Los Medias Rojas de Boston dejaron tendidos por segundo día consecutivo en el terreno de juego a los Rayas de Tampa Bay con un dramático triunfo de 6-5, esta vez para liquidar la serie divisional y avanzar a la Serie de Campeonato de la Liga Americana, después de ser el peor equipo de la División Oeste la campaña anterior.
Un elevado de sacrificio al jardín central del boricua de Kiké Hernández permitió anotar desde tercera al emergente Danny Santana en pisa y corre, para que los Medias Rojas dejaran en el camino a los actuales monarcas de la Liga Americana que firmaron la mejor temporada del 2021 en el nuevo circuito con 100 triunfos y 62 derrotas en la División Este, donde sacaron ocho juegos de ventaja Medias Rojas y Yanquis de Nueva York.
Los Medias Rojas, con Alex Cora de regreso en el timón, ganaron primero el juego de comodín a los Yanquis para meterse a la Serie Divisional, y ahora lo hicieron en cuatro juegos a uno sobre las Rayas, consiguiendo los últimos tres triunfos al hilo.
Ahora los Medias Rojas esperarán al ganador de la batalla entre Astros de Houston y Medias Blancas de Chicago, cuya serie favorece dos juegos a uno a los texanos, que podrían encontrarse de nuevo con Boston, como sucedió en 2018.
Los Medias Rojas sacaron una cómoda ventaja de 5-0 con un ataque de cinco anotaciones en el tercer rollo, donde destacó jonrón con dos a bordo de Rafael Devers, pero después de ser limitados por el zurdo Eduardo Rodríguez, los Rayas fueron acortando distancia y en la octava emparejaron los cartones con doblete de Kiermaier y sencillo de Arozarena contra los disparos de Ryan Brasier.
Pero llegó la novena tanda, donde de nueva cuenta el héroe del tercer juego con su jonrón de dos carreras en la décimo tercera entrada, Christian Vázquez abrió con sencillo, contra los disparos del derrotado J.P. Feyereisen.
Christian Arroyo se sacrificó y tras hit dentro del cuadro del emergente Travis Shaw, apareció Kiké Hernández con un tablazo profundo por el central que permitió anotar al emergente Santana la carrera del triunfo que convirtió en un manicomio el mítico estadio Fenway Park.
El triunfo se lo apuntó Garret Whitlock, quien entró al rescate de Brasier en la octava cuando Tampa tenía corredor en segunda sin out y después retiró en orden la novena.