Los anarquistas que han causado destrozos en la Ciudad de México y el estado de Puebla en las marchas conmemorativas del 2 de octubre, buscan desacreditar a los movimientos ciudadanos y desestabilizar a los gobiernos morenistas, señaló José David Vega Becerra, escritor y uno de los sobrevivientes de la matanza de 1968.
El activista presentó su libro bibliográfico "Una voz desde la masacre" en el Museo de la Memoria Universitaria de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), en la que recordó que a 51 años de la masacre las cosas no han cambiado.
“Anteriormente eran los porros que desvirtuaban las cosas, quemaban los carros; y ahora, son los anarcos salen a relucir por sus máscaras”, dijo al criticar que los medios de comunicación le dan “más peso” a las pintas y actos vandálicos qué hay en las protestas que al sentido de los movimientos.
“Hay todo un programa de desestabilizar a algún gobierno, el gobierno actual de la Cuarta Transformación”, comentó.
En su libro, José David Vega Becerra tiene fotografías de su detención aquel 2 de octubre y de sus compañeros que, como él, formaban parte del comité estudiantil. Él señaló que tenía la representación en la cartera de “Acción de Solidaridad Internacional”.
Asimismo, aseguró que fue el orador principal cuando inició la agresión de militares del entonces gobierno de la República de Gustavo Díaz Ordaz, aunque no tiene el recibimiento oficial.
“Yo fui el último orador, aunque ahora lo nieguen. Reconocen a algún orador, Lorenzo López Osuna, que ya falleció. A mí me borran del mapa, pero ¿Por qué? Porque todavía existen los intereses por acallar voces. La mía si lo han logrado en ese terreno”, comentó al decir que ha existido una censura en actos públicos.
José David Vega señaló que Puebla tuvo una colaboración importante en los movimientos estudiantiles que encabezaron Enrique Cabrera Barroso y Joel Arriaga, líderes universitarios, que también fueron reprimidos y asesinados de manera sospechosa.
Sobre el 2 de octubre de 1968 rememoró que él fue quien daba el discurso cuando empezó la represión y que gritó: “no corran compañeros, esta es una provocación” y que, a partir de ese momento, cada suceso está marcado en su libro.