Dentro de los contaminantes que se encuentran en el aire, uno que causa preocupación a los científicos son los microplásticos y un nuevo estudio señala que su presencia sería más grande de lo que se esperaba en productos como el agua embotellada.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Columbia y con apoyo del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, se descubrió que, en promedio, un litro de agua embotellada tenía cerca de 240,000 pequeños trozos de plástico.
Se detectaron entre 110,000 a 370,000 partículas por cada litro de agua, de las cuales, el 90 por ciento de estos fragmentos de plástico eran nanoplásticos, por lo que, en el total, fue de 10 a 100 veces más partículas de plástico que las observadas en estudios anteriores, centrándose en los microplásticos más grandes.
Los nanoplásticos son tan pequeños que, a diferencia de los microplásticos, pueden pasar por medio de los intestinos y los pulmones para llegar directamente al torrente sanguíneo y desde allí viajar a órganos como el corazón y el cerebro.
Este tipo de contaminante puede invadir células individuales y atravesar la placenta hasta los cuerpos de los fetos en el caso de las mujeres embarazadas.
El agua embotellada contenía partículas de los siete tipos de plástico, el más común de ellos fue la poliamida, un tipo de nailon que se utiliza para filtrar y purificar el agua. Se detectó también tereftalato de polietileno, mejor conocido con PET, algo que se esperaba debido a que es el material para fabricar las botellas.
Otros de los materiales encontrados fueron cloruro de polivinilo, metacrilato de polimetilo y poliestireno, este último también utilizado en la purificación del agua. Dentro de la investigación se identificaron millones de partículas adicionales que no coincidían con las siete categorías de plástico, por lo que no está claro si son nanoplásticos u otras sustancias.
“Hay un mundo enorme de nanoplásticos por estudiar”, comentó Niaxin Qian, estudiante de posgrado en química en la Universidad de Columbia. “No es el tamaño lo que importa. Son los números, porque cuanto más pequeñas son las cosas, más fácilmente pueden entrar en nosotros”.
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Ya en un primer estudio realizado en el 2018, se detectó un promedio de 325 partículas de plástico por litro. De ahí, estudios posteriores comenzaron a multiplicar ese número por varias veces y los científicos sospechaban que sería incluso más grande de lo que se había pronosticado.
En cuanto a los microplásticos son aquellos fragmentos que van desde los 5 milímetros hasta 1 micrómetro, que es la millonésima parte de un metro.
Una nueva forma de detección de los microplásticos
Para la detección de los microplásticos en el agua embotellada, los científicos utilizaron una tecnología recientemente refinada llamada microscopía de dispersión Raman estimulada, que implica el sondear muestras con dos láseres simultáneos que están sintonizados para hacer resonar moléculas específicas.
En el caso de este estudio se probó en tres marcas populares de agua embotellada de venta en los Estados Unidos, aunque el estudio se negó a revelar cuáles eran, analizando partículas de plástico de hasta solo 100 nanómetros de tamaño.
Gracias a esta tecnología, los investigadores ya buscan analizar el agua de grifo, también el agua que se utiliza al lavar ropa e incluso la nieve. También, colaboran con expertos en salud ambiental para medir los nanoplásticos en los tejidos humanos y examinar sus efectos neurológicos y en el desarrollo de las personas.
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