/ viernes 29 de octubre de 2021

Día de Muertos: Cómo hacer una calaverita literaria 2022

Para saber si la calaverita es correcta o rima, lo mejor es cantarla más que leerla

Dentro de las tradiciones que tiene toda la celebración del Día de Muertos, también se debe de contar a las calaveritas literarias. Estos curiosos textos compuestos de versos que nos recuerdan que la muerte también puede ser vista desde el humor y con mucha creatividad.

Estas calaveritas son enseñadas desde niños al ser utilizadas como ejemplo de como rimar y como ejercicio para que aprendan más sobre los versos y poemas. También, como una herramienta para burlarse de algo o alguien, así como darle otro tipo de color a esta celebración.

LAS REGLAS BÁSICAS PARA HACERLAS

De manera general, la calaverita se conforma de estrofas de mínimo cuatro versos, conocidas como cuartetas, o hasta diez. Cada verso, que son las líneas en que se divide un poema, debe estar escritas en ocho sílabas u octosílabos.

Deben de contar con un ritmo constante y deben mencionar tanto características de la persona como a la muerte. Al respecto, usualmente se utilizan para describir de manera creativa como moriría una persona o las razones por las que “la huesuda” se lo llevaría al otro mundo dependiendo su trabajo, gustos, etc.

Aunque son de mucho humor, estas composiciones suelen ser escritas con cariño y no buscando desear la muerte verdadera, algo que debes recordar para no ofender a nadie con tu composición. El final debe tener el remate principal que puede ser como la muerte y la profesión de la persona se une o donde ocurre una ironía o algo que provoque la risa en quién la escucha.

Al tratarse de un epigrama, es decir, una composición poética breve, debe ser capaz de relatar una historia dentro de sus líneas. Aunque la muerte parece la protagonista, el personaje o situación a la que se la dedica es el centro de la trama, por lo que se deben añadir las características que más se puedan de la persona para hacerla propia.

Como en la escuela, para que cuente como calaverita es importante que tenga rimas constantes. Puede ser de dos estilos, aquel en donde las últimas palabras del primer y último verso suenan iguales o muy similares, siendo el estilo A-B-B-A.

O puede ser que la rima se encuentre en las últimas palabras del primer y tercer verso para que sea la estructura A-B-A-B. Para tener una mejor idea de cómo va tu composición, lo mejor es cantarla o entonarla al estilo clásico de las calaveritas. Lo anterior permite que sepamos si la calaverita funciona, por lo que no se debe ser tan estricto con las reglas al escribir, ya que son composiciones humorísticas.

ORIGEN DE LAS CALAVERITAS LITERARIAS

Respecto a de dónde provienen estos versos literarios, se estima que desde la época virreinal forman parte de la cultura mexicana. En este periodo, los criollos las utilizaban para mostrar su descontento ante el gobierno o las autoridades locales. Eran escritas en forma de epitafio o como pasquines, que es un escrito anónimo de contenido satírico. Debido a esto, eran prohibidas o motivo de castigo para quién las escribía.

A la par, se considera que su auge se dio en el siglo XIX, pero se le conocía como “panteones”, utilizados más para la crítica social que para una cuestión de humor entre personas. En diarios como “El Socialista” de los años de 1849 y publicado en Jalisco ya se pueden encontrar estos textos.

Gracias a José Guadalupe Posadas, estos textos recibieron una nueva dimensión debido a que eran acompañadas con sus famosas ilustraciones. Con Diego Rivera esto terminó por tener forma al ser nombrada la figura como “La Catrina”.

Con el tiempo se fue convirtiendo en parte del folclore mexicano, por lo que eran utilizadas en diversas situaciones. Ahora las familias gustaban de realizarlas entre ellos o para hacer broma con las amistades. En la actualidad, la tradición se mantiene al ser parte de actividades escolares como en diversos trabajos para mostrar el humor como la creatividad en palabras que una persona puede tener.

Un ejemplo de calaverita literaria es el que está a continuación creado por José Guadalupe Posadas y en honor a Don Quijote.

Ésta es de Don Quijote, la primera, la sin par, la gigante calavera

A confesarse al punto el que no quiera en pecado volverse calavera

Sin miedo y sin respeto ni a los reyes

Este esqueleto cumplirá las leyes

Aquí está de Don Quijote la calavera valiente

Dispuesta a armar un mitote al que se le ponga enfrente

Dentro de las tradiciones que tiene toda la celebración del Día de Muertos, también se debe de contar a las calaveritas literarias. Estos curiosos textos compuestos de versos que nos recuerdan que la muerte también puede ser vista desde el humor y con mucha creatividad.

Estas calaveritas son enseñadas desde niños al ser utilizadas como ejemplo de como rimar y como ejercicio para que aprendan más sobre los versos y poemas. También, como una herramienta para burlarse de algo o alguien, así como darle otro tipo de color a esta celebración.

LAS REGLAS BÁSICAS PARA HACERLAS

De manera general, la calaverita se conforma de estrofas de mínimo cuatro versos, conocidas como cuartetas, o hasta diez. Cada verso, que son las líneas en que se divide un poema, debe estar escritas en ocho sílabas u octosílabos.

Deben de contar con un ritmo constante y deben mencionar tanto características de la persona como a la muerte. Al respecto, usualmente se utilizan para describir de manera creativa como moriría una persona o las razones por las que “la huesuda” se lo llevaría al otro mundo dependiendo su trabajo, gustos, etc.

Aunque son de mucho humor, estas composiciones suelen ser escritas con cariño y no buscando desear la muerte verdadera, algo que debes recordar para no ofender a nadie con tu composición. El final debe tener el remate principal que puede ser como la muerte y la profesión de la persona se une o donde ocurre una ironía o algo que provoque la risa en quién la escucha.

Al tratarse de un epigrama, es decir, una composición poética breve, debe ser capaz de relatar una historia dentro de sus líneas. Aunque la muerte parece la protagonista, el personaje o situación a la que se la dedica es el centro de la trama, por lo que se deben añadir las características que más se puedan de la persona para hacerla propia.

Como en la escuela, para que cuente como calaverita es importante que tenga rimas constantes. Puede ser de dos estilos, aquel en donde las últimas palabras del primer y último verso suenan iguales o muy similares, siendo el estilo A-B-B-A.

O puede ser que la rima se encuentre en las últimas palabras del primer y tercer verso para que sea la estructura A-B-A-B. Para tener una mejor idea de cómo va tu composición, lo mejor es cantarla o entonarla al estilo clásico de las calaveritas. Lo anterior permite que sepamos si la calaverita funciona, por lo que no se debe ser tan estricto con las reglas al escribir, ya que son composiciones humorísticas.

ORIGEN DE LAS CALAVERITAS LITERARIAS

Respecto a de dónde provienen estos versos literarios, se estima que desde la época virreinal forman parte de la cultura mexicana. En este periodo, los criollos las utilizaban para mostrar su descontento ante el gobierno o las autoridades locales. Eran escritas en forma de epitafio o como pasquines, que es un escrito anónimo de contenido satírico. Debido a esto, eran prohibidas o motivo de castigo para quién las escribía.

A la par, se considera que su auge se dio en el siglo XIX, pero se le conocía como “panteones”, utilizados más para la crítica social que para una cuestión de humor entre personas. En diarios como “El Socialista” de los años de 1849 y publicado en Jalisco ya se pueden encontrar estos textos.

Gracias a José Guadalupe Posadas, estos textos recibieron una nueva dimensión debido a que eran acompañadas con sus famosas ilustraciones. Con Diego Rivera esto terminó por tener forma al ser nombrada la figura como “La Catrina”.

Con el tiempo se fue convirtiendo en parte del folclore mexicano, por lo que eran utilizadas en diversas situaciones. Ahora las familias gustaban de realizarlas entre ellos o para hacer broma con las amistades. En la actualidad, la tradición se mantiene al ser parte de actividades escolares como en diversos trabajos para mostrar el humor como la creatividad en palabras que una persona puede tener.

Un ejemplo de calaverita literaria es el que está a continuación creado por José Guadalupe Posadas y en honor a Don Quijote.

Ésta es de Don Quijote, la primera, la sin par, la gigante calavera

A confesarse al punto el que no quiera en pecado volverse calavera

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Este esqueleto cumplirá las leyes

Aquí está de Don Quijote la calavera valiente

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