Tetla, Tlax. Una de las ilusiones más grandes de un matador de toros es vestirse de luces. Una palabra tan sencilla, donde todo aspirante que intenta abrazar el mundo de la tauromaquia, deposita sus sueños, sus ilusiones y fija sus metas por conquistar.
El Director de la Escuela Taurina de Tetla, Tlaxcala, el matador José Luis Angelino nos muestra los pasos en los que consiste vestirse de luces, una de las ilusiones más grandes de los jóvenes toreros.
“…Vestirse de luces, es vestirse ilusiones y metas a conquistar…” subraya el matador tlaxcalteca, quien dirige la escuela taurina de Tetla, que alberga a las nuevas generaciones de la región Puebla-Tlaxcala, gracias al apoyo del Presidente Municipal, Eleazar Molina.
LOS COSTOS DE LOS VESTIDOS DE TOREAR
Angelino hace un recuento y narra cómo comienza todo, desde que el torero recibe la primera oportunidad y todo lo que envuelve vestir un traje de luces.
“Los matadores son por un lado contratados por los empresarios, y por otro son empleadores también. Son, asimismo, demandantes de bienes y servicios, por lo que alrededor del matador se genera una derrama económica importante.
“En ese sentido, los matadores benefician a las sastrerías, de las que adquieren indumentaria, capotes, muletas y otros accesorios para realizar su actividad. En promedio un matador requiere de tres trajes al año, los cuales tienen un precio promedio de $150,000; por lo que un matador eroga al año $450,000 por concepto de indumentaria.
“Ello significa que, dado el número de matadores actuantes, la derrama por indumentaria asciende aproximadamente a $67,500,000 anuales, de la cual la mitad es importada, considerando que hay en México 150 matadores de toros que ven actividad anualmente en nuestro país con mayor regularidad”, ilustró.
UNA INDUMENTARIA CON SIGNIFICADO E HISTORIA
José Luis escogió el hogar del aspirante Jesús Meléndez de la Escuela Taurina de Tetla y al propio torero para realizar la dinámica paso a paso de cómo se “calza” el terno de luces. Mismo que lleva como sinónimos también: vestido, traje, indumentaria, entre otros.
Antiguamente, hasta el siglo XVII, los trajes de torear se confeccionaban de ante o de otra piel de características similares, pero fueron evolucionando y desde entonces hasta hoy se elaboran en seda y se adornan en oro y plata.
Ya entrado el siglo XVIII comienzan a utilizarse los trajes que vamos conociendo, pero es gracias al pintor Francisco de Goya que se puede apreciar esa evolución, razón por la cual, también se le denominan “goyescos” y claro, con el tiempo se hicieron corridas que tratan de representar a los festejos de la época de Goya y así les denominan también ahora a estas festividades: corridas goyescas.
El matador tlaxcalteca José Luis Angelino, cuidando los protocolos de seguridad y “sana distancia” nos compartió con detalle la grandeza que guarda este vestido de torear color verde.
Un terno que encierra, para él, especial significado ya que lo usó en plazas como Madrid, Sevilla y México. Fue su primer vestido de torear que se mandó a hacer como profesional y ganando ya dinero como torero, con el cuál, también recibió lamentablemente su bautizo de sangre.
EL RITUAL DE VESTIRSE
“El arte de vestirse siempre será de abajo hacia arriba, costumbre natural de los toreros”, narra Angelino. “El vestido se compone de zapatillas, medias, taleguilla (algunos pensarán que es pantalón), camisola con escarolas, corbatín, chaleco, faja y casaquilla. Desde luego algunos accesorios imprescindibles para salir al ruedo como son, añadido (que simula una coleta de caballo), montera (que es alusión a un tocado o sombrero) y el capote de paseo”, ilustra el matador.
SOLO LOS MATADORES VISTEN EN ORO
José Luis explica con lujo de detalle, sin la presión que representa el estar previo a la corrida cada detalle del terno. Lo que le permite expresar situaciones que no se podrían apreciar a primera vista en algún aficionado.
La cantidad de botones que se lleva en cada extremo de la taleguilla, el peso que tiene un vestido de luces.
Cabe señalar que todo indica que fue el matador Joaquín Rodríguez, Costillares, el primero que se preocupó en diseñar los primeros vestidos de torear en la historia. Al torero Cayetano Sanz se deben algunas innovaciones importantes en la ropa de torear como aplicaciones y adornos muy estilo barroco.
En la tradición y cultura taurina, solo los matadores y los picadores pueden vestir de luces por la importancia de su labor.
Un ritual que todo matador o aspirante disfruta antes de salir al ruedo a jugarse la vida frente a bureles de hasta más de 500 kilos.