/ domingo 20 de febrero de 2022

Revendedores con más ganancia que los artesanos

Los intermediarios adquieren productos artesanales a bajo costo para después comercializarlos al doble o hasta el triple de su valor

El sector artesanal es una de las principales actividades que se realizan en el estado de Puebla, sin embargo, por varios años los productores se han enfrentado a un comercio injusto que les genera pobreza y desigualdad económica.

Esto, debido a que los revendedores adquieren sus productos a un precio más bajo, para después comercializarlos al doble o hasta el triple de su valor, sin tomar en cuenta el esfuerzo, dinero y tiempo que lleva a los artesanos elaborar un artículo de esta categoría.

Tomás Juárez Fuentes, presidente de la Unión de Artesanos del Estado de Puebla, estima que esta situación les genera a los productores una mínima ganancia del 30 por ciento, mientras que los comerciantes perciben el 70 por ciento de los ingresos, solo por distribuir las artesanías.

Como ejemplo, se dio a conocer que los revendedores les compran a los artesanos un atrapasueños por solo 70 pesos, y ellos los comercializan hasta en 500 pesos. Otro caso, es el de las esclavas de plata, las cuales se adquieren en 100 pesos y se venden en 600 pesos.

Los intermediarios adquieren productos artesanales a bajo costo para después comercializarlos al doble o hasta el triple de su valor. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

El representante del sector, da a conocer que el resultado de malbaratar las artesanías, genera que los productores no logren subsanar los gastos de operación, y mucho menos, obtener una ganancia justa para satisfacer sus necesidades básicas, como lo es la alimentación.

“Es gente que llega a acaparar al verdadero productor, pues compran los productos a un precio bajo y lo venden al doble o al triple, cuando es el artesano quien invirtió tiempo y dinero (…) Eso viene pasando desde años atrás, lo que significa pérdidas para ellos, y por lo tanto, una desigualdad económica”, precisó.

Esta problemática se presenta en todas las ramas artesanales, entre las que destacan la miniatura de palma, textiles en lana, bordados en hilo, alfarería, papel picado y joyería.

EL REGATEO TAMBIÉN AFECTA EL INGRESOS DE LOS ARTESANOS

Otro factor que también afecta el ingreso de los artesanos poblanos, es el regateo por parte de los compradores directos, quienes buscan adquirir los productos a un precio más bajo.

Esta situación, provoca que los productores que buscan vender sus propios artículos, pierdan hasta el 20 por ciento del valor real de cada artesanía, lo que sería su ganancia por la mano de obra.

De acuerdo con Tomás Juárez, el regateo se da principalmente por los propios mexicanos, mientras que los turistas extranjeros son los únicos que pagan el precio justo.

el regateo se da principalmente por los propios mexicanos. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

“Es nuestra propia gente, tanto poblanos y mexicanos, los que no valoran el trabajo y siempre piden descuentos. Cuando un artesano accede al regateo, está perdiendo el 20 por ciento de sus ingresos (…) Lamentablemente, es la gente de otros países los únicos que valoran nuestro trabajo y pagan lo que es”, explicó.

EL REGATEO Y LOS REVENDEDORES PROVOCAN QUE LOS ARTESANOS MIGREN A ESTADOS UNIDOS

Tomás Juárez, también explicó que el comercio injusto entre artesanos y revendedores, así como el regateo por parte de los clientes directos, deja en problemas económicos muy fuertes a los productores, por lo que deciden abandonar esta actividad para buscar otra fuente de ingreso rentable.

Una de las opciones más comunes en el sector, es migrar al vecino país de Estados Unidos, a fin de generar ingresos para darle un sustento económico a sus respectivas familias.

“Ambos factores deja en muchos problemas económicos a los productores, por lo que toman la decisión de dejar de hacer artesanías porque ya no tienen para invertir. Mejor prefieren buscar otra fuente de ingresos, y la opción más común es migrar a Estados Unidos, abandonando a su familia y poniendo en riesgo su propia vida”, detalló.

por cada 100 artesanos que abandonan la actividad, aproximadamente el 20 por ciento migra. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

Como ejemplo, se informó que por cada 100 artesanos que abandonan la actividad, aproximadamente el 20 por ciento migra, y el otro 80 por ciento se queda realizando otros oficios.

“Esta cifra nos preocupa mucho, porque la mayor parte de nuestros artesanos se han ido. Lo ideal sería darles la oportunidad a los productores de poder trabajar de manera justa, pues si no hacemos nada, se perderá esa parte de nuestra cultura”, concluyó.

¿PORQUÉ LOS ARTESANOS MABLARATAN SUS PRODUCTOS?

A través de una serie de entrevistas realizadas por El Sol de Puebla, se pudo constatar que los artesanos malbaratan sus productos con el objetivo de generar ingresos para poder alimentarse.

Tal es el caso del señor Alejandro Morales Navarro, quien desde hace 35 años se dedica a elaborar productos artesanales, como joyería de oro, plata y talavera, retratos grabados a mano, así como artículos de piel, vidrio y hueso.

El artesano declaró que en varias ocasiones se ha visto en la necesidad de vender sus productos a un precio más bajo, con tal de ganar un poco de dinero para comprar comida.

Esto, aun estando consciente que no logró recuperar la inversión destinada a la materia prima y los traslados, así como el dinero que debía obtener por la mano de obra.

“Seguido me pasa que debo malbaratar mis productos para poder comprar algo de comida o incluso para conseguir el dinero del pasaje. No se me hace justo porque yo gasto en transporte y en la materia prima que utilizo, pero pocos compran, y los que se interesan por algún producto lo quieren barato (…) Debido a esta situación me ha costado mucho trabajo levantar mi economía”, declaró.

Como ejemplo, el hombre de 59 años de edad, detalló que ha tenido que vender letras de plata en 20 pesos, cuando su precio real es de 100 pesos. Asimismo, ha comercializado huevos pintados a mano en 10 pesos, mientras que su valor real es de 50 pesos.

El artesano por comer vende sus artículos a un precio más bajo. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

En la misma situación se encuentra Felipa Dávila López, quien realiza joyería a base de talavera, pues comentó que por comer, también se ha visto en la necesidad de disminuir el valor real de sus productos.

“El artesano por comer vende sus artículos a un precio más bajo, no importa que no gane o que no reciba nada por la mano de obra (…) Me ha pasado que cuando voy a expos y no vendo nada, me veo en la necesidad de malbaratar mis productos para sacar los gastos”, acotó.

La artesana lamentó esta situación, pues reconoció que las personas que compran este tipo de artículos, se están llevando arte, calidad y productos únicos realizados con amor.

ARTESANAS SE AUTODENOMINAN “DEFENSORAS DEL TEXTIL” PARA CUIDARSE DE LOS REVENDEDORES

En la comunidad de Papatlatla, ubicada en el municipio de Huauchinango, se encuentra un grupo de 12 mujeres que se autodenominan “defensoras del textil” para cuidarse de los revendedores.

Todas ellas, se dedican principalmente a elaborar bordados en telar de cintura, textiles artesanales de la zona (blusas) y “quexquemetl”, que es un tipo de chal que se ocupa para cubrir el torso.

Una de sus representantes, Cirila Florentino, dio a conocer que entre las artesanas se avisan si hay un posible revendedor o una situación extraña en la compra de sus productos, con el objetivo de no comercializar sus artículos a esas personas.

La mujer de 48 años, reconoció que anteriormente no identificaban a los revendedores o intermediarios, pues eran personas que llegaban a su comunidad y elogiaban su trabajo, se llevaban entre 200 y 300 blusas y tiempo después se enteraban de que vendían sus productos al doble o el triple del precio original, en otros lados.

Estas personas en ningún momento mencionan a los compradores el origen del trabajo, es decir, no les dan crédito y mucho menos les dan algún tipo de recompensa por sus ganancias.

Ese último comentario, fue respaldado por Norma Martínez, originaria de la comunidad de Atmoloni, en el municipio de Hueyapan, quien se dedica a la elaboración de hupiles o chales.

Los creadores de los productos adquieren una ganancia del 30%, en comparación con el 70% que obtienen los comerciantes. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

La artesana de 26 años de edad, explicó que desde los 7 años se dedica a la creación de este tipo de productos, y en todo este tipo ha encontrado sus artículos en redes sociales arropando otras marcas.

Incluso, compartió que en una ocasión, una “marca grande” se acercó a ellos y les ofreció trabajo, les dijeron que les gustaba lo que hacían, pero les daban un salario muy bajo y una condición que los alertó: que el producto ya no sería suyo, sino que pasaría en su totalidad a dicha empresa.

“Estoy en contra de esto, llegan clientes y me dicen que mis productos son muy caros, que los venda a mayoreo y me malbaratan mi producto. Luego por la necesidad los vendo muy baratos y ellos les ponen su marca cuando el origen fue aquí, en Hueyapan. Pero entre nosotras ya nos estamos alertando porque si no lo valoramos nosotros nadie más lo hará; sólo nosotras sabemos cuánto esfuerzo cuesta cada huipil o capa”, concluyó.

SOLUCIONES PARA ERRADICAR LOS PROBLEMAS MÁS COMUNES EN EL SECTOR

Maritza Rojas Rosano, coordinadora de la zona centro de la Unión de Artesanos del Estado de Puebla, dio a conocer que todos los productores han sumado esfuerzos para encontrar una serie de soluciones que ayuden a erradicar los problemas más comunes en el sector.

El primer proyecto, es reactivar la Casa del Artesano, la cual funcionaría como un museo, y a su vez, un espacio para que los productores puedan vender sus productos.

Con esto, los turistas locales, nacionales y extranjeros podrán conocer la gastronomía de las diferentes regiones del estado, así como sus dialectos y música. Adicionalmente, se buscan ofrecer talleres y clases artesanales.

“Confiamos en que las autoridades puedan tomar cartas en el asunto y pedimos que se le otorgue a la Unión de Artesanos el proyecto que hemos pedido en varias ocasiones a las diferentes administraciones (…) Con esto, se podrá rescatar nuestra identidad e historia, pues no solo se trata de que los extranjeros nos amen, sino que también los mexicanos se sientan orgullosos de nuestras raíces prehispánicas”, explicó.

Otra solución, sería habilitar distintos puntos de venta turísticos en el territorio poblano, para que los verdaderos artesanos también puedan vender ahí sus productos de forma directa.

También se busca regularizar los precios de las artesanías, con el objetivo de evitar abusos por parte de los revendedores, y así los productores puedan generar las mayores ganancias.

Adicionalmente, la agrupación también pide que una vez al año, las autoridades municipales, estatales y federales, otorguen un fondo económico para que los artesanos puedan compran su materia prima.

“La Unión de Artesanos está muy comprometida para impulsar al sector artesanal, por lo que estamos en la mejor disposición de sentarnos y dialogar con las autoridades para encontrar soluciones para nosotros”, expresó.

Finalmente, Maritza Rojas explicó que en caso de que no se logre impulsar al sector artesanal, esta actividad podría extinguirse en un plazo no mayor a 20 años, y quedaría solo como un recuerdo.

“Aquí el punto medular es la educación, porque si no se hace nada, perderemos las prácticas artesanales en un plazo de 10 a 20 años, y pasaremos a la historia en un museo. Por eso, comienzo haciendo un llamado para que aquellos que vean una artesanía, no regateen”, concluyó.

RADIOGRAFÍA DE LAS ARTESANÍAS MÁS REPRESENTATIVAS EN PUEBLA

El estado de Puebla se caracteriza por contar con una gran cantidad de municipios artesanos, que en su conjunto producen diversos productos que actualmente forman parte de la cultura y tradición de la entidad.

Entre las artesanías más representativas, se encuentra el papel amate, árbol de la vida, figuras de ónix, mármol y palma, vidrio soplado, esferas, talavera, bordados, productos de barro, joyería, dulces típicos, papel picado y sombreros o canastas de palma.

Todas estas, se elaboran principalmente en Pahuatlán, Izúcar de Matamoros, Puebla, Tecali de Herrera, Chignahuapan, Amozoc, Huauchinango, Zacatlán, Xicotepec y Tlatlauquitepec.

En lo que respecta a las técnicas más utilizadas en la entidad, destacan la alfarería, carpintería, bordado, tejido, herrería, cerámica, cartonería, cantería y madera.

El sector artesanal es una de las principales actividades que se realizan en el estado de Puebla, sin embargo, por varios años los productores se han enfrentado a un comercio injusto que les genera pobreza y desigualdad económica.

Esto, debido a que los revendedores adquieren sus productos a un precio más bajo, para después comercializarlos al doble o hasta el triple de su valor, sin tomar en cuenta el esfuerzo, dinero y tiempo que lleva a los artesanos elaborar un artículo de esta categoría.

Tomás Juárez Fuentes, presidente de la Unión de Artesanos del Estado de Puebla, estima que esta situación les genera a los productores una mínima ganancia del 30 por ciento, mientras que los comerciantes perciben el 70 por ciento de los ingresos, solo por distribuir las artesanías.

Como ejemplo, se dio a conocer que los revendedores les compran a los artesanos un atrapasueños por solo 70 pesos, y ellos los comercializan hasta en 500 pesos. Otro caso, es el de las esclavas de plata, las cuales se adquieren en 100 pesos y se venden en 600 pesos.

Los intermediarios adquieren productos artesanales a bajo costo para después comercializarlos al doble o hasta el triple de su valor. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

El representante del sector, da a conocer que el resultado de malbaratar las artesanías, genera que los productores no logren subsanar los gastos de operación, y mucho menos, obtener una ganancia justa para satisfacer sus necesidades básicas, como lo es la alimentación.

“Es gente que llega a acaparar al verdadero productor, pues compran los productos a un precio bajo y lo venden al doble o al triple, cuando es el artesano quien invirtió tiempo y dinero (…) Eso viene pasando desde años atrás, lo que significa pérdidas para ellos, y por lo tanto, una desigualdad económica”, precisó.

Esta problemática se presenta en todas las ramas artesanales, entre las que destacan la miniatura de palma, textiles en lana, bordados en hilo, alfarería, papel picado y joyería.

EL REGATEO TAMBIÉN AFECTA EL INGRESOS DE LOS ARTESANOS

Otro factor que también afecta el ingreso de los artesanos poblanos, es el regateo por parte de los compradores directos, quienes buscan adquirir los productos a un precio más bajo.

Esta situación, provoca que los productores que buscan vender sus propios artículos, pierdan hasta el 20 por ciento del valor real de cada artesanía, lo que sería su ganancia por la mano de obra.

De acuerdo con Tomás Juárez, el regateo se da principalmente por los propios mexicanos, mientras que los turistas extranjeros son los únicos que pagan el precio justo.

el regateo se da principalmente por los propios mexicanos. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

“Es nuestra propia gente, tanto poblanos y mexicanos, los que no valoran el trabajo y siempre piden descuentos. Cuando un artesano accede al regateo, está perdiendo el 20 por ciento de sus ingresos (…) Lamentablemente, es la gente de otros países los únicos que valoran nuestro trabajo y pagan lo que es”, explicó.

EL REGATEO Y LOS REVENDEDORES PROVOCAN QUE LOS ARTESANOS MIGREN A ESTADOS UNIDOS

Tomás Juárez, también explicó que el comercio injusto entre artesanos y revendedores, así como el regateo por parte de los clientes directos, deja en problemas económicos muy fuertes a los productores, por lo que deciden abandonar esta actividad para buscar otra fuente de ingreso rentable.

Una de las opciones más comunes en el sector, es migrar al vecino país de Estados Unidos, a fin de generar ingresos para darle un sustento económico a sus respectivas familias.

“Ambos factores deja en muchos problemas económicos a los productores, por lo que toman la decisión de dejar de hacer artesanías porque ya no tienen para invertir. Mejor prefieren buscar otra fuente de ingresos, y la opción más común es migrar a Estados Unidos, abandonando a su familia y poniendo en riesgo su propia vida”, detalló.

por cada 100 artesanos que abandonan la actividad, aproximadamente el 20 por ciento migra. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

Como ejemplo, se informó que por cada 100 artesanos que abandonan la actividad, aproximadamente el 20 por ciento migra, y el otro 80 por ciento se queda realizando otros oficios.

“Esta cifra nos preocupa mucho, porque la mayor parte de nuestros artesanos se han ido. Lo ideal sería darles la oportunidad a los productores de poder trabajar de manera justa, pues si no hacemos nada, se perderá esa parte de nuestra cultura”, concluyó.

¿PORQUÉ LOS ARTESANOS MABLARATAN SUS PRODUCTOS?

A través de una serie de entrevistas realizadas por El Sol de Puebla, se pudo constatar que los artesanos malbaratan sus productos con el objetivo de generar ingresos para poder alimentarse.

Tal es el caso del señor Alejandro Morales Navarro, quien desde hace 35 años se dedica a elaborar productos artesanales, como joyería de oro, plata y talavera, retratos grabados a mano, así como artículos de piel, vidrio y hueso.

El artesano declaró que en varias ocasiones se ha visto en la necesidad de vender sus productos a un precio más bajo, con tal de ganar un poco de dinero para comprar comida.

Esto, aun estando consciente que no logró recuperar la inversión destinada a la materia prima y los traslados, así como el dinero que debía obtener por la mano de obra.

“Seguido me pasa que debo malbaratar mis productos para poder comprar algo de comida o incluso para conseguir el dinero del pasaje. No se me hace justo porque yo gasto en transporte y en la materia prima que utilizo, pero pocos compran, y los que se interesan por algún producto lo quieren barato (…) Debido a esta situación me ha costado mucho trabajo levantar mi economía”, declaró.

Como ejemplo, el hombre de 59 años de edad, detalló que ha tenido que vender letras de plata en 20 pesos, cuando su precio real es de 100 pesos. Asimismo, ha comercializado huevos pintados a mano en 10 pesos, mientras que su valor real es de 50 pesos.

El artesano por comer vende sus artículos a un precio más bajo. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

En la misma situación se encuentra Felipa Dávila López, quien realiza joyería a base de talavera, pues comentó que por comer, también se ha visto en la necesidad de disminuir el valor real de sus productos.

“El artesano por comer vende sus artículos a un precio más bajo, no importa que no gane o que no reciba nada por la mano de obra (…) Me ha pasado que cuando voy a expos y no vendo nada, me veo en la necesidad de malbaratar mis productos para sacar los gastos”, acotó.

La artesana lamentó esta situación, pues reconoció que las personas que compran este tipo de artículos, se están llevando arte, calidad y productos únicos realizados con amor.

ARTESANAS SE AUTODENOMINAN “DEFENSORAS DEL TEXTIL” PARA CUIDARSE DE LOS REVENDEDORES

En la comunidad de Papatlatla, ubicada en el municipio de Huauchinango, se encuentra un grupo de 12 mujeres que se autodenominan “defensoras del textil” para cuidarse de los revendedores.

Todas ellas, se dedican principalmente a elaborar bordados en telar de cintura, textiles artesanales de la zona (blusas) y “quexquemetl”, que es un tipo de chal que se ocupa para cubrir el torso.

Una de sus representantes, Cirila Florentino, dio a conocer que entre las artesanas se avisan si hay un posible revendedor o una situación extraña en la compra de sus productos, con el objetivo de no comercializar sus artículos a esas personas.

La mujer de 48 años, reconoció que anteriormente no identificaban a los revendedores o intermediarios, pues eran personas que llegaban a su comunidad y elogiaban su trabajo, se llevaban entre 200 y 300 blusas y tiempo después se enteraban de que vendían sus productos al doble o el triple del precio original, en otros lados.

Estas personas en ningún momento mencionan a los compradores el origen del trabajo, es decir, no les dan crédito y mucho menos les dan algún tipo de recompensa por sus ganancias.

Ese último comentario, fue respaldado por Norma Martínez, originaria de la comunidad de Atmoloni, en el municipio de Hueyapan, quien se dedica a la elaboración de hupiles o chales.

Los creadores de los productos adquieren una ganancia del 30%, en comparación con el 70% que obtienen los comerciantes. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

La artesana de 26 años de edad, explicó que desde los 7 años se dedica a la creación de este tipo de productos, y en todo este tipo ha encontrado sus artículos en redes sociales arropando otras marcas.

Incluso, compartió que en una ocasión, una “marca grande” se acercó a ellos y les ofreció trabajo, les dijeron que les gustaba lo que hacían, pero les daban un salario muy bajo y una condición que los alertó: que el producto ya no sería suyo, sino que pasaría en su totalidad a dicha empresa.

“Estoy en contra de esto, llegan clientes y me dicen que mis productos son muy caros, que los venda a mayoreo y me malbaratan mi producto. Luego por la necesidad los vendo muy baratos y ellos les ponen su marca cuando el origen fue aquí, en Hueyapan. Pero entre nosotras ya nos estamos alertando porque si no lo valoramos nosotros nadie más lo hará; sólo nosotras sabemos cuánto esfuerzo cuesta cada huipil o capa”, concluyó.

SOLUCIONES PARA ERRADICAR LOS PROBLEMAS MÁS COMUNES EN EL SECTOR

Maritza Rojas Rosano, coordinadora de la zona centro de la Unión de Artesanos del Estado de Puebla, dio a conocer que todos los productores han sumado esfuerzos para encontrar una serie de soluciones que ayuden a erradicar los problemas más comunes en el sector.

El primer proyecto, es reactivar la Casa del Artesano, la cual funcionaría como un museo, y a su vez, un espacio para que los productores puedan vender sus productos.

Con esto, los turistas locales, nacionales y extranjeros podrán conocer la gastronomía de las diferentes regiones del estado, así como sus dialectos y música. Adicionalmente, se buscan ofrecer talleres y clases artesanales.

“Confiamos en que las autoridades puedan tomar cartas en el asunto y pedimos que se le otorgue a la Unión de Artesanos el proyecto que hemos pedido en varias ocasiones a las diferentes administraciones (…) Con esto, se podrá rescatar nuestra identidad e historia, pues no solo se trata de que los extranjeros nos amen, sino que también los mexicanos se sientan orgullosos de nuestras raíces prehispánicas”, explicó.

Otra solución, sería habilitar distintos puntos de venta turísticos en el territorio poblano, para que los verdaderos artesanos también puedan vender ahí sus productos de forma directa.

También se busca regularizar los precios de las artesanías, con el objetivo de evitar abusos por parte de los revendedores, y así los productores puedan generar las mayores ganancias.

Adicionalmente, la agrupación también pide que una vez al año, las autoridades municipales, estatales y federales, otorguen un fondo económico para que los artesanos puedan compran su materia prima.

“La Unión de Artesanos está muy comprometida para impulsar al sector artesanal, por lo que estamos en la mejor disposición de sentarnos y dialogar con las autoridades para encontrar soluciones para nosotros”, expresó.

Finalmente, Maritza Rojas explicó que en caso de que no se logre impulsar al sector artesanal, esta actividad podría extinguirse en un plazo no mayor a 20 años, y quedaría solo como un recuerdo.

“Aquí el punto medular es la educación, porque si no se hace nada, perderemos las prácticas artesanales en un plazo de 10 a 20 años, y pasaremos a la historia en un museo. Por eso, comienzo haciendo un llamado para que aquellos que vean una artesanía, no regateen”, concluyó.

RADIOGRAFÍA DE LAS ARTESANÍAS MÁS REPRESENTATIVAS EN PUEBLA

El estado de Puebla se caracteriza por contar con una gran cantidad de municipios artesanos, que en su conjunto producen diversos productos que actualmente forman parte de la cultura y tradición de la entidad.

Entre las artesanías más representativas, se encuentra el papel amate, árbol de la vida, figuras de ónix, mármol y palma, vidrio soplado, esferas, talavera, bordados, productos de barro, joyería, dulces típicos, papel picado y sombreros o canastas de palma.

Todas estas, se elaboran principalmente en Pahuatlán, Izúcar de Matamoros, Puebla, Tecali de Herrera, Chignahuapan, Amozoc, Huauchinango, Zacatlán, Xicotepec y Tlatlauquitepec.

En lo que respecta a las técnicas más utilizadas en la entidad, destacan la alfarería, carpintería, bordado, tejido, herrería, cerámica, cartonería, cantería y madera.

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