La Presa de Valsequillo en Puebla presenta el nivel más bajo de agua de los últimos 10 años tras la ausencia de lluvias en la entidad, pues actualmente mantiene el 24.48 por ciento de su capacidad total, lo anterior de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información del Agua.
José Villegas Téllez, capitán a cargo de la administración del Puerto de Valsequillo, informó que el volumen del lago no había disminuido en tal magnitud al menos en la última década.
“Preocupante solo podría ser turísticamente, pero de otras afectaciones no podríamos declarar hasta el momento ninguna (…) impacta al turismo porque al estar vacía deja de ser atractiva para los visitantes y como deja al aire tierra húmeda se desprenden olores incómodos”, declaró.
Aunado a ello, informó que en los últimos dos meses el nivel de agua disminuyó 11.5 metros, sin embargo, prevé que con las lluvias de agosto y septiembre regrese la capacidad que mantenía el lago en meses pasados.
“Se ve vacía también porque las compuertas están abiertas, pero en cuanto cierren volverá a verse el agua (…) por el contrario si aumenta el nivel sí hay afectaciones porque daña los cultivos de las zonas cercanas”, subrayó.
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Declaró que actualmente no existe otro medio más que esperar las precipitaciones para que se alcance nuevamente un alto volumen de agua, no obstante, desde que detectaron dicho descenso realizaron compromisos con productores y campesinos de Tehuacán y Tecamachalco para que mientras se recupera el lago, procuren ocupar menor cantidad de agua para riego.
Visitantes de la Panga en Valsequillo preocupados por el descenso
Víctor Meneses, atraviesa al menos tres veces por semana la Panga de Valsequillo, la cual permite el cruce de vehículos sobre el lago, y desde hace un mes ha notado como poco a poco ha bajado el nivel de agua de esta presa.
Compartió además que la última vez que observó el lago con esa capacidad fue hace 30 años, pero en ese entonces no fue alarmante porque “no había problemas de agua”. Aunado a ello, sostuvo que la única preocupación que como visitante mantiene es el riesgo de caer por las pequeñas barrancas que se han formado en la orilla de lo que antes mantenía agua.
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“Nosotros cruzamos seguido porque tenemos terrenos de cultivo del otro lado (..) es muchísima la diferencia de agua que hay desde el mes pasado, ahora hasta podemos ver el relieve de la tierra que había debajo pero tratamos de ya no caminar por ahí para no caernos”, compartió.
Víctor coincidió en que la disminución no solo es por la falta de lluvias, sino también porque las compuertas de la presa continúan abiertas. “Que empiecen las lluvias y con que las dejen abiertas unos 20 días ya se va a ver llena de nuevo”, afirmó.
