Recientemente los especialistas mencionaron que los tripulantes del Titán habrían muerto luego de encontrar algunos restos de la nave en la que viajaban, pues se explicó que esas piezas solo podrían estar sueltas en caso de que la nave estuviera fragmentada. Ante este escenario continúan las labores de búsqueda para encontrar a los cuerpos.
Esta nave partió el pasado domingo para hacer una exploración cercana a la región en donde se hundió el Titanic, el gran barco que se destruyó tras impactarse con un iceberg. Sin embargo, la misión se complicó luego de que se perdiera el contacto y tras varios días de búsqueda se indicó que lo más probable es que nadie sobrevivió.
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La Guardia Costera de Estados Unidos indicó que todo apunta a que el pequeño submarino registró una fisura que generó “una implosión catastrófica”, esto es lo que habría terminado con la vida de Paul-Henri Nargeolet, Shahzada Dawood y su hijo Suleman, Hamish Harding y Stockton Rush.
¿Qué es una implosión?
La implosión es definida como lo contrario a una explosión, ya que en este caso es una acción en la que algo se rompe hacia adentro, lo que provoca un gran estruendo, así fue como se definió en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE).
Esto ocurre cuando la presión del exterior es más fuerte que la del interior, lo que resulta en la contracción de un objeto a una gran fuerza; de esta manera es como se destruye y aplasta todo lo que hay dentro de él.
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Para explicar este efecto, la Universidad de Valencia hizo un experimento en el que colocaron una lata de refresco con agua fría dentro de una olla con agua hirviendo, después de un rato voltearon la lata para el orificio por el que se toma quedara sobre el agua caliente.
En cuanto el líquido frío tuvo contacto con el caliente la presión al interior de la lata disminuyó, mientras que la del exterior creció, lo que dio como resultado que la lata implosionara, es decir, quedará comprimida.
Un efecto común en el mar
Es lo que a menudo les ocurre a las naves que viajan al fondo del océano, pues al llegar a un nivel en donde no soportan la presión el equipo se comprime de forma brusca, lo que se ha creído que les ha pasado a muchos submarinos.
La prensa sudamericana indicó que en el 2017 esto le pasó a ARA San Juan, que era un submarino de la Armada argentina que desapareció en noviembre de ese año en el océano Atlántico, el cual tenía 44 personas a bordo.
Asimismo, respecto al Titán que despareció este mes de junio, Guillermo Söhnlein, cofundador de la empresa OceanGate, comentó que la primera hipótesis sostiene que la nave sufrió una fisura en el casco y el sumergible implosionó, y añadió a la BBC que una pequeña falla en el mar puede detonar un gran problema.
