En el cubil, empleados de La Manada, fanáticos de ocasión o nose jactan de presumir que “sólo hasta que Lobos visitó alPuebla, el Cuauhtémoc se llenó”.
A los universitarios, menores en número respecto a la gran ynoble afición de La Franja, les acompaña la verdad.
Con el lleno del viernes, los blanquiazules por primera vez enla temporada ocuparán en su totalidad el coso de la coloniaMaravillas, o al menos registrarán la mejor entrada del semestreahí sin importar cuántos seguidores sean de La Manada o no.
Hasta antes del derbi Lobos-Puebla, el Cuauhtémoc sólo seanimó en la jornada ocho cuando La Máquina Celeste de la CruzAzul lo visitó.
Al dos veces mundialista se retrataron en aquella ocasión 16mil 716 aficionados; es decir, sólo el 35.62 por ciento del cupototal del estadio.
La segunda mejor entrada del semestre la presumió elCuauhtémoc hace dos fechas con los Pumas de la UNAM. Los felinosatrajeron a 12 mil 481 personas.
DESENCATAN A SU AFICIÓN
Y en tres ocasiones de ocho, el Puebla metió a más de 10 milseguidores al Cuauhtémoc en el semestre: la primera se registróen la presentación en casa cuando enfrentaron a Monarcas Moreliacon 12 mil 67 personas sentadas en la tribuna.
Si se considera que los purépechas no son un equipo con elarrastre de Pumas y Cruz Azul, aunado a las pobres entradas en losduelos ante éstos dos grandes del futbol mexicano, los cuales consólo decir su nombre llenaban antes el coso, queda en evidencia eldesencanto de la fanaticada con el Puebla.
Por lo que si el partido del viernes se convirtió en atractivo,comercialmente hablando, en gran medida se debió al morbo porsaber o conocer el desenlace del primer derbi angelopolitano entreun recién ascendido como Lobos y un histórico como el Puebla.
La Manada, dijo su técnico el miércoles al finalizar lapráctica en el cubil, irá al Cuauhtémoc a lucir y convencer alos ajenos.