||Alejandra María Sosa Elízaga/ Desde laFe||
Hace dos semanas se publicó en esta columna un artículotitulado: ‘7 cosas que no hay que decir a quien estáen duelo’, y hubo lectores que pidieron que se publicara otroartículo sobre lo que sí se debe decir o hacer. Asíque aprovechando que estamos todavía en noviembre, mes que laIglesia dedica a orar por las almas del Purgatorio, helo aquí.No pretende ofrecer una lista exhaustiva, sólo algunassugerencias para poder ofrecer consuelo a quien esté atravesandopor un duelo.
1. Ora
La persona a la que se la ha muerto un ser querido, necesitauna fortaleza que tú no puedes darle. Encomiéndala a Dios. Ytambién pídele a María, que la entiende mejor que nadie porquesufrió la muerte de José y la de Jesús, que la acompañe,sostenga, interceda por ella.
2. Manda decirMisas
Lo más grande que puedes hacer por una persona difunta esmandar decir Misas por su eterno descanso. También rezar elSanto Rosario y la Coronilla de la Misericordia. Si lo considerasoportuno, decírselo a sus deudos, puede ser muy reconfortantepara ellos.
3. Presta oído ycorazón
Quien pierde a un ser querido necesita llorar, hablar,desahogarse con alguien. No hace falta que le digas nada (aveces es preferible callar a decirle algo que pueda lastimar).Basta con estar ahí, para escuchar, para abrazar, incluso parallorar.
4. Haz algopráctico
Hay quien dice a la persona en duelo: ‘si necesitas algo,avísame’, pero ésta tal vez no sabe qué necesita, o no tieneánimo de pedir ayuda, o le da pena. Si la conoces, puedes teneruna buena idea de lo que necesita. Por ejemplo, si pasó lanoche en la funeraria y sabes que le gusta el té, llévale unocalientito. Si crees que no tendrá ganas o tiempo de cocinar,llévale algo rico que se le pueda antojar, y así te aseguras deque no se quede sin comer ni se vaya a malpasar. Contaba unseñor, que cuando él sacaba a pasear a su perro, casi siemprecoincidía con su vecino, que sacaba a pasear al suyo.
Cuando supo que el vecino falleció, le ofreció a la ancianaviuda, sacar a pasear al perro. A ella le dio gran alivio notener que salir sola de noche ni realizar una tarea que laentristecía porque su esposo la hacía. Piensa, ingéniatelaspara idear en qué puedes ayudar.
5. Acompaña
Acompaña a la persona a realizar algo que antes realizaba conquien falleció, por ejemplo ir de compras, o a un trámite, o aldoctor. Parte del dolor del duelo es sentir el miedo y eldesamparo de ya no contar con el apoyo de aquel ser querido.
Tu compañía puede ayudar a paliar ese vacío.
6. Infórmate
Si la persona en duelo es muy cercana a ti , conviene que leasacerca del proceso de duelo, para que puedas ayudarle mejor. Porejemplo, el libro de la famosa tanatóloga Elisabeth Kübler-Ross‘Sobre el duelo y el dolor’ plantea algunos temas que puedenserte útiles, por ej. sobre el llanto, los remordimientos, losestados de ánimo, etc. (Cabe comentar que hay muchos libros ytalleres sobre duelo que no son católicos o que aparentemente loson, pero mezclan conceptos de la ‘nueva era’. Prestaatención, para no hacer caso de recomendaciones quepuedan desviarte de lo que enseña la Iglesia).
7. Mantente encontacto
Es común que el día del velorio mucha gente se haga presentepara dar el pésame, y se olvide de los deudos conforme pasen losdías. Pero éstos siguen necesitados de apoyo y compañía.
Una llamada, un correo electrónico o incluso un mensajito devez en cuando puede ayudar a mitigar el dolor de una jornada ensoledad. Se trata sobre todo de hacer sentir a la persona que haperdido un ser querido, que no está sola, que además de Dios,fuente de su mayor consuelo, cuenta con alguien dispuesto a darleel cariño y tiempo que necesite para enfrentar y superar suduelo.