Indudablemente la lucha por las libertades es un asunto de prístina importancia para la humanidad, por ella se han ofrendado vidas y realizado grandes hazañas que son imposibles de ignorar. Definir qué es la libertad es algo muy complejo, porque en el concepto debemos pensar de forma plural y no individual, es decir, en la libertad de todos y no solo de uno.
Recientemente fue todo un escándalo el caso del número uno de la ATP Novak Djokovic, quien se manifestó en contra de la vacuna y le fue negada la entrada a Australia para jugar.
Las autoridades de la mayor isla del mundo fueron tajantes en el sentido de que nadie puede quebrantar las leyes, situación que desató toda una serie de manifestaciones, tanto a favor, como en contra del serbio.
De igual manera, diversos atletas se han negado a aplicarse el biológico, argumentando diversas razones, pero prácticamente todas ellas van en el sentido de una posible afectación a sus facultades físicas. Es innegable que una vacuna produce una reacción, más si apenas se está comercializando, hay casos muy definidos en los que este producto farmacéutico ha causado algún daño, pero lo cierto es que vivimos una emergencia y nadie debe tener algún tipo de privilegio en cuestión de la aplicación, a menos de que se trate de un problema validado por un diagnóstico médico serio, pero no por la superstición, ignorancia o el egoísmo de no verse mermado en un campo de juego.
Muchas ligas suspendieron actividades y no fueron reactivadas hasta el momento en que todos los atletas fueron vacunados, por una cuestión de responsabilidad social y solidaridad para con una tragedia que ha cobrado la vida de millones de personas.
Hablando en términos jurídicos, debemos recordar que la libertad de uno termina donde empieza la libertad del otro, es decir, la sociedad debe funcionar en un escenario de múltiples libertades individuales que coexistan en una sociedad. Evidentemente el no aplicarse una vacuna pone en riesgo la integridad de los demás, por lo que legalmente es válido restringir algunas prerrogativas, como lo ha señalado el presidente francés, al mencionar que cada quien es libre de no suministrarse el biológico, pero serán ellos quienes tendrán que estar encerrados y no quienes sí acudieron a inyectarse.
En conclusión, considero que los deportistas tienen el derecho a no aplicarse la vacuna contra el covid-19, pero eso será motivo de que no puedan participar en las diversas competencias donde otros sí cumplen con la normatividad sanitaria, así de simple y sin tomar la bandera de la libertad como algo absoluto e irresponsable, ya que eso es un libertinaje que, bajo las circunstancias actuales, puede desembocar en la muerte. Hasta la vista.
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