/ lunes 7 de septiembre de 2020

¿Tu trabajo es físicamente extenuante? Necesitas ejercitarte

El estrés acumulado por los esfuerzos en la oficina es un factor de riesgo para la salud

Al realizar ejercicio físico al aire libre o en un centro deportivo fortalecemos el cerebro y mejoramos las habilidades cognitivas, pero te equivocas si piensas que obtendrás los mismos resultados si tienes un trabajo físicamente exigente; los efectos son opuestos.

Estudios revelan que el estrés físico y psicológico acumulados y añadidos por los esfuerzos físicos laborales son un factor de riesgo para la salud. Eduardo Enrique López Villalobos, médico responsable del área de urgencias médico-quirúrgicas UPAEP, asegura que no es lo mismo estar sometido al estrés de un trabajo extenuante que realizar actividades físicas que producen alivio y bienestar.

“Las personas que se tienen que implicar físicamente en su trabajo y terminan agotadas por subir y bajar escaleras, archivar, mover cajas o actividades similares, lo único que quieren es llegar a su casa a comer y después dormir para descansar”.

Enfatiza que esto es una situación contraproducente para la salud y muy diferente a los beneficios que obtienen en el cuerpo y el cerebro las personas que practican ejercicio físico, como caminar o practicar algún deporte.

TRABAJOS FÍSICAMENTE EXIGENTES

El especialista refiere que la revista “Fronteras en la Neurociencia Humana”, publicada por neurólogos calificados, ha realizado diferentes estudios en personas que no hacen ejercicio y tienen un trabajo extenuante, que revelan que, en estos casos, la persona se vuelve autómata y empieza a realizar sus tareas de forma mecánica.

“El cerebro deja de realizar sus funciones y disminuye la capacidad cognitiva de la persona. Su cerebro se atrofia más rápidamente porque no se oxigena adecuadamente, se pierde la capacidad de la memoria, la autoestima, la persona vive más estresada y corre el riesgo de padecer enfermedades como Alzheimer”, expone.

Los trabajos físicamente exigentes también pueden provocar lesiones físicas dependiendo del área en que se trabaje, incluso pueden implicar un riesgo laboral. Las personas que tienen este tipo de actividad se deben dar el tiempo para realizar deporte o simplemente caminar.

Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO NORMAL

El médico señala que para que el ejercicio físico sirva se debe practicar arriba de 30 minutos al menos tres veces por semana, aunque lo ideal es hacerlo seis y descansar un día. Puede ser aeróbico o anaeróbico (pesas), biológicamente es más productivo para el organismo el aeróbico (caminar, jugar futbol, nada, hacer escaladora, bicicleta), pero ambos ayudan casi de la misma manera. Los beneficios en el cerebro que obtenemos al practicarlo son los siguientes:

Reduce síntomas de depresión y ansiedad. Nos ayuda emocionalmente a descargar y liberar el estrés que tenemos en el cuerpo o cerebro por medio de la liberación de dopamina, serotonina y noradrenalina; estimula el cerebro en la zona donde se producen las emociones placenteras (endorfinas). Esto provoca una bajo dilatación, mejora el flujo sanguíneo, trabajan mejor nuestros órganos, hace que el cerebro tenga mejor oxigenación y perfusión, lo que hace que se desempeñe de mejor manera. Además, nos da la sensación de bienestar y placer: “La endorfina es una droga natural que produce el mismo organismo para hacernos sentir bien”.

Analgesia o aumento del umbral de dolor. Las personas que están acostumbradas a hacer ejercicio generalmente no tienen dolores articulares o musculares y su umbral del dolor es más alto. El ejercicio de fuerza (pesas) está recomendado para gente que tiene arriba de 50 años porque ya empiezan los problemas de degeneración articular, descalcificación, atrofia muscular; este ayuda a que activen todos los músculos, las articulaciones y que el calcio se pueda reabsorber por los huesos.

Regula emociones. La liberación de dopamina, serotonina, noradrenalina y endorfinas va a regular tus emociones. Te ayudará a relajarte y mejorar tu comportamiento, a no ser explosivo.

Mejora la autoestima. Una persona que hace ejercicio empieza a desarrollarse físicamente y mejora el aspecto de su cuerpo, esto incrementa la seguridad.

Menos degeneración neuronal. Nos ayuda a oxigenar nuestras células (neuronas), que trabajen mejor y se mantengan activas, lo que hace que funcione bien nuestro cerebro. Evitamos o disminuimos el riesgo de padecer Alzheimer.

Rendimiento escolar. Los estudiantes que hacen ejercicio todos los días oxigenan su cerebro, lo que ayuda a mejorar la memoria y la capacidad de retención. Están más activos y participativos en clases.

Mejora la función cognitiva y sensorial. Hay una sustancia llamada factor neurotrópico cerebral, que se libera más fácilmente cuando hacemos ejercicio. Esta estimula las neuronas a trabajar mejor para que se conserve la memoria y no tengamos problemas en nuestro cerebro.

Favorece la socialización. Las personas que hacen ejercicio son emocionalmente más estables, tienen mentalidad positiva, un buen físico que generalmente atrae a otras personas, son empáticas, responsables y caben en cualquier sitio.

Al realizar ejercicio físico al aire libre o en un centro deportivo fortalecemos el cerebro y mejoramos las habilidades cognitivas, pero te equivocas si piensas que obtendrás los mismos resultados si tienes un trabajo físicamente exigente; los efectos son opuestos.

Estudios revelan que el estrés físico y psicológico acumulados y añadidos por los esfuerzos físicos laborales son un factor de riesgo para la salud. Eduardo Enrique López Villalobos, médico responsable del área de urgencias médico-quirúrgicas UPAEP, asegura que no es lo mismo estar sometido al estrés de un trabajo extenuante que realizar actividades físicas que producen alivio y bienestar.

“Las personas que se tienen que implicar físicamente en su trabajo y terminan agotadas por subir y bajar escaleras, archivar, mover cajas o actividades similares, lo único que quieren es llegar a su casa a comer y después dormir para descansar”.

Enfatiza que esto es una situación contraproducente para la salud y muy diferente a los beneficios que obtienen en el cuerpo y el cerebro las personas que practican ejercicio físico, como caminar o practicar algún deporte.

TRABAJOS FÍSICAMENTE EXIGENTES

El especialista refiere que la revista “Fronteras en la Neurociencia Humana”, publicada por neurólogos calificados, ha realizado diferentes estudios en personas que no hacen ejercicio y tienen un trabajo extenuante, que revelan que, en estos casos, la persona se vuelve autómata y empieza a realizar sus tareas de forma mecánica.

“El cerebro deja de realizar sus funciones y disminuye la capacidad cognitiva de la persona. Su cerebro se atrofia más rápidamente porque no se oxigena adecuadamente, se pierde la capacidad de la memoria, la autoestima, la persona vive más estresada y corre el riesgo de padecer enfermedades como Alzheimer”, expone.

Los trabajos físicamente exigentes también pueden provocar lesiones físicas dependiendo del área en que se trabaje, incluso pueden implicar un riesgo laboral. Las personas que tienen este tipo de actividad se deben dar el tiempo para realizar deporte o simplemente caminar.

Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO NORMAL

El médico señala que para que el ejercicio físico sirva se debe practicar arriba de 30 minutos al menos tres veces por semana, aunque lo ideal es hacerlo seis y descansar un día. Puede ser aeróbico o anaeróbico (pesas), biológicamente es más productivo para el organismo el aeróbico (caminar, jugar futbol, nada, hacer escaladora, bicicleta), pero ambos ayudan casi de la misma manera. Los beneficios en el cerebro que obtenemos al practicarlo son los siguientes:

Reduce síntomas de depresión y ansiedad. Nos ayuda emocionalmente a descargar y liberar el estrés que tenemos en el cuerpo o cerebro por medio de la liberación de dopamina, serotonina y noradrenalina; estimula el cerebro en la zona donde se producen las emociones placenteras (endorfinas). Esto provoca una bajo dilatación, mejora el flujo sanguíneo, trabajan mejor nuestros órganos, hace que el cerebro tenga mejor oxigenación y perfusión, lo que hace que se desempeñe de mejor manera. Además, nos da la sensación de bienestar y placer: “La endorfina es una droga natural que produce el mismo organismo para hacernos sentir bien”.

Analgesia o aumento del umbral de dolor. Las personas que están acostumbradas a hacer ejercicio generalmente no tienen dolores articulares o musculares y su umbral del dolor es más alto. El ejercicio de fuerza (pesas) está recomendado para gente que tiene arriba de 50 años porque ya empiezan los problemas de degeneración articular, descalcificación, atrofia muscular; este ayuda a que activen todos los músculos, las articulaciones y que el calcio se pueda reabsorber por los huesos.

Regula emociones. La liberación de dopamina, serotonina, noradrenalina y endorfinas va a regular tus emociones. Te ayudará a relajarte y mejorar tu comportamiento, a no ser explosivo.

Mejora la autoestima. Una persona que hace ejercicio empieza a desarrollarse físicamente y mejora el aspecto de su cuerpo, esto incrementa la seguridad.

Menos degeneración neuronal. Nos ayuda a oxigenar nuestras células (neuronas), que trabajen mejor y se mantengan activas, lo que hace que funcione bien nuestro cerebro. Evitamos o disminuimos el riesgo de padecer Alzheimer.

Rendimiento escolar. Los estudiantes que hacen ejercicio todos los días oxigenan su cerebro, lo que ayuda a mejorar la memoria y la capacidad de retención. Están más activos y participativos en clases.

Mejora la función cognitiva y sensorial. Hay una sustancia llamada factor neurotrópico cerebral, que se libera más fácilmente cuando hacemos ejercicio. Esta estimula las neuronas a trabajar mejor para que se conserve la memoria y no tengamos problemas en nuestro cerebro.

Favorece la socialización. Las personas que hacen ejercicio son emocionalmente más estables, tienen mentalidad positiva, un buen físico que generalmente atrae a otras personas, son empáticas, responsables y caben en cualquier sitio.

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