La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una de las herramientas tecnológicas más importantes de los últimos tiempos, pues además de ser utilizada para la creación de divertidas imágenes que pueden ser compartidas a través de redes sociales también se involucrado en actividades y procesos de la vida diaria con la intención de hacerlos más ágiles y eficientes.
Dentro de estos rubros la medicina no podía ser la excepción, pues la posibilidad de salvar más vidas es una de sus premisas al ser aplicada en esta rama y dentro de las tareas donde ya comenzó a hablarse del uso de la misma es en el de los trasplantes de órganos, incluso recientemente la Mayo Clinic presentó en un artículo cinco formas en que esta actividad se podría transformar.
¿Cómo podría la Inteligencia Artificial transformar los trasplantes de órganos?
Según el trabajo presentado por este centro médico, la IA tendría la capacidad de convertirse en un valioso medio para que esta tarea salve la vida de más pacientes e incluso han sido realizados diversos estudios cuyos resultados han sido alentadores, principalmente en actividades como el análisis de grandes cantidades de datos con la intención de detectar tendencias y patrones relevantes.
Dichas acciones se verían reflejadas en mejores resultados para los pacientes, pues con el paso de los años en esta profesión, los médicos se han ido dotando de métodos que se han vuelto fundamentales en la toma de decisiones, por lo que en el caso de la IA no sería la excepción, según declaro el cirujano Mark Stegall, investigador de este centro hospitalario.
Uno de estos puntos es poder evitar la necesidad de un trasplante, lo cual podría hacerse posible mediante la detección oportuna de la insuficiencia de un órgano, que a su vez podría sugerir la práctica de intervenciones tempranas, pero en caso de que esto ya no se logre por diversos motivos, podría mejorar la compatibilidad entre donantes y receptores, lo cual ahora es complejo.
Fin que iría de la mano con poder determinar el éxito de un trasplante, esto a partir de un sistema de puntaje a partir de biopsias para determinar los niveles de inflamación, lo cual ya ha sido probado en riñones; a esto se suma la posibilidad de ampliar la cantidad de órganos obtenidos de donantes fallecidos, esto permitiendo que sobrevivan más tiempo fuera del cuerpo antes de trasplantarlos.
A su vez, uno de los problemas que existe actualmente es el riesgo de rechazo de órganos, siendo uno de los mayores desafíos de la medicina, por lo que con el uso de la inteligencia artificial sería posible identificar a los pacientes con mayor riesgo de rechazo de órganos, esto mediante la utilización de un electrocardiograma y sin la necesidad de realizar una biopsia.
El último punto radica en el hecho de mejorar la atención médica después del trasplante, pues tras ser sometidos a estos procedimientos los pacientes reciben medicamentos de inmunosupresión, mismos que pueden provocar efectos secundarios y hasta nocivos, por lo que esta tecnología sería más precisa en fijar la dosis mínima necesaria para que los pacientes se mantengan sanos.