/ martes 16 de abril de 2024

Vivienda cara, indigna, y sin servicios en Puebla

A inicios del siglo XXI la arquitectura de vivienda social cambió. Atrás quedó el esquema de las unidades habitacionales y fue sustituido con “casitas” en fraccionamientos cerrados que hoy son sinónimo de escasez de servicios.

Las unidades habitacionales fueron pensadas en departamentos modestos, pero cómodos, para familias de hasta 6 personas y un vehículo, con teatro, gimnasio, alberca, parques, escuelas, consultorios públicos, etcétera, y uno de sus primeros prototipos fue la Unidad Independencia en la Magdalena Contreras, Ciudad de México.

El prototipo es interesante en todos los sentidos, por ello, aunque en menor proporción y con menos empeño nuestras unidades habitacionales en Puebla, cuentan con intentos de salones sociales, o parques y jardines, todas estas gracias al mantenimiento y organización de los propios vecinos.

Sin embargo, a la llegada del gobierno de Vicente Fox Quezada se implementó un modelo terrible de usura y atropello para los trabajadores, llamémosle el “Modelo Casas Geo”. Casas, de hasta 30 metros cuadrados ubicadas en fraccionamientos cerrados, alejados de vialidades principales, centros de comercio, transporte, educación, arte, cultura, vaya, lejos de todo, que rápidamente generaron una avalancha de problemas. Hoy el principal es el abandono y, en consecuencia, robo de vivienda, y la peor, para los que permanecen en su patrimonio: la escasez total de abastecimiento de agua potable.

Pongamos otro ejemplo alarmante en Puebla capital, el fraccionamiento MUI HOGAR SANTO TOMÁS, donde hay 4 fraccionamientos que albergan a más de mil 800 familias vendió de mala fé departamentos con cisternas y tanques llenos de agua, sin embargo, conforme se fueron acabando los departamentos en venta empezó la escasez. Cuando la administración la asumen los vecinos caen en cuenta de que fueron estafados, que los fraccionamientos no tienen toma de agua pública y que tendrán que suministrar ese servicio a través de pipas.

El conflicto legal es un martirio. El resultado es más escasez, y desigualdad. Amozoc, Cuautlancingo, Coronango, Huejotzingo y demás municipios del área metropolitana comparten situaciones de peores dimensiones: conflictos ejidales, fraudes por materiales de construcción, doble venta de casas, etcétera. Una terrible situación para la vivienda de interés social en Puebla.

@IsaacPalestinaD


A inicios del siglo XXI la arquitectura de vivienda social cambió. Atrás quedó el esquema de las unidades habitacionales y fue sustituido con “casitas” en fraccionamientos cerrados que hoy son sinónimo de escasez de servicios.

Las unidades habitacionales fueron pensadas en departamentos modestos, pero cómodos, para familias de hasta 6 personas y un vehículo, con teatro, gimnasio, alberca, parques, escuelas, consultorios públicos, etcétera, y uno de sus primeros prototipos fue la Unidad Independencia en la Magdalena Contreras, Ciudad de México.

El prototipo es interesante en todos los sentidos, por ello, aunque en menor proporción y con menos empeño nuestras unidades habitacionales en Puebla, cuentan con intentos de salones sociales, o parques y jardines, todas estas gracias al mantenimiento y organización de los propios vecinos.

Sin embargo, a la llegada del gobierno de Vicente Fox Quezada se implementó un modelo terrible de usura y atropello para los trabajadores, llamémosle el “Modelo Casas Geo”. Casas, de hasta 30 metros cuadrados ubicadas en fraccionamientos cerrados, alejados de vialidades principales, centros de comercio, transporte, educación, arte, cultura, vaya, lejos de todo, que rápidamente generaron una avalancha de problemas. Hoy el principal es el abandono y, en consecuencia, robo de vivienda, y la peor, para los que permanecen en su patrimonio: la escasez total de abastecimiento de agua potable.

Pongamos otro ejemplo alarmante en Puebla capital, el fraccionamiento MUI HOGAR SANTO TOMÁS, donde hay 4 fraccionamientos que albergan a más de mil 800 familias vendió de mala fé departamentos con cisternas y tanques llenos de agua, sin embargo, conforme se fueron acabando los departamentos en venta empezó la escasez. Cuando la administración la asumen los vecinos caen en cuenta de que fueron estafados, que los fraccionamientos no tienen toma de agua pública y que tendrán que suministrar ese servicio a través de pipas.

El conflicto legal es un martirio. El resultado es más escasez, y desigualdad. Amozoc, Cuautlancingo, Coronango, Huejotzingo y demás municipios del área metropolitana comparten situaciones de peores dimensiones: conflictos ejidales, fraudes por materiales de construcción, doble venta de casas, etcétera. Una terrible situación para la vivienda de interés social en Puebla.

@IsaacPalestinaD