/ domingo 29 de mayo de 2022

Vivir la vida

En este año estamos viviendo cambios y situaciones complejas que nos hacen valorar nuestra existencia, la de nuestros familiares y seres queridos. Como ejemplo, todavía no salimos de la pandemia ocasionada por el virus del COVID-19, no obstante, hemos recuperado un buen número de actividades que realizábamos previamente.

En este sentido, quiero recuperar lo que plantea el investigador en neurociencia y autor de la obra “El libro que tu cerebro no quiere leer”, David del Rosario, en el sentido de que: “Nos encontramos ante un reto: dejar únicamente de pensar la vida y comenzar a vivirla”.

Entre sus propuestas, el especialista señala lo siguiente: cuando yo no sé cómo funciono, creo que lo que yo pienso viene generado por el otro. Entonces convierto eso en un hecho, en mi verdad y automáticamente paso a experimentar la vida tal cual la veo, tal cual la creo. Una persona que asume cómo funciona su mente y su organismo es consciente de que aquello que piensa solo es una posibilidad y no es mejor que lo que piensa una u otra persona. Cuando empiezas a asumir esto, empiezas a asumir la responsabilidad de lo que piensas.

Asimismo, hace referencia a que en cuanto empezamos a aprender cómo funcionamos, nuestra perspectiva cambia, ya no queremos tener el control. Y se abre la posibilidad de empezar a relacionarnos con nuestro pensamiento de una manera completamente distinta.

David del Rosario propone que, cuando como personas empezamos a asumir en el día a día que aquello que se piensa no es un hecho, sino una propuesta del cerebro para vivir una situación de vida, empezamos a abrirnos a la posibilidad de no querer cambiarlo, de empezar simplemente empezar a trabajar en nuestras relaciones.

De igual forma, sostiene que, cuando nosotros realmente empezamos a descubrir cómo funcionamos, cuando nosotros realmente empezamos no solo a saberlo mentalmente, es decir, a pensar la vida, sino que nos tomamos la molestia de llevarlo a nuestro día a día, a nuestra cotidianeidad, empezamos a descubrir que pasan cosas y, sobre todo, que la vida no es necesariamente o forzosamente como la pensamos.

En este mismo sentido, el investigador plantea que cuando vivimos la vida sin saber cómo funcionamos, nos estamos mintiendo todo el tiempo. Cuando yo me creo que aquello que siento proviene de ti, me estoy mintiendo. Cuando yo creo que aquello que pienso es mejor que lo que tú piensas, me estoy mintiendo.

A manera de síntesis, David del Rosario hace las siguientes reflexiones: La vida es como es. ¿Estás dispuesto a vivirla? Los experimentos que se han realizado nos llevan a ese punto de vivir en lugar de únicamente pensar. Un pensamiento no es un hecho, sino una propuesta de mi cerebro para vivir una situación de vida y una persona, un lugar, un animal, una cosa no tiene la capacidad de hacerme sentir, sino solo la idea que mi cerebro asocia, es algo que puede empezar a hacer que acerquemos la neurociencia a nuestro día a día.

Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre la vivir más la vida y pensarla menos? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como señaló la escritora y activista estadounidense Eleanor Roosevelt: “El propósito de la vida es vivirla, saborear la experiencia al máximo, para llegar con interés y sin miedo a nuevas y ricas experiencias.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx

En este año estamos viviendo cambios y situaciones complejas que nos hacen valorar nuestra existencia, la de nuestros familiares y seres queridos. Como ejemplo, todavía no salimos de la pandemia ocasionada por el virus del COVID-19, no obstante, hemos recuperado un buen número de actividades que realizábamos previamente.

En este sentido, quiero recuperar lo que plantea el investigador en neurociencia y autor de la obra “El libro que tu cerebro no quiere leer”, David del Rosario, en el sentido de que: “Nos encontramos ante un reto: dejar únicamente de pensar la vida y comenzar a vivirla”.

Entre sus propuestas, el especialista señala lo siguiente: cuando yo no sé cómo funciono, creo que lo que yo pienso viene generado por el otro. Entonces convierto eso en un hecho, en mi verdad y automáticamente paso a experimentar la vida tal cual la veo, tal cual la creo. Una persona que asume cómo funciona su mente y su organismo es consciente de que aquello que piensa solo es una posibilidad y no es mejor que lo que piensa una u otra persona. Cuando empiezas a asumir esto, empiezas a asumir la responsabilidad de lo que piensas.

Asimismo, hace referencia a que en cuanto empezamos a aprender cómo funcionamos, nuestra perspectiva cambia, ya no queremos tener el control. Y se abre la posibilidad de empezar a relacionarnos con nuestro pensamiento de una manera completamente distinta.

David del Rosario propone que, cuando como personas empezamos a asumir en el día a día que aquello que se piensa no es un hecho, sino una propuesta del cerebro para vivir una situación de vida, empezamos a abrirnos a la posibilidad de no querer cambiarlo, de empezar simplemente empezar a trabajar en nuestras relaciones.

De igual forma, sostiene que, cuando nosotros realmente empezamos a descubrir cómo funcionamos, cuando nosotros realmente empezamos no solo a saberlo mentalmente, es decir, a pensar la vida, sino que nos tomamos la molestia de llevarlo a nuestro día a día, a nuestra cotidianeidad, empezamos a descubrir que pasan cosas y, sobre todo, que la vida no es necesariamente o forzosamente como la pensamos.

En este mismo sentido, el investigador plantea que cuando vivimos la vida sin saber cómo funcionamos, nos estamos mintiendo todo el tiempo. Cuando yo me creo que aquello que siento proviene de ti, me estoy mintiendo. Cuando yo creo que aquello que pienso es mejor que lo que tú piensas, me estoy mintiendo.

A manera de síntesis, David del Rosario hace las siguientes reflexiones: La vida es como es. ¿Estás dispuesto a vivirla? Los experimentos que se han realizado nos llevan a ese punto de vivir en lugar de únicamente pensar. Un pensamiento no es un hecho, sino una propuesta de mi cerebro para vivir una situación de vida y una persona, un lugar, un animal, una cosa no tiene la capacidad de hacerme sentir, sino solo la idea que mi cerebro asocia, es algo que puede empezar a hacer que acerquemos la neurociencia a nuestro día a día.

Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre la vivir más la vida y pensarla menos? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como señaló la escritora y activista estadounidense Eleanor Roosevelt: “El propósito de la vida es vivirla, saborear la experiencia al máximo, para llegar con interés y sin miedo a nuevas y ricas experiencias.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

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