Lo que parecía algo inalcanzable se volvió una realidad para Angela Canizal Hernández, una poblana oriunda de Tlapanalá, quien tras pasar más de 30 años sin ver a cinco de sus hijos e hijas que emigraron a los Estados Unidos, este 10 de mayo pudo disfrutar de su compañía, ya que viajó hacia Houston, Texas, lugar donde residen sus descendientes.
En entrevista con El Sol de Puebla, relató que su vida no fue fácil, pues ella fungió como madre y padre al mismo tiempo, para que a ninguno de sus seis pequeños les faltara educación, comida, techo y amor. Al paso de los años y ante la situación económica del país, sus hijos emigraron hacia los Estados Unidos, lo que la alejó de ellos.
Con la voz quebrantada externó que año con año esperaba la visita de Ana, Gonzalo, Marlen, Verónica, Leo y Felipe, quienes decidieron aventurarse a vivir el sueño americano para tener una mejor calidad de vida, sin embargo, debido a diversas cuestiones, no todos podían volver a Santo Domingo Ayotlicha, Tlapanalá, comunidad que los vio nacer.
Las llamadas y mensajes eran constantes, pero ninguno se comparaba con un abrazo o una plática presencial, por lo que su corazón esperaba con ansias que algún día pudiera ver reunida a su familia de nueva cuenta, ya que solo uno de sus hijos vive en Puebla, pues los demás emigraron.
Recordó que en los festejos del Día de la Madre, el Abuelo o su cumpleaños nunca le faltaron los regalos o apoyo económico para que pudiera hacer una pequeña reunión, no obstante, en el fondo de su corazón siempre quiso volver a celebrar con todos.
Fue por ello que hace seis años sus hijos comenzaron los trámites para poder llevarla a Houston, pero fue hasta el pasado 4 de abril cuando pudo viajar para reencontrarse con Ana, Gonzalo, Marlen, Verónica, Leo y Felipe.
“Estoy hoy con ellos, me siento muy feliz porque los volví a ver, en ocasiones voy con uno o con otro, cuando se puede y tienen tiempo. Podemos ir a la tienda, a pasear, la verdad me siento muy contenta porque mis hijos me quieren mucho”, expresó.
Comentó que pudo llegar antes de su cumpleaños, que fue el 5 de mayo, cuando cumplió 64 años de edad y tuvo la dicha de festejar con la mayoría de sus hijos y nietos, algo que hace mucho no hacía.
“Me hace feliz ver bien a mis hijas e hijos, qué más puedo pedirle a la vida, cuando llegué todos me recibieron bien, es una felicidad completa, nunca me había sentido así, no puedo explicarlo, pero puedo decir que se siente muy bonito”.
Finalmente, señaló que aunque el reencuentro fue algo que le deja una gran satisfacción, ella regresará a Puebla porque todavía tiene muchas fuerzas para trabajar, pero cada que se pueda continuará con las visitas a Houston.