Amelia Cannon, enfermera del hospital Saint Francis en Tulsa Oklahoma compartió en redes sociales, desde el 12 de agosto, todo el camino por el que su hija, de tan solo 3 años de edad, pasó desde que se contagió de COVID-19.
“Si has elegido no vacunarte, también decidiste por mi pequeña. Tu elección llevó a que mi niña inocente fuera hospitalizada”.
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A pesar de que la más afectada fue Aurora, toda la familia de Amelia se infectó, incluyendo a Kyle, su esposo, y Alice, su otra de hija de un año de edad. Tanto Aurora, como su esposo manifestaron síntomas leves al igual que Alice, quien se cree, adquirió algo de inmunidad gracias a su madre, quien ya estaba vacunada cuando comenzó a amamantarla.
El caso de Aurora se conoció gracias a sus actualizaciones diarias en su perfil de Facebook, donde expresó por primera vez su frustración por contagiar a su familia después de atender a personas no vacunadas.
“Entiendo que te preocupa la vacuna. Confía en mí, lo entiendo. Es desconocido para ti. Pero conozco a docenas de personas que responderán a todas las preguntas que tienes, yo misma incluida. Así que POR FAVOR. Edúcate. Y toma mejores decisiones.”
Los reportes de la madre no tardaron en volverse virales, medios de comunicación centraron su atención en la historia de Aurora. Los amigos cercanos de la enfermera lanzaron una campaña para recaudar dinero y pagar los tratamientos.
“Para todos los que preguntan qué pueden hacer por nosotros, esto podría aliviar nuestro estrés” publicó Amelia sobre la campaña One Breath at a Time- Cannon Family.
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El principal problema para la niña de tres años consistió en la cantidad de oxígeno que su cuerpo lograba absorber. Se le sometió a un tratamiento agresivo que le causó, en palabras de su madre, un gran desgaste físico, perdiendo ánimos y sin poder ingerir ningún alimento que no fuera líquido.
El 19 de agosto, Aurora vivió un momento crítico, pues a pesar de haber disminuido la cantidad de oxígeno que le administraban a tan solo 3 litros, sufrió una recaída en la que se le tuvo que dar 15 litros. Fueron 4 horas en las que se luchó por evitar la intubación.
Aurora experimentó, durante todo el fin de semana del 20 al 22 de agosto, la incertidumbre de no saber cuándo podría dejar el hospital. Pues cada noche disminuía la cantidad de oxígeno que requería. La gran prueba era pasar una noche sin necesitar respirar con ayuda artificial.
Para el 23 de agosto, Amelia publicó en sus redes sociales un video donde se observó a Aurora en una silla de ruedas, abrazando un peluche con su mano izquierda, y saludando a la cámara con la derecha. Amelia lo logró, pasó una noche sin necesitar oxígeno.
¡Nos dirigimos a casa! Aurora agarró su maleta y empezó a empacar en el instante que el médico dijo que seríamos liberados”.
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El video de Aurora fue acompañado del agradecimiento de su madre, quien dio gracias al equipo médico y personas que a la distancia apoyaron con su oración, donativo, y buenos deseos.
A partir de ese día, las publicaciones en el perfil de Amelia retratan la cotidianidad de ver a sus hijas jugar. Pero dejó claro que este episodio los cambió, y no volverán a ser los mismos.
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