Tehuacán, Pue. Lo que en su momento era solo un pequeño antojo de familias que sabían preparar los caracoles adobados en la Junta Auxiliar de San Lorenzo Teotipilco, hoy en día este platillo se ha convertido en uno de los motivos para visitar esta población, conocida por sus manantiales y balnearios; quienes los han probado votan a favor de que se conviertan en patrimonio gastronómico de esta ciudad.
Desde hace más de ocho décadas, los habitantes de esta junta auxiliar encontraron ciertos beneficios en los caracoles de tierra que se reproducían en los campos de alfalfa. Una vez recolectados, estos eran preparados con un adobo picante característico de esta zona, ofreciéndose como una botana que llegó a ser conocida como “los mariscos de los pobres”.
Familias de esta comunidad señalan que hace más de 30 años, este platillo comenzó a ser del gusto de muchos visitantes. El pretexto, el antojo de los caracoles, venía acompañado con un buen pulque, siendo esta la botana de quien vendía esta bebida en la junta auxiliar. Aunque su producción en los terrenos de siembra disminuyó con el crecimiento de la población y dejó de sembrarse, hoy en día existen criaderos de ellos.
Con el paso del tiempo y al ver que su consumo era popular, fue así como las familias comenzaron a ofrecerlos al público en pequeños comercios que hoy se han convertido en Centros Botaneros. Adobados, al ajo, con tocino, habaneros, a la mayonesa o enchipotlados, estas son ahora las variedades de estos locales, los cuales se ofrecen por 70 u 80 pesos cada orden.
Acompañados de rebanadas de limón y después de unas cuantas gotas, ayudados con un palillo o mondadientes, se sacan los caracoles de su concha para poder degustarlos. De esta manera, este platillo es solicitado por clientes locales, pero también se ha convertido en un atractivo para visitantes de otros estados, quienes viajan a San Lorenzo solo para probar los caracoles.
Rolando Martínez Remedios, presidente auxiliar de San Lorenzo Teotipilco, reconoció que desde hace algunos años, el gusto por los caracoles ha generado un incremento en visitantes, lo cual deja una derrama económica muy alta en los más de cinco establecimientos que han crecido y que son los encargados de recibir a muchos visitantes.
Comentó que algunos de estos negocios son atendidos ya por una tercera generación, los cuales han apostado por diversificar sus productos. Además de vender los caracoles en diferentes formas de preparación, también se ofrecen bebidas alcohólicas, alitas, memelas u otro tipo de botanas, aunque son los caracoles lo más atractivo, ya que llegan a cocinar en un solo día hasta más de 20 kilos.
Ramón Montero, uno de los promotores turísticos más importantes de esta zona, mencionó que la visita a los caracoles es una recomendación obligada que se hace a los visitantes, siendo los extranjeros quienes más fascinados terminan su visita. Señalan que se trata de una comida exótica y muy rica, además de que para ellos es muy barata.
Dijo que recientemente un grupo proveniente de Austria aceptó la invitación a este lugar y aunque al principio decían que no se veían tan suculentos, una vez que los probaron no dejaban de pedir toda la variedad que se ofrece. Refirió que en el 30 por ciento de los recorridos que hace en esta zona, siempre considera una visita a este lugar, ya que se ha convertido en una de las mejores recomendaciones.