/ viernes 19 de mayo de 2023

A un año de su muerte, Cecilia Monzón deja un legado por los derechos de las mujeres

Apasionada, aguerrida e insurrecta, así recuerdan sus amigos a Cecilia Monzón

Apasionada, aguerrida, insurrecta, alzaba la voz ante las injusticias y no le tenía miedo a nada, principalmente no le temía a los hombres del poder, así es como recuerdan a Cecilia Monzón Pérez, sus amigos y conocidos a un año de su muerte. La gente que quería a Cecy, cree que su feminicidio es un parteaguas para los derechos de las mujeres, pero también, su primer aniversario luctuoso es un recordatorio para que las autoridades brinden justicia.

Este 21 de mayo, Cecilia cumple un año desde que fue asesinada en el municipio de San Pedro Cholula. De acuerdo con el reporte de las autoridades, falleció tras recibir varios impactos de bala, tenía 37 años cuando fue asesinada.

Era abogada, activista y feminista, era llamada la abogada de las mujeres y acusó en cuatro ocasiones violencia política de género, siendo la primera mujer que logró que un hombre fuera encontrado culpable por dicho delito. En sus últimos años de vida defendió a mujeres víctimas de violencia vicaria (aunque el delito aún no era tipificado) y a las mujeres que luchan por pensión alimenticia para sus hijos.

A 365 días de lo ocurrido, El Sol de Puebla, entrevistó a sus amigos y gente cercana, quienes están seguros de que su muerte no fue en vano y que Cecilia, como lo hizo en vida, causará ruido y cambiará paradigmas. Aunque ya no lo vio, ahora la violencia vicaria es un delito y hay una ley que lleva su apellido, la Ley Monzón.

Entre los pendientes que dejó está la biblioteca feminista

Rafael Reyes, activista de Puebla, fue uno de los amigos más cercanos a Cecilia en sus últimos años de vida. Ambos, llevaban juguetes y despensas a niños de bajos recursos. Se conocieron por una amiga en común en una fiesta y se volvieron inseparables por su carácter tan parecido.

“Hicimos proyectos juntos de educación, de género y fue una relación que fue creciendo a la par en lo profesional, como en las convivencias e ir forjándola en las comunidades que ayudábamos. Íbamos al cerro Zapotecas, a Azumiatla y ella me ayudó a construir el salón de una escuela, fue una gran amistad”, recordó.

Rafa tiene un sinfín de anécdotas junto con Cecilia, pero principalmente recuerda una llamada que ella le hizo tres días antes de su muerte. Cecy le marcó para contarle que quería hacer una biblioteca feminista en el municipio de San Pedro Cholula.

Su amigo le dijo que la apoyaría, incluso que ya sabía la ruta a seguir debido a que en las comunidades ya había impulsado otras bibliotecas, pero esto nunca se concretó porque el 21 de mayo le arrancaron la vida.

“Le medí la panza de embarazo con papel de baño en su baby shower, de hecho, fui el único hombre que hizo eso e íbamos muchísimo a los hospitales a dar juguetes, entregábamos despensas juntos (…) hablé tres días antes de que falleciera, fue chistoso, empezamos a platicar y ella me dijo que quería hacer una biblioteca feminista, le dije que la apoyaría y me colgó”, compartió.

Mucha gente le ha dicho que esa llamada fue la despedida de Cecilia. No sabe si eso es cierto, pero desde ese momento, se propuso a crear la biblioteca que Cecilia tanto quiso, sin embargo, el proyecto no ha sido concretado por varios motivos, principalmente por que ni él, ni la familia Monzón quieren que el tema se politice.

“Ya es un año, se siente feo, es muy fuerte. Había mucha convivencia, nos veíamos una vez cada quince días, pero si podíamos una vez a la semana, había tanta confianza que a veces yo iba por ellos y llevábamos a su hijo a natación, había tanta confianza que yo la acompañé a comprarle su primera bicicleta a su hijo”, relató.

A un año de distancia, Rafael cree que el legado de Cecilia está más vivo que nunca, como el feminismo activo, la lucha contra la violencia vicaria, la lucha contra los deudores alimenticios y ahora con la Ley Monzón, la cual suspende la patria potestad a padres feminicidas.

“Cecilia fue disruptiva, nunca pasó desapercibida en ninguna parte, generaba polémica y eso le trajo grandes amistades, pero también gente que no la quería, enemistades. Siempre a donde llegaba marcaba un punto de referencia y su muerte no fue distinta, al final, lo que pasó después de su asesinato es resultado de la vida que hizo”, agregó.

Al preguntarle que le diría a Cecilia si la tuviera enfrente de él, respondió que le diría que la extraña. “Te extraño, extraño a la amiga que me pedía un abrazo. Extraño tu inteligencia, tu capacidad estratégica y al ser humano. Me haces falta y me seguirás haciendo falta toda la vida”, expuso.

Se fue la guía para las nuevas generaciones de feministas

Esthefania Meraz, politóloga, consultora política y feminista, también fue amiga de Cecilia Monzón, pero no amiga de parrandas, sino amigas de lucha, amigas en el feminismo, y amigas en el camino de visibilizar los derechos de las mujeres. Para ella, la muerte de Cecy dejó un gran vacío en el feminismo, pero también se fue la guía de muchas mujeres activistas.

“Conocí a Cecilia en la universidad, fue a dar una charla y ahí supe quién era. Después coincidimos en Twitter y yo era muy parecida en carácter, el carácter llama y platicábamos, debatíamos, debatíamos muy fuerte, incluso creí que en algún momento me dejaría de hablar, pero eso no sucedió, nos hicimos amigas”, dijo.

Fanny cree que Cecilia es importante en la historia del feminismo poblano, pero también en el rubro de la sororidad, pues ayudó a muchas mujeres sin recibir nada a cambio, su convicción era hacer justicia y que ni una mujer sufriera por la impunidad y las irregularidades que existen en los sistemas.

“Ella tenía una convicción muy fuerte en el tema de las mujeres. Ella podía llegar a la Fiscalía en pijama y en chanclas y era esa abogada que no era glamurosa, pero que llegaba a defender, llegaba con un ímpetu de guerrera y le daba certeza, así como seguridad a las mujeres, por eso confiaban en ella”, tuvo presente.

Meraz cree que ese carácter fuerte que tenía Cecilia hizo que tuviera varios roces, y no sólo con los políticos que la atacaron, sino con las mismas feministas, pues muchas de ellas querían que Cecy actuara de cierta forma, pero ella les dejó en claro que no hay un solo feminismo y que en la diversidad actual que se vive, no cabe todas en el mismo frasco.

“El feminismo gracias a ella tuvo una ramificación importante y el feminismo que ella profesaba era muy distinto al de muchas (…) algo que Cecilia siempre me decía que si yo estaba convencida de que lo que pensaba era correcta estaba bien (…) siempre bromeábamos, era mi abogada de confianza”, admitió.

Cuando se enteró del fallecimiento de Cecilia y mientras estaba en su funeral a Fany le pasó mucho por la cabeza el “¿ahora que va a pasar?”, “¿quién me va a auxiliar?”, ¿qué vamos a hacer las mujeres” ?, ya que Monzón era la que impulsaba a otras activistas para alzar la voz, pero como pasó el tiempo, le llegó una señal en forma de mensaje.

“Un día me llegó un mensaje a Facebook, era una mujer que no conocía, no había vinculo y no había razón para que me escribiera. Me pidió ayuda, le conté a mi familia porque no sabía si la mujer era real, y no tenía a mi consejera Cecilia. Decidí ayudarla, la cité en un DIF, la persona si existía, tenía un problema muy grave de acoso, pudo terminar en una tragedia. Cuando nos conocimos, me dijo que ella me encontró y se animó a escribirme por lo que yo publicaba de Cecilia, ahí me di cuenta que a pesar de las circunstancias mi camino era el mismo”, recordó.

Con todo lo que ha ocurrido, cree que Cecilia dejó una gran enseñanza para las mujeres, para la sociedad y para las autoridades. A las mujeres una enseñanza de que nadie puede vencerlas pese a su cargo, a la sociedad de que aun falta mucho trabajo para hacer valer los derechos de las mujeres y a las autoridades que siguen rezagadas en el ámbito de la impartición de la justicia.

“Me quedo con la Cecilia solidaria, sorora, valiente, porque hasta el último día de su vida mostró que fue una mujer valiosa y su legado en Puebla sigue y seguirá porque la exigencia de justicia no sólo es por ella, sino por todas las mujeres (…) Monzón, te extraño mucho”, finalizó.

Cecilia fue de las primeras que utilizó las redes sociales para obtener justicia

Edurne Ochoa, presidenta de 33 Mujeres A.C. y consultora política con perspectiva de género, conoció a Cecilia desde la escuela, pues uno de sus familiares era compañero de Monzón en su generación. Posteriormente coincidieron en la lucha feminista y se unió a esta asociación.

Para Edurne, Cecilia fue una mujer fuerte, que no le daba miedo señalar irregularidades y prueba de ello son los mensajes políticos que enviaba a través de sus redes sociales. Gracias a ella, muchas mujeres alzaron la voz y utilizaron estas vías para ejercer presión y obtener justicia en sus casos.

“Cecilia siempre fue una mujer que alzó la voz en el espacio público, una mujer que tiene voz pública, que dice lo que piensa, que defiende los derechos, que no es fácil de silenciar y sí, una mujer incomoda, que le pueden poner muchos motes porque esa es la realidad de las mujeres y ahí me siento muy identificada. Podrías no tener cosas en común, pero en el momento en que tú la necesitabas o ella te necesitaba, siempre apoyaba”, indicó.

Incluso, cree que gracias a ella comenzó una ola de nuevos abogados, abogados que se están capacitando en temas de género y que estudian derecho para ayudar a la gente, principalmente a las mujeres y no lo hacen sólo por el tema económico. Aunque se pensaría que Cecilia quería hacer todo público, Edurne explicó que sólo utilizaba las redes sociales cuando era el último recurso y cuando ya había agotado las estancias correspondientes.

“Ella pudo desde su experiencia hacer uso de las redes sociales, maximizar los casos y darle presión. Presión que aún hay que meterles a las instituciones encargadas de ejercer justicia. Si no lo hubiera hecho así, tal vez eso casos no se hubieran concluido. Ella le dio voz a muchos casos que estaban en la sombra”, señaló.

Por su parte, Ana Laura Romero Sierra, presidenta del Consejo Consultivo de 33 Mujeres A.C., también conoció a Cecilia, primero cuando militaban en el PRI y posteriormente Cecy fue parte de la primera generación de dicha asociación. Desde el primer momento, supo que era una mujer con mucho valor y que no le daba miedo exponer sus ideales.

“Ella era una de las fieles y convencidas de que las mujeres tenemos que dejar de ser violentadas. Ella abanderó el feminismo y como abogada ayudó a muchas mujeres. Ella nunca se fue por lo económico, cuando ellas le decían lo que pasaban y sus historias de violencia, ella abanderaba las causas y realmente trabajaba”, manifestó.

En su opinión, el mundo, el país y puntualmente Puebla, necesita más mujeres como Cecilia, que no tengan miedo de expresarse y que visibilicen las injusticias que viven las mujeres y que trabajen para que se respeten sus derechos.

“Cecy fue una mujer fuerte, sorora, feminista y aunque muchos no lo quieran creer muy sensible, era amiga, te regañaba, lloraba contigo, peor al final de cuentas decía párate, aquí está mi mano, si una puede, todas podemos. Se dividió entre ser mamá, activista y feminista, como muchas de nosotros le hacemos. Era muy alegre, amaba vivir, le encantaba festejar, era de las amigas que le encantaba celebrar su cumpleaños. Amaba cantar y bueno, aquí la seguimos extrañando”, acotó.

Ambas creen que fue una mujer digna de reconocer y que dejó en evidencia la ausencia de las autoridades, pues fue una mujer que puso en evidencia la situación de riesgo que vivía y nadie hizo nada para evitar su fatídico final.

Cecilia deja huérfanas a las madres víctimas de violencia vicaria

Ivonne Daniela Flores Mustre es víctima de violencia vicaria y exclienta de Cecilia Monzón, antes de conocer a la abogada ya había tenido cinco asesores jurídicos, pero ni uno de ellos la había ayudado. En sólo dos meses Cecilia avanzó lo que ni un otro defensor pudo, pero hoy, tras su asesinato, tiene miedo que su caso se estanque.

Fue hace cuatro años cuando Ivonne conoció a Cecilia debido al activismo que Monzón realizaba. Al platicar con ella por primera vez pudo darse cuenta de varias cosas: que Cecilia era una aguerrida en sus casos y que le gustaba hacer justicia para las mujeres. Daniela le compartió que su caso era difícil y que muchos abogados se habían echado para atrás, pero esto no le impidió a Cecilia continuar.

“Cecilia me dijo desde el principio: este tipo está violentándote, se está aprovechando y en ese entonces no sabíamos ni una de las dos que era violencia vicaria, pero ella sabía que lo que me estaba haciendo era un tipo de violencia y que no podía salirse con la suyas. Ella conoció mi caso primero, lo investigó y lo tomó. Hasta recuerdo que me dijo: vamos a darle con todo a este tipo, te está haciendo daño y no te deja vivir en paz”, detalló.

Actualmente, Ivonne encabeza “Madres por la recuperación de nuestras hijas e hijos”, una nueva colectiva de mujeres víctimas de violencia vicaria. Hace unos días, este grupo lamentó que la audiencia del político Javier López Zavala lleve varios aplazamientos y que el presunto feminicida siga sin condena.


Apasionada, aguerrida, insurrecta, alzaba la voz ante las injusticias y no le tenía miedo a nada, principalmente no le temía a los hombres del poder, así es como recuerdan a Cecilia Monzón Pérez, sus amigos y conocidos a un año de su muerte. La gente que quería a Cecy, cree que su feminicidio es un parteaguas para los derechos de las mujeres, pero también, su primer aniversario luctuoso es un recordatorio para que las autoridades brinden justicia.

Este 21 de mayo, Cecilia cumple un año desde que fue asesinada en el municipio de San Pedro Cholula. De acuerdo con el reporte de las autoridades, falleció tras recibir varios impactos de bala, tenía 37 años cuando fue asesinada.

Era abogada, activista y feminista, era llamada la abogada de las mujeres y acusó en cuatro ocasiones violencia política de género, siendo la primera mujer que logró que un hombre fuera encontrado culpable por dicho delito. En sus últimos años de vida defendió a mujeres víctimas de violencia vicaria (aunque el delito aún no era tipificado) y a las mujeres que luchan por pensión alimenticia para sus hijos.

A 365 días de lo ocurrido, El Sol de Puebla, entrevistó a sus amigos y gente cercana, quienes están seguros de que su muerte no fue en vano y que Cecilia, como lo hizo en vida, causará ruido y cambiará paradigmas. Aunque ya no lo vio, ahora la violencia vicaria es un delito y hay una ley que lleva su apellido, la Ley Monzón.

Entre los pendientes que dejó está la biblioteca feminista

Rafael Reyes, activista de Puebla, fue uno de los amigos más cercanos a Cecilia en sus últimos años de vida. Ambos, llevaban juguetes y despensas a niños de bajos recursos. Se conocieron por una amiga en común en una fiesta y se volvieron inseparables por su carácter tan parecido.

“Hicimos proyectos juntos de educación, de género y fue una relación que fue creciendo a la par en lo profesional, como en las convivencias e ir forjándola en las comunidades que ayudábamos. Íbamos al cerro Zapotecas, a Azumiatla y ella me ayudó a construir el salón de una escuela, fue una gran amistad”, recordó.

Rafa tiene un sinfín de anécdotas junto con Cecilia, pero principalmente recuerda una llamada que ella le hizo tres días antes de su muerte. Cecy le marcó para contarle que quería hacer una biblioteca feminista en el municipio de San Pedro Cholula.

Su amigo le dijo que la apoyaría, incluso que ya sabía la ruta a seguir debido a que en las comunidades ya había impulsado otras bibliotecas, pero esto nunca se concretó porque el 21 de mayo le arrancaron la vida.

“Le medí la panza de embarazo con papel de baño en su baby shower, de hecho, fui el único hombre que hizo eso e íbamos muchísimo a los hospitales a dar juguetes, entregábamos despensas juntos (…) hablé tres días antes de que falleciera, fue chistoso, empezamos a platicar y ella me dijo que quería hacer una biblioteca feminista, le dije que la apoyaría y me colgó”, compartió.

Mucha gente le ha dicho que esa llamada fue la despedida de Cecilia. No sabe si eso es cierto, pero desde ese momento, se propuso a crear la biblioteca que Cecilia tanto quiso, sin embargo, el proyecto no ha sido concretado por varios motivos, principalmente por que ni él, ni la familia Monzón quieren que el tema se politice.

“Ya es un año, se siente feo, es muy fuerte. Había mucha convivencia, nos veíamos una vez cada quince días, pero si podíamos una vez a la semana, había tanta confianza que a veces yo iba por ellos y llevábamos a su hijo a natación, había tanta confianza que yo la acompañé a comprarle su primera bicicleta a su hijo”, relató.

A un año de distancia, Rafael cree que el legado de Cecilia está más vivo que nunca, como el feminismo activo, la lucha contra la violencia vicaria, la lucha contra los deudores alimenticios y ahora con la Ley Monzón, la cual suspende la patria potestad a padres feminicidas.

“Cecilia fue disruptiva, nunca pasó desapercibida en ninguna parte, generaba polémica y eso le trajo grandes amistades, pero también gente que no la quería, enemistades. Siempre a donde llegaba marcaba un punto de referencia y su muerte no fue distinta, al final, lo que pasó después de su asesinato es resultado de la vida que hizo”, agregó.

Al preguntarle que le diría a Cecilia si la tuviera enfrente de él, respondió que le diría que la extraña. “Te extraño, extraño a la amiga que me pedía un abrazo. Extraño tu inteligencia, tu capacidad estratégica y al ser humano. Me haces falta y me seguirás haciendo falta toda la vida”, expuso.

Se fue la guía para las nuevas generaciones de feministas

Esthefania Meraz, politóloga, consultora política y feminista, también fue amiga de Cecilia Monzón, pero no amiga de parrandas, sino amigas de lucha, amigas en el feminismo, y amigas en el camino de visibilizar los derechos de las mujeres. Para ella, la muerte de Cecy dejó un gran vacío en el feminismo, pero también se fue la guía de muchas mujeres activistas.

“Conocí a Cecilia en la universidad, fue a dar una charla y ahí supe quién era. Después coincidimos en Twitter y yo era muy parecida en carácter, el carácter llama y platicábamos, debatíamos, debatíamos muy fuerte, incluso creí que en algún momento me dejaría de hablar, pero eso no sucedió, nos hicimos amigas”, dijo.

Fanny cree que Cecilia es importante en la historia del feminismo poblano, pero también en el rubro de la sororidad, pues ayudó a muchas mujeres sin recibir nada a cambio, su convicción era hacer justicia y que ni una mujer sufriera por la impunidad y las irregularidades que existen en los sistemas.

“Ella tenía una convicción muy fuerte en el tema de las mujeres. Ella podía llegar a la Fiscalía en pijama y en chanclas y era esa abogada que no era glamurosa, pero que llegaba a defender, llegaba con un ímpetu de guerrera y le daba certeza, así como seguridad a las mujeres, por eso confiaban en ella”, tuvo presente.

Meraz cree que ese carácter fuerte que tenía Cecilia hizo que tuviera varios roces, y no sólo con los políticos que la atacaron, sino con las mismas feministas, pues muchas de ellas querían que Cecy actuara de cierta forma, pero ella les dejó en claro que no hay un solo feminismo y que en la diversidad actual que se vive, no cabe todas en el mismo frasco.

“El feminismo gracias a ella tuvo una ramificación importante y el feminismo que ella profesaba era muy distinto al de muchas (…) algo que Cecilia siempre me decía que si yo estaba convencida de que lo que pensaba era correcta estaba bien (…) siempre bromeábamos, era mi abogada de confianza”, admitió.

Cuando se enteró del fallecimiento de Cecilia y mientras estaba en su funeral a Fany le pasó mucho por la cabeza el “¿ahora que va a pasar?”, “¿quién me va a auxiliar?”, ¿qué vamos a hacer las mujeres” ?, ya que Monzón era la que impulsaba a otras activistas para alzar la voz, pero como pasó el tiempo, le llegó una señal en forma de mensaje.

“Un día me llegó un mensaje a Facebook, era una mujer que no conocía, no había vinculo y no había razón para que me escribiera. Me pidió ayuda, le conté a mi familia porque no sabía si la mujer era real, y no tenía a mi consejera Cecilia. Decidí ayudarla, la cité en un DIF, la persona si existía, tenía un problema muy grave de acoso, pudo terminar en una tragedia. Cuando nos conocimos, me dijo que ella me encontró y se animó a escribirme por lo que yo publicaba de Cecilia, ahí me di cuenta que a pesar de las circunstancias mi camino era el mismo”, recordó.

Con todo lo que ha ocurrido, cree que Cecilia dejó una gran enseñanza para las mujeres, para la sociedad y para las autoridades. A las mujeres una enseñanza de que nadie puede vencerlas pese a su cargo, a la sociedad de que aun falta mucho trabajo para hacer valer los derechos de las mujeres y a las autoridades que siguen rezagadas en el ámbito de la impartición de la justicia.

“Me quedo con la Cecilia solidaria, sorora, valiente, porque hasta el último día de su vida mostró que fue una mujer valiosa y su legado en Puebla sigue y seguirá porque la exigencia de justicia no sólo es por ella, sino por todas las mujeres (…) Monzón, te extraño mucho”, finalizó.

Cecilia fue de las primeras que utilizó las redes sociales para obtener justicia

Edurne Ochoa, presidenta de 33 Mujeres A.C. y consultora política con perspectiva de género, conoció a Cecilia desde la escuela, pues uno de sus familiares era compañero de Monzón en su generación. Posteriormente coincidieron en la lucha feminista y se unió a esta asociación.

Para Edurne, Cecilia fue una mujer fuerte, que no le daba miedo señalar irregularidades y prueba de ello son los mensajes políticos que enviaba a través de sus redes sociales. Gracias a ella, muchas mujeres alzaron la voz y utilizaron estas vías para ejercer presión y obtener justicia en sus casos.

“Cecilia siempre fue una mujer que alzó la voz en el espacio público, una mujer que tiene voz pública, que dice lo que piensa, que defiende los derechos, que no es fácil de silenciar y sí, una mujer incomoda, que le pueden poner muchos motes porque esa es la realidad de las mujeres y ahí me siento muy identificada. Podrías no tener cosas en común, pero en el momento en que tú la necesitabas o ella te necesitaba, siempre apoyaba”, indicó.

Incluso, cree que gracias a ella comenzó una ola de nuevos abogados, abogados que se están capacitando en temas de género y que estudian derecho para ayudar a la gente, principalmente a las mujeres y no lo hacen sólo por el tema económico. Aunque se pensaría que Cecilia quería hacer todo público, Edurne explicó que sólo utilizaba las redes sociales cuando era el último recurso y cuando ya había agotado las estancias correspondientes.

“Ella pudo desde su experiencia hacer uso de las redes sociales, maximizar los casos y darle presión. Presión que aún hay que meterles a las instituciones encargadas de ejercer justicia. Si no lo hubiera hecho así, tal vez eso casos no se hubieran concluido. Ella le dio voz a muchos casos que estaban en la sombra”, señaló.

Por su parte, Ana Laura Romero Sierra, presidenta del Consejo Consultivo de 33 Mujeres A.C., también conoció a Cecilia, primero cuando militaban en el PRI y posteriormente Cecy fue parte de la primera generación de dicha asociación. Desde el primer momento, supo que era una mujer con mucho valor y que no le daba miedo exponer sus ideales.

“Ella era una de las fieles y convencidas de que las mujeres tenemos que dejar de ser violentadas. Ella abanderó el feminismo y como abogada ayudó a muchas mujeres. Ella nunca se fue por lo económico, cuando ellas le decían lo que pasaban y sus historias de violencia, ella abanderaba las causas y realmente trabajaba”, manifestó.

En su opinión, el mundo, el país y puntualmente Puebla, necesita más mujeres como Cecilia, que no tengan miedo de expresarse y que visibilicen las injusticias que viven las mujeres y que trabajen para que se respeten sus derechos.

“Cecy fue una mujer fuerte, sorora, feminista y aunque muchos no lo quieran creer muy sensible, era amiga, te regañaba, lloraba contigo, peor al final de cuentas decía párate, aquí está mi mano, si una puede, todas podemos. Se dividió entre ser mamá, activista y feminista, como muchas de nosotros le hacemos. Era muy alegre, amaba vivir, le encantaba festejar, era de las amigas que le encantaba celebrar su cumpleaños. Amaba cantar y bueno, aquí la seguimos extrañando”, acotó.

Ambas creen que fue una mujer digna de reconocer y que dejó en evidencia la ausencia de las autoridades, pues fue una mujer que puso en evidencia la situación de riesgo que vivía y nadie hizo nada para evitar su fatídico final.

Cecilia deja huérfanas a las madres víctimas de violencia vicaria

Ivonne Daniela Flores Mustre es víctima de violencia vicaria y exclienta de Cecilia Monzón, antes de conocer a la abogada ya había tenido cinco asesores jurídicos, pero ni uno de ellos la había ayudado. En sólo dos meses Cecilia avanzó lo que ni un otro defensor pudo, pero hoy, tras su asesinato, tiene miedo que su caso se estanque.

Fue hace cuatro años cuando Ivonne conoció a Cecilia debido al activismo que Monzón realizaba. Al platicar con ella por primera vez pudo darse cuenta de varias cosas: que Cecilia era una aguerrida en sus casos y que le gustaba hacer justicia para las mujeres. Daniela le compartió que su caso era difícil y que muchos abogados se habían echado para atrás, pero esto no le impidió a Cecilia continuar.

“Cecilia me dijo desde el principio: este tipo está violentándote, se está aprovechando y en ese entonces no sabíamos ni una de las dos que era violencia vicaria, pero ella sabía que lo que me estaba haciendo era un tipo de violencia y que no podía salirse con la suyas. Ella conoció mi caso primero, lo investigó y lo tomó. Hasta recuerdo que me dijo: vamos a darle con todo a este tipo, te está haciendo daño y no te deja vivir en paz”, detalló.

Actualmente, Ivonne encabeza “Madres por la recuperación de nuestras hijas e hijos”, una nueva colectiva de mujeres víctimas de violencia vicaria. Hace unos días, este grupo lamentó que la audiencia del político Javier López Zavala lleve varios aplazamientos y que el presunto feminicida siga sin condena.


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