Mucho se ha hablado y escrito en la última semana respecto alfuturo del Club Puebla o Puebla F.C.
Que se mantiene como propiedad de la familia López Chargoy,pero con un limitado presupuesto.
Lo del presupuesto algo muy lógico después de lo mermadas quequedaron las finanzas de la familia propietaria, esto luego deldescenso de Chiapas, que a pesar de ganarle al Atlas en la últimajornada, nada pudo hacer para detener su caída debido al triunfoagónico de Monarcas Morelia frente a Monterrey.
Pero, por otra parte, que el equipo se mantenga con sus dueñosno parece muy probable aunque tampoco es algo para descartar.
Lo que sucede es que cuando uno anuncia sus intenciones devender es porque realmente lo hará.
Y es que nunca ha sucedido, al menos en el futbol mexicano y enuna época reciente, que cuando un equipo es puesto a la venta suspropietarios reculen y digan “siempre no”.
Y para muestra está lo que sucedió con Necaxa, Atlas,Guadalajara y el Morelia, que en su momento fueron puestos a laventa y al final en todos los casos se concretó latransacción.
Lo que también se comenta es que en Morelia y Celaya, plazasfutboleras pero nada comparadas a la poblana, hay interés decomprar la franquicia del Puebla.
Pero una cosa es que interese, otra muy diferente es que seafavorable para un supuesto grupo de empresarios.
Es cierto que la Federación Mexicana de Futbol brindafacilidades para cambiar de sede, pero cierto es también quehacerlo de la noche a la mañana, con apenas unas semanas antes deque inicie el nuevo torneo es cosa sumamente complicada.
Y lo que parece más importante: ¿Quién se arriesgaría acomprar al Puebla, cambiarlo de sede y además apostar fuerte paraque el equipo, que iniciará el siguiente torneo en la parte bajade la tabla porcentual, pueda competir por el no descenso conrivales como Cruz Azul, Monarcas y Veracruz?
En síntesis: mucha inversión, grandísima logística para elcambio de plaza, gran riesgo, poco margen de error, escasa ventajaporcentual y, por ende, una operación poco factible deconcretar.
¿Quién le apostará a invertir en dólares y correr el riesgode perder y terminar vendiendo en millones de pesos?
Lo que se percibe más factible es que Puebla se quede en laAngelópolis.
La Franja es un equipo con más de siete décadas de historia yconjunto representativo de uno de los estados más importantes delpaís.
Además, cuenta con un estadio recientemente remozado y queincluso pinta para ser candidato a sede mundialista en caso de quese concrete el mundial que pretenden organizar Estados Unidos,México y Canadá.
Y aunque los antecedentes no sean algo del todo fiable paraconocer qué pasará en un futuro inmediato, es innegable que en elpasado, por una u otra cosa, Puebla no se ha quedado sin loscamoteros.
Compra de franquicia, descenso y ascenso e incluso, en ladécada de los noventa, un ir y venir por diferentes estadios de larepública ante el cierre momentáneo del Cuauhtémoc, todo eso ymás pasó y el Puebla se mantuvo en casa.
Que permanezca en la entidad es lo que se percibe más probableaunque todo debe tomarse con reservas por que con este equipo todopuede pasar.
De venderse, la franquicia tendría su cuarto dueño desde queregresó a la Primera División.
Francisco Bernat apostó fuerte, consiguió el ascenso y elacceso a un par de liguillas.
Ricardo Henaine, ya con el equipo tras la dirigencia de Bernat,evitó el descenso pero su otrora Franja no pudo destacar.
Finalmente, con la familia López Chargoy al frente, el equipocasi pierde la categoría dos veces, sin embargo, se salvó yademás, en su dirigencia La Franja ganó títulos como no lohacía desde hace dos décadas. Puebla con sus hasta horapropietarios ganó un título de Copa, una Súper Copa y tambiénel boleto a su primera Copa Libertadores de América.
