Roberto Bete es un hombre trans originario de Brasil, con una historia que ha causado revuelo a nivel mundial al dar a luz a su primer hijo, después de embarazarse de su pareja, una mujer trans de nombre Erika.
Su historia tuvo un alcance internacional cuando la marca Calvin Klein los eligió como figuras para modelar su ropa interior como parte de su campaña para retratar a nuevas familias del mundo. Al ser de profesión actor, Roberto se encuentra ilusionado sobre lo que este nuevo capítulo en su vida significa, a pesar de todo el camino que conllevó.
La decisión de tener una familia costó un gran esfuerzo para su relación, para su propio cuerpo y para lo que vendría en el futuro.
EL EMBARAZO DE ROBERTO BETE
En entrevista con el diario O Globo de Brasil, Roberto Bete describió por primera vez el duro proceso que requirió el enfrentar el embarazo al lado de su pareja Erika.
Como hombre trans decidió comenzar la transición de su cuerpo, algo que lo hizo realmente feliz al ya tener barba, un cuerpo más masculino al realizarse la mastectomía, cirugía para extirpar el seno por completo, y al estar en tratamiento hormonal.
Esto le permitió sentirse más seguro consigo mismo y poder alejarse de los prejuicios y de la violencia contra las personas como él. Las cosas comenzaron a cambiar cuando conoció a Erika en 2019, una mujer trans con la que empezó una relación.
Al salir por más de un año y medio juntos, Erika expresó su deseo de convertirse en padre, pero Roberto nunca contempló en su vida como mujer el embarazarse o tener un hijo. Juntos comenzaron a evaluar la posibilidad cómo a deconstruir los prejuicios y problemas que podrían enfrentar con la decisión.
Roberto entonces decidió parar su tratamiento hormonal, algo que Erika también realizó de manera solidaria. Esto trajo los primeros problemas, debido a que llegaron sentimientos de depresión, cosas como su libido cayeron, además de otros efectos secundarios en los cuerpos de ambos.
Tras un tiempo de intentarlo el embarazo finalmente se produjo, algo que cayó de sorpresa en la relación y que parecía generaría un gran conflicto entre ellos. Pero, gracias a su comunicación pudieron notar que se trataba más de una cuestión provocada por las hormonas que de un cambio en lo que ellos sentían.
Él entonces se enfocó en su salud mental para afrontar la siguiente etapa con el fin de no sentir un mayor desequilibrio y entender lo que pasaba con su cuerpo. Esto lo ayudó a abrazar su fuerza femenina y aceptarse de mejor forma.
También, relató que en los últimos meses de embarazo las personas lo miraban de forma extraña al pensar que se trataba de un hombre con una gran barriga provocada por una enfermedad o por el alto consumo de cerveza. Del lado de la atención médica no tuvo ningún problema al ser tratado de gran forma.
“Podemos reproducirnos biológicamente o desde nuestros corazones… nuestro lugar es el amor y el ser amades”, señaló la pareja en la publicación de Calvin Klein sobre ellos.
Noah, el nombre de su hijo, nació en perfecto estado de salud el pasado 10 de mayo y será Erika la encargada de amamantarlo al ya estar en periodo de lactancia tras iniciar el tratamiento para hacerlo a los tres meses de embarazo.
EL CAMBIO EN SU CUERPO Y LO QUE ESPERA EN EL FUTURO
Roberto Bete nació como mujer rodeado de cinco hermanos en un entorno que describió como machista debido a que su padre obligó a su madre a tener hijos hasta que pudo tener un varón.
Fue a los 14 años cuando descubrió que era lesbiana y, al sentir que no encajaba tomó la decisión de lucir siempre lo más andrógina posible. Cuando tenía 22 años conoció el caso de Tarso Brant, un actor y modelo trans de Brasil, lo que hizo que buscara esa alternativa.
Tras comunicarse con otros jóvenes trans y acercarse a clínicas especializadas fue como se dio cuenta de lo que quería. Al principio tomó hormonas por su propia cuenta, pero gracias a la ayuda de un hospital pudo recibir el tratamiento adecuado para ella, además de acompañamiento psicológico y psiquiátrico.
A los tres años de iniciar el tratamiento fue cuando decidió realizarse la mastectomía para sentirse más cómodo. Para los 27 años fue cuando tuvo su primera pareja sexual y descubrió que debía aceptar sus formas de placer como parte de su cuerpo trans.
Una vez que su embarazo terminó, Roberto Bete señaló que los doctores le han informado que en 40 días podrá retomar su tratamiento hormonal ya que no desea repetir la experiencia, por lo que está ilusionado con la familia que comienza a formar como por volver a ser la persona que siempre quiso ser.