Los dispositivos tecnológicos han traído grandes beneficios, pues de esta manera se han agilizado varias tareas, tanto laborales, como académicas y personales, pues con un pequeño aparato se pueden llevar a cabo distintas actividades relacionadas con la comunicación, investigación o educación.
No obstante, estas innovaciones también han dejado varias secuelas negativas, pues cuando ya no funcionan, se tiran a la basura y en la mayoría de los casos no se le da el tratado adecuado, lo que genera varios daños en el ambiente y afecta a muchas personas sin que se den cuenta, por lo que es necesario evitar que esto ocurra.
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De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los objetos tecnológicos se componen de una gran variedad de materiales plásticos y metálicos que se convierten en una fuente de contaminación importante cuando se tiran sin que pasen por el proceso adecuado para separar los componentes que pueden ocuparse otra vez y los que no.
¿Qué hacer con tu basura electrónica?
Los habitantes de la ciudad de Puebla que tengan este tipo de desechos no tienen que sacarlos a la calle o arrojarlos a la basura, ya que pueden optar por llevarlos al centro de reciclaje que habilitó el Ayuntamiento.
A través de su cuenta de X, antes Twitter, las autoridades locales explicaron que las y los ciudadanos que estén interesados en llevar este tipo de artículos ya pueden hacerlo, la dirección es Boulevard Capitán Carlos Camacho Espíritu 237, en la colonia Bugambilias, 72580.
Este espacio se encuentra a unos minutos de Plaza Cristal, frente a la Notaría Pública Número 45, en las oficinas de Servicios Urbanos de Puebla. Algunos de los artículos que se pueden reciclar son los siguientes:
Tablets
Computadoras
Cables
Electrodomésticos
Celulares y cualquier otro elemento que sea parecido.
De acuerdo con su información en las redes sociales, el horario de atención es de lunes a viernes, desde las 7:00 hasta las 14:30 horas, mientras que los sábados cierran a las 13:30 h.
¿Cuáles son los daños de la basura electrónica?
La basura electrónica, también conocida como e-waste, representa uno de los desafíos ambientales más urgentes de nuestro tiempo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gestión inadecuada de estos materiales puede provocar una serie de daños graves para la salud humana y el ambiente.
Suele ocasionar la contaminación del suelo y el agua debido a la liberación de sustancias químicas tóxicas como plomo, mercurio, cadmio y bromo. Estos elementos pueden infiltrarse y dañar recursos naturales y afectando la biodiversidad.
Según un informe de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas inglés), la exposición a estos metales pesados puede causar daños neurológicos, reproductivos y del desarrollo en humanos y animales.
Hay quien decide quemar esta basura, lo que puede traer emisiones tóxicas y gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático y afectan la calidad del aire. Un estudio publicado en Environmental Health Perspectives encontró que la exposición a la contaminación del aire derivada de este fenómeno se relaciona con problemas respiratorios.
