Dentro de la historia del arte y de la pintura, los artistas buscan representar imágenes y elementos de forma simbólica, a veces con objetos muy definidos y otras con elementos tan pequeños como una simple mosca.
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Fue durante la época medieval y en especial, en las pinturas europeas de los XV y XVI cuando las moscas comenzaron a hacerse más presentes dentro de las figuras y cuadros.
El fenómeno es incluso estudiado en la actualidad por los historiadores de arte, quienes buscan encontrar el verdadero significado de los insectos al aparecer desde su tamaño normal o como simples espectadores de lo que ocurre en el cuadro.
Moscas y su interpretación en la cultura general
Primero hay que hacer una reflexión sobre lo que se cree que representan las moscas en la cultura en general, como es el funcionar como simbolismo de la muerte o de la putrefacción de la carne y el alma misma, algo similar a un memento mori, una frase que recuerda a la mortalidad del humano.
Debido a la forma en que se generan a causa de la basura o de la acumulación de barro de esos años, también se les relacionaba con el Diablo. Esto se hace presente en el Nuevo Testamento, en donde se describe a este ente como “El señor de las moscas”.
La presencia de las moscas en el arte
Ya en lo que respecta al arte, al principio se pensó que las moscas eran parte del movimiento trampantojo o trompe l’oeil’, que es una técnica en donde se busca engañar al espectador al jugar con los elementos arquitectónicos, la perspectiva, el sombreado y demás en la pintura para crear un efecto visual.
Una anécdota muy conocida al respecto es la del artista Giotto, aprendiz de Cimabue (pintor y creador de mosaicos italiano y considerado iniciador de la escuela florentina del Trecento), quien pintó una mosca en el retrato de su maestro.
Cimabue al contemplar la obra resultó engañado por la misma al intentar aplastar a la mosca, solo para descubrir que se trataba de una broma.
También es necesario nombrar a las Vanitas, un género artístico en donde se resalta la vida y en especial la muerte como el fin de los placeres mundanos.
Es en este género donde las moscas suelen aparecer junto a una calavera como un recordatorio de la impermanencia del cuerpo físico y lo inevitable de la muerte. Además, se dice que en estas pinturas simbolizan el desenfreno lujurioso y la incorreción. Cuando se encontraba colocada cerca de un noble o clérigo, entonces el insecto era un símbolo de corrupción y engaño.
Otros ejemplos, como el de una pintura de una mujer desconocida y con autor desconocido que data del año 1470 en Alemania, la mosca parece que es una marca distintiva, por lo que los expertos intuyen que hasta podría ser una broma.
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“Es una broma que funciona en diferentes niveles, porque, por un lado, las mosca ha sido engañada haciéndole creer que se trata de un verdadero tocado. Pero, obviamente hay una doble broma, porque nosotros, al mirarlo, pensamos: ‘Dios mío, hay una mosca en ese cuadro’, es nuestro propio instinto de ahuyentar el bicho que nos dice ‘nos ha engañado, porque en realidad, aquí todo es bidimensional. Esto es sólo pintura’”, explicó Francesca Whitlum-Cooper, curadora de la Galería Nacional de Reino Unido donde se ubica la obra.
Pese a que en la actualidad el colocar moscas dentro de las pinturas no es un acto común, si se sigue utilizando como un elemento disruptivo, algo fuera de sí para llamar la atención del espectador y, en algunos casos, para darle mayor realismo a las imágenes.
Musca depicta, la teoría más aceptada de las moscas en el arte
Se le conoce como musca depicta o mosca pintada a la representación de una mosca como elemento destacado en las pinturas y es una de las vías más aceptadas para nombrar la intención de nombrar a estos insectos dentro del arte.
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James N. Hogue, escritor de Enciclopedia de insectos, relata que la presencia de las moscas en las pinturas se debe a que representa una broma, como símbolo del valor incluso de los objetos menores, como ejercicio de privilegio artístico, como indicador de que se trata de un retrato de alguien ya fallecido y como una señal de imitación a obras anteriores.