así por los más de 20 mil cargos públicos que están en disputa en todo el país. Esta creciente ola de violencia, esté ligada o no con la jornada electoral es preocupante por diversas razones, hoy más que nunca el crimen organizado está involucrado en la disputa por el poder.

Quizá las principales zonas rojas que debe atender la autoridad son los grandes centros urbanos del estado, Puebla, Huauchinango, Teziutlán, San Martín Texmelucan. Municipios en los que la competencia además es más álgida y hay más intereses en disputa, en todos los sentidos la sociedad es quien pierde si estas elecciones se manchan de sangre.

A diferencia de otras épocas la violencia no agarra contra opositores, sino que agarra parejo, en particular en municipios donde el crimen organizado se ha extendido a casi todas las instituciones y que de facto gobierna por encima de cualquier ayuntamiento. Es decir, lo mismo han asesinado a candidatos del oficialismo como opositores.

Dicho lo anterior, si la violencia es tan generalizada, lo más lógico y conveniente para todos los que intervienen en este proceso electoral es evitar las confrontaciones innecesarias, contribuir al debate público en un ambiente democrático, no politizar la violencia, ni mucho menos victimizarse para obtener rédito electoral. En síntesis, prudencia, temple y mucha inteligencia para evitar ser víctimas de violencia.


La espiral creciente de violencia en nada abona al ejercicio democrático, de hecho puede desalentar la participación. Por ello las autoridades y las candidaturas deben ser responsables y procurar no generar encono en la sociedad, ya de por sí dividida y lastimada por las diferentes carencias sociales.

Las elecciones de 2024 podrían llegar a ser las más violentas de la historia de México, esto es así por los más de 20 mil cargos públicos que están en disputa en todo el país. Esta creciente ola de violencia, esté ligada o no con la jornada electoral es preocupante por diversas razones, hoy más que nunca el crimen organizado está involucrado en la disputa por el poder.

Quizá las principales zonas rojas que debe atender la autoridad son los grandes centros urbanos del estado, Puebla, Huauchinango, Teziutlán, San Martín Texmelucan. Municipios en los que la competencia además es más álgida y hay más intereses en disputa, en todos los sentidos la sociedad es quien pierde si estas elecciones se manchan de sangre.

A diferencia de otras épocas la violencia no agarra contra opositores, sino que agarra parejo, en particular en municipios donde el crimen organizado se ha extendido a casi todas las instituciones y que de facto gobierna por encima de cualquier ayuntamiento. Es decir, lo mismo han asesinado a candidatos del oficialismo como opositores.

Dicho lo anterior, si la violencia es tan generalizada, lo más lógico y conveniente para todos los que intervienen en este proceso electoral es evitar las confrontaciones innecesarias, contribuir al debate público en un ambiente democrático, no politizar la violencia, ni mucho menos victimizarse para obtener rédito electoral. En síntesis, prudencia, temple y mucha inteligencia para evitar ser víctimas de violencia.