“Dime a qué hora llega el presi que le vamos a volar la cabeza”, es la frase que sostiene la versión de un intento de atentado en contra del candidato de la coalición “Mejor Rumbo para Puebla”, Eduardo Rivera Pérez, según la declaración de una de sus vecinas, que narró lo que vivió junto a sus hijas, donde sujetos desconocidos ingresaron a su domicilio para golpearlas y amenazarlas de muerte.
El Sol de Puebla tuvo acceso a la declaración de una de las víctimas presentada ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y que quedó asentada en la carpeta de investigación FGEP/CDI/FIM/CUAUTLANCINGO-C5-I/006302/2024.
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Hay que señalar que las autoridades estatales y municipales han manifestado que trabajan en conjunto y de manera coordinada para investigar sobre los hechos y dar con el paradero de los presuntos responsables.
Cronología de los hechos
El reloj marcaba las 20:00 horas del sábado cuatro de mayo, Cristina, Federica y Ginevra, madre e hijas, se encontraban en su domicilio ubicado dentro del Fraccionamiento La Cañada en la capital poblana. Ginevra salió de la casa apenas 12 minutos después de lo que marcó el reloj para entregar unas llaves al domicilio de sus abuelos ubicado en la misma zona, mientras que su hermana salió de tomar una ducha y su madre la esperaba en la recámara mientras conectaba su celular a la corriente eléctrica.
Enseguida, Cristina escuchó pasos “como si estuvieran corriendo” en las escaleras de su casa por lo que decidió asomarse para saber qué sucedía. La mujer se encontró con tres hombres, el primer de ellos de aproximadamente 29 años, 1.80 centímetros de estatura, tez blanca, complexión delgada que vestía playera color gris; el segundo masculino de aproximadamente 29 a 30 años, estatura de 1.70 centímetros, de tez apiñonada que usaba una gorra color negra; mientras que del tercero hombre no se tiene descripción. El trío de sujetos tenía un acento “como si fueran colombianos o venezolanos”, según la declaración.
Desde el primer instante que se topó con los agresores, la madre de 51 años fue golpeada por el hombre de playera gris, quien le dio un puñetazo en el rostro que provocó que cayera al piso, el sujeto la colocó bocabajo, la inmovilizó colocando su rodilla en la espalda, al tiempo que le decía, “ya valiste verga pinche perra”. El segundo hombre le pasó a su cómplice una cuerda color gris oscura para amarrarla de manos y pies hacia atrás.
Los agresores cuestionaban a la mujer sobre el paradero de su marido y le dijeron, “sabemos que llega por las noches muy tarde, en cuanto entre le volamos la cabeza”, mientras que no dejaban de patearla y continuaban con los insultos, “maldita perra, ya dime a qué hora llega el presi que le vamos a volar la cabeza, maldita”.
“Al escuchar esto, entendí que se habían equivocado de casa, puesto que el expresidente municipal, Eduardo Rivera, es mi vecino y vive en la casa de enfrente”, narró Cristina en su declaración ante las autoridades.
Los hombres continuaron interrogándola y le preguntaron por “sus dos hijos”, Cristina respondió que no tenía hijos varones, por lo que fue golpeada a puñetazos en las costillas, al tiempo que uno de ellos le dijo, “no mientas maldita perra o te va a cargar la chingada”.
Del otro lado, el varón de 1.70 centímetros de altura y gorra aventó a Federica a la cama, la colocó bocabajo, amarró de manos y pies, pidió que no se moviera ni gritara porque “la iba a matar”, al mismo tiempo que la golpeó en la cara y en diferentes partes del cuerpo para aplastar su cara con un cojín para asfixiarla.
Cristina logró ver lo que el otro sujeto le hacía a su hija y se dio cuenta que el hombre la amarró con una corbata por el cuello y la trató de ahorcar diciéndole “ahorita te vas a morir”. Los cuestionamientos por el “presi” y su familia no paraban, pues el agresor decía “ya sabemos que pariste tres hijos”, postura que Cristina volvió a rechazar y el hombre insistió: “deja de mentir maldita perra o te voy a matar si no me dices a qué hora llega el presi”.
Las agresiones verbales y físicas no cesaron, la madre de las dos mujeres escuchó que “cortaron cartucho” y de inmediato recibió un golpe con la pistola. El hombre que sometió a Federica le dijo a su cómplice que siguiera presionando para que Cristina dijera “dónde está el presi” y le dijo que revisara en los cuartos de la casa para “ver si está en algún lugar y dale un pinche plomazo al hijo de su puta madre”.
Cristina escuchó cómo los sujetos revisaban cajones y también se percató que alguien había ingresado a su casa debido a que sonó la alarma digital que se activa cada que se abre la puerta, se trató de su hija Ginevra. Los agresores corrieron a la entrada pensando que era “el presi”.
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A penas transcurrieron unos minutos y los varones llevaban a Ginevra al cuarto donde estaba su madre y hermana, la aventaron a la cama junto a Federica y amarraron de pies y manos con unos calcetines, también trataron de asfixiarla y la amenazaron de muerte.
De nueva cuenta los masculinos salieron del cuarto, de inmediato Ginevra se logró desamarrar y su madre le dijo que se brincara por la ventana, acción que logró y grito pidiendo ayuda.
