En marzo pasado losBorregos Salvajes del Tec de Monterrey Puebla cumplieron su primeradécada. El primer entrenamiento, celebrado en ese invierno de2007, marcaba el inicio de una promesa deportiva que comenzó unaño antes con la victoria de los Borregos del campus Monterrey enel campeonato de la Comisión Nacional Deportiva Estudiantil deInstituciones Privadas (Conadeip).
Los regiomontanosconsiguieron entonces vencer a los Aztecas de la Universidad de lasAméricas Puebla (UDLAP). Pero no estaban solos. Alumnos del campuspoblano del Tec, que había abierto sus puertas sólo tres añosantes, lucharon también en la hierba para conseguir eltriunfo.
La calidad demostrada enel campo de juego convenció a los directivos de la institución decrear un rebaño de Borregos Salvajes en plena Angelópolis. Elexperimento demostró pronto haber sido una buena idea: durante elsegundo semestre de 2007 la categoría juvenil obtuvo notablesresultados en la liga FADEOR (siglas de Futbol Americano deOriente). Sólo un año después el rango intermedio alcanzó elsubcampeonato.
Desde entonces,los Borregos Salvajes han conseguido forjar su propio nombre.“CamoTec”, en alusión al dulce típico poblano, les señalacomo una agrupación deportiva consolidada. En 2011, el conjuntopudo alcanzar las semifinales de la Conferencia Premier de laConadeip con una marca de siete partidos ganados y tres perdidos.Cuatro años después, ascendió al Grupo Independencia de la mismacategoría, enfrentándose con equipos de la talla de BorregosMonterrey –sus antiguos aliados-, los Aztecas de la UDLAP o losBorregos Toluca. Y va por más.
CUADRO DEINFORMACIÓN
Desde Nuevo León a Puebla para cumplir unsueño. Al terminar la Preparatoria, Juan Manuel abandonó sufamilia para convertirse en un Borrego Salvaje más. En el campuspoblano del Tec de Monterrey le esperaba un lugar en el equipo defutbol americano -deporte al que dedica su vida desde los ochoaños- y una beca para estudiar Ingeniería Civil, su otra granpasión.
“Me encanta la construcción y se mehizo interesante”, confiesa el regiomontano sobre la profesión ala que planea dedicarse tras graduarse.
Pero merece la pena. A fuerza de hacermalabarismos con las horas durante tres temporadas, Juan Manuel haaprendido el significado de la disciplina, la puntualidad y lafortaleza mental. “Sí te cambia, ahora soy mejor persona”, seenorgullece. “Tienes otra visión de la vida”.